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"En la Región todavía no se ha decantado esa arquitectura pertinente o propia"

Entre julio y agosto de 2021, este profesor de arquitectura experimentará una residencia en la "Casa de la Cascada" de Estados Unidos, obra icónica de Frank Lloyd Wright, que forma parte de una investigación cuyo norte es traer a la Región nuevos conocimientos para un diseño arquitectónico que responda al territorio. En esta entrevista habla de esta oportunidad, de los 140 años de Temuco y la responsabilidad de su profesión en el presente y futuro de La Araucanía.
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Originario de Temuco, aunque con estudios profesionales en la Universidad de Valparaíso y de postgrado en Estados Unidos, el arquitecto y académico de la Universidad Católica de Temuco, Jaime Inostroza Campos, acaba de ganar una residencia en la "Casa de la Cascada", obra icónica de Frank Lloyd Wright, que es un sueño para él y la oportunidad de estudiar una obra referencial que aportará a su tesis doctoral y a la meta de traer de vuelta a la Región conocimiento o insumos para un diseño arquitectónico que responda cada vez más "al lugar".

Recién enterado que podrá pasar un par de semanas en la citada obra, entre el 19 de julio y 7 de agosto, como estudiante del doctorado de la Universidad Politécnica de Cataluña, Inostroza reconoce estar en una suerte de seguimiento a la obra de Wright, aunque ahora en un franco diálogo con la propuesta del portugués Alvaro Siza, para profundizar la relación de ambos con el entorno y de camino a concretar la investigación que ha denominado "Procesión en la arquitectura".

Sobre este proyecto y su relación con La Araucanía y Temuco habla este profesional y docente de futuros arquitectos.

- Para conocerte mejor, ¿por qué eliges la arquitectura como profesión?

- Cuando tenía 8 años nos mudamos a Giessen, Alemania, porque mi padre se fue a especializar en inmunología. Llegamos a vivir a una ciudad que tiene castillos antiguos. Creo que ahí empieza mi maravilla con la arquitectura, por el hecho de haber podido visitar obras como la catedral de Colonia. Me impresionó la espacialidad, la escala y las proporciones, de las cuales no tenía nociones hasta ese momento. Esto se cruza con la vivencia del sur de Chile. Yo viví en una casa huerto con patio alargado, con despensa, leñera, batea, gallinero; había choclos y habas. En fin. Todo eso me afectó positivamente.

- En la actualidad cursas un doctorado en la U. Politécnica de Cataluña que sigue en la línea de indagar en la arquitectura moderna de Frank Lloyd Wright, en cuyo imaginario ya te introdujiste en un magister. ¿Qué persigues ahora con la tesis doctoral "procesión en la arquitectura"?

- Siempre la arquitectura establece la relación de un interior con un exterior y los mejores proyectos que ha habido en la historia de la arquitectura tienen ese vínculo. No es un adentro o un afuera, es un 'entre'. Wright, aparte de ser un gran arquitecto en lo estructural y en el detalle, tenía un claro carácter de relación con el paisaje. Para mí él es un arquitecto del paisaje. Sabía emplazar muy bien. En este caso, me interesa la Casa de la Casada, cuyo emplazamiento deja fuera de lugar todo lo que se había conocido. La procesión en mi investigación es estudiar el recorrido que haces desde un adentro hacia afuera y viceversa. Mi idea es estudiar esta procesión que remata en el dormir o dormitorio, ese único lugar que se vuelve refugio, ya que todo lo demás es un poco más público (…). A partir de ese estudio ¿qué voy a descubrir? Mi teoría pasa por descubrir la geometría escondida de Wright, eso que lo hace especial. Mi doctorado es en diseño arquitectónico e involucra a un segundo arquitecto, el portugués Alvaro Siza. La intención de comparar ambas arquitecturas.

- ¿Por qué eliges a Wright y Siza? ¿Qué aporta el uno y el otro al hacer arquitectura?

- Con obras como las piscinas de mar en Leça da Palmeira, lo que plantea Siza es el excavado, mientras que Wright, con la Casa de la Cascada, lo que propone es una arquitectura suspendida sobre un hito natural. Uno levita y el otro escarba. Wright establece lo que es la arquitectura orgánica, que tiene tres principios claves: responder al clima, a la topografía del lugar y a la naturaleza, ideas que vienen de la arquitectura japonesa. Y Siza, en sus primeras obras establece de cierta manera una arquitectura orgánica contemporánea. Lo que me interesa como sureño es no poner objetos o una vanidad en el paisaje. Por el contrario, me interesa aportar una arquitectura del lugar como lo hicieron estos dos personajes, ¿cómo entender la arquitectura desde el lugar? Esa es la estrategia que empleé para diseñar, por ejemplo, el refugio Atalaya en el desierto de California.

- Acabas de ser notificado como becario para una residencia en la "Casa de la Cascada" de Wright, obra construida entre 1936 y 1939, ¿qué significado tiene una oportunidad como esta?

- Es un privilegio poder llegar a ese lugar, es como cumplir un sueño porque se trata de un ícono mundial. Como arquitecto he intentado hacer una carrera y también como profesional del sur, porque siempre los pulsos los marca la zona central de Chile, pero es bueno que esos pulsos cambien. Como académico esto será un deleite porque voy a estudiar la casa pieza por pieza con todos sus detalles.

- ¿Cómo podría aplicarse en Chile y, particularmente, en La Araucanía el conocimiento que saliste a buscar?

- Me gustaría retribuir a la Escuela de Arquitectura de la UCT a través del reforzamiento del marco teórico del diseño proyectual y eso poder entregarlo. Ahora, en el hacer arquitectura uno podría estudiar ciertas obras contemporáneas que han tenido ese carácter en Temuco. Por ejemplo, la Iglesia Encuentro de Cristo, casi frente a la Universidad Mayor. Esa obra responde a la piedra del río Cautín. La madera, su techumbre, toda su construcción responde a la naturaleza, clima y topografía local. Sería hermoso que los alumnos de la Católica conformaran nuevos territorios-barrio, no es el arquitecto que va a hacer la ópera en Santiago, sino el que hará pequeñas joyerías en el territorio.

- ¿Qué oportunidades ves para la arquitectura de Temuco, ciudad que acaba de cumplir 140 años y ha perdido mucho de su patrimonio pasado? ¿Es la creación de una identidad arquitectónica una responsabilidad profesional?

- Sí, totalmente. A partir de este diseño arquitectónico que hablo siempre hay una ética profesional. Porque ¿cuál es el regalo que estás haciendo a la ciudad? Yo presenté un proyecto para un nuevo mirador en el cerro Ñielol y esa propuesta tiene que ver con el antiguo habitar de Temuco. Con esto lo que digo es que rescatando lo patrimonial uno hace una obra para acercar a la gente a la arquitectura. La noción del arquitecto debe que tener ese sentido. Es bueno mantener ciertos vestigios, pero lo más interesante es ese habitar patrimonial antiguo que tiene la ciudad, la Feria Pinto, el edificio Marsano, la estación, los adoquines o la calle de las flores. Eso es lo que hay que cuidar, pero hay que llevarlo a la arquitectura.

- ¿En qué actividad o territorio de La Araucanía te gustaría aportar con diseño arquitectónico?

- Me gusta la Región de La Araucanía más que nada por la monumentalidad del paisaje y creo que todavía no se ha decantado esa arquitectura pertinente o propia. Yo siempre he trabajado a escala pequeña, mi arquitectura es más como una acupuntura, como una costura de madera. Ese es más mi estilo, pequeñas obras, miradores, cabañas y eso en un ámbito profesional distinto a lo académico, porque en el marco académico quiero seguir investigando en relación al lugar.