Federico Falco cura sus penas de amor en la huerta
Un hombre escapa de la ciudad para sanarse del abandono. En la pampa cultiva la tierra e intenta sacarse del corazón una espina. Esta es la historia de amor del escritor argentino Federico Falco, quien con "Los llanos" (Anagrama) saca la voz después de un duelo.
El año 2010 Falco fue seleccionado por la revista británica Granta como uno de los mejores narradores jóvenes en español.
Finalista del Premio Herralde de Novela, Federico Falco llega a las librerías con "Los llanos", una trama que atraviesa las distintas fases de una pena de amor. Es un duelo que se va diluyendo entre el tiempo que dedica a una huerta perdida en los llanos argentinos.
"Fede" -el herido amante que protagoniza la novela- huye de la ciudad para refugiarse en el campo, luego que su amado Ciro lo dejara sin explicar nada. El prospecto de felicidad que había armado se desmorona: queda sin casa y sin cama compartida. Un feroz agobio lo sumerge en la tierra y las semillas, lame sus heridas mientras prepara canteros y atiende amoroso a los brotes que asoman en la más completa soledad.
La minimalista foto de la portada fue tomada por el autor: una piscina plástica que, dice, lo acompañó mucho mientras escribía la novela. "Una y otra vez volvía a ella. Ese paisaje completamente abierto tiene algo de la forma contenida de la 'pelopincho', algo de una pileta al final del verano, la niebla, el día gris… de alguna manera todos esos elementos resonaban en mí. Sentía que el clima de la novela de alguna manera tenía que ir por ahí".
Desde Buenos Aires -entre distancia social, burbujas y barbijos, como le dicen a las mascarillas allá- este autor nacido en Córdoba ve como llega el final del verano y avanzan las campañas de vacunación por el mundo.
"Al principio de la pandemia directamente no podía escribir. Tampoco leer, o ver películas. Nada me llamaba la atención, solo me salía scrolear Twitter hacia arriba y hacia abajo y mirar las noticias. Por suerte me había comprometido a entregar una traducción y venía un poco atrasado con eso, así que me sirvió para obligarme a volver al escritorio y concentrarme. Después, las ganas de escribir volvieron, aunque sí creo que hay una cierta dispersión, o tendencia a la dispersión con la que ahora tengo que luchar continuamente".
Un lugar propio
El nombre de la novela "Los llanos" alude a "un tiempo llano, un tiempo sin narrativa, sin picos de tensión ni puntos de giro, donde un día es igual al otro y, por lo menos en la superficie, no hay cambio aparente, así como no hay cambio aparente en el horizonte cuando uno viaja por la pampa: kilómetros y kilómetros de la misma línea plana", explica el autor.
Cuenta que la idea de escribir desde y sobre un lugar determinado es algo que todo el tiempo pone en práctica. "Creo que uno siempre está escribiendo desde un determinado lugar, un lugar propio, aquel que literalmente habita y donde se entrecruzan sus circunstancias. O por lo menos en mi caso es así. Incluso si estuviera narrando una historia que transcurre en un planeta de una galaxia desconocida, escribir sería una manera de procesar y poner en palabras y tratar de entender aquellas situaciones y conflictos y contextos que me atraviesan aquí, en este planeta, en esta ciudad donde ahora vivo".
Parte del relato de Falco adopta la nostálgica forma de un recuerdo de infancia, la de un niño miope, "que todo lo miraba de cerca" y que pasa los fines de semana con sus abuelos.
"Mi abuelo falleció hace unos años. Hasta ese momento, seguía viviendo en el campo donde había pasado toda su vida y al que yo solía ir cada vez que podía. A partir de su muerte, mi abuela ya no pudo seguir viviendo sola allí, así que se mudó al pueblo. Eso hizo que, de pronto, ese lugar al que yo quería muchísimo poco a poco empezara a cambiar, a deshabitarse. Fue entonces, al sentir esa pérdida no solo de alguien querido sino también de un lugar muy especial para mí, que empezaron a surgir los recuerdos y empecé a escribirlos, a
Por Amelia Carvallo
"Creo que es más fácil estar solo. Lo que no significa que sea más lindo, o más disfrutable. Ese es el gran nudo que se forma en torno al amor: es un desafío, requiere trabajo, cuidado, pero es algo que nos amplía la vida".
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