Rector de la UCT: "Las postulaciones cayeron en un 15% respecto de 2020"
NOMBRAMIENTO. Aliro Bórquez asumió la presidencia de la Red de Universidades G9. Sus desafíos son la pandemia, el proceso constituyente y la Ley 21.091.
"Las universidades después de la pandemia nunca más serán las mismas". Dicha aseveración corresponde al rector de la Universidad Católica de Temuco (UCT), Aliro Bórquez, quien este miércoles asumió la presidencia de la Red de Universidades Públicas no Estatales G9, cargo que dura un año y que por primera vez recae en Temuco.
La mayoría de las casas de estudio que agrupa esta corporación son "católicas" y de regiones, convirtiéndose en un referente que aporta más del 50% de la producción científica del país, de acuerdo a lo consignado por Bórquez.
Respecto de este desafío, el rector de la UCT indica que asumirá "la agenda de posicionamiento del aporte del G9 al desarrollo del país junto con enfrentar temas contingentes como son la pandemia, la crisis sanitaria, el proceso constituyente y la implementación de la Ley de Educación Superior", nueva normativa que ha generado tensiones entre las universidades y el Mineduc.
"Será nuestra tarea continuar aportando al desarrollo de la educación superior y el país desde las amplias capacidades instaladas en nuestras universidades y aportar a la discusión de los grandes temas que se debaten e inciden en la agenda pública del país", señaló el rector Bórquez".
Efectos de la pandemia
Al ser consultado el rector Bórquez por los efectos de la pandemia en el proceso de postulaciones 2021 indica que en la UCT "cayeron en un 15% respecto de 2020", impacto que a su juicio afectó a todas las universidades, "incluso a las más grandes que por primera vez tuvieron que realizar procesos de repostulación", precisa el rector, explicando que dicho déficit de alumnos se debe a la pandemia, pero también al estallido social y a los cambios en la Prueba de Selección Universitaria.
Al respecto, Bórquez señala que la UCT logró "acortar dicha brecha a través de programas de acceso inclusivo dirigidos a estudiantes talentosos de educación media en situación de vulnerabilidad.
"Teníamos que cubrir 2.900 cupos y llegamos a algo así de 2.750, es decir, unos 150 estudiantes menos de lo que teníamos planificado. Por lo mismo tuvimos que hacer un enorme esfuerzo armando un presupuesto bien estrecho y con ajustes, de hecho, estamos invirtiendo un 50% menos en desarrollo respecto de años anteriores, así es que el financiamiento de la universidad está garantizado aun cuando todavía tengamos estudiantes con deuda en el copago del año pasado, lo que es muy natural que ocurriera producto de todo lo que ha pasado con la crisis sanitaria", sentencia Bórquez.
Por otro lado, el impacto derivado de un presupuesto más acotado y la suspensión de las clases presenciales también afectó el capital humano de la universidad, pero en menor medida y con proyección de recuperación.
"Debe ser entre un 3 y 5% respecto del total que es sobre las mil personas, sin embargo, en la medida que volvamos a un estado de normalidad iremos recuperando el personal que se requiere para funciones en presencialidad", consigna Bórquez.
Operación "retorno"
En lo que respecta a las clases, Bórquez informa que la universidad estaba lista para implementar en marzo la modalidad de las clases híbridas, esto es una cuota presencial y la otra de manera remota, situación que no ocurrió debido a la cuarentena.
Al margen de este cambio de planes, el rector sostiene que la semipresencialidad será puesta en marcha una vez que la comuna salga de la cuarentena y que ello se hará de manera gradual y voluntaria.
"Estamos preparados para cuando pasemos a la Fase 2. Lo que haremos será volver muy lento a las funciones que requieren presencialidad y que están relacionadas con actividades prácticas, por ahora nos mantenemos trabajando con un número que no sobrepasa las 150 personas distribuidas en algunos laboratorios y funciones de mantención", informó el rector de la UCT.
50% menos de inversión