Maltrato infantil
La violencia causa impacto en diferentes ámbitos de la vida de los niños y niñas, que afecta su desarrollo y crecimiento. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, el maltrato infantil se define como los abusos y desatenciones que reciben los menores.
En Chile, el maltrato infantil es una realidad más común de lo que pensamos, ya que siete de cada diez años manifiestan que alguna vez han recibido algún tipo de maltrato de parte de sus padres.
Un estudio de Unicef reveló que el 71% de los niños chilenos menores de 14 años sufre algún tipo de violencia por parte de sus padres. El 51% es víctima de violencia física, mientras uno de cada cuatro niños padece violencia física grave, siendo el problema más crudo en los menores de nivel socioeconómico bajo. El estudio se basó en una encuesta que se aplicó hace unos años a niños y niñas de octavo básico de colegios municipales, particulares subvencionados y particulares pagados de las regiones de Coquimbo, Valparaíso, Biobío, La Araucanía, Los Ríos, Los Lagos y Metropolitana.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, el maltrato infantil se define como los abusos y desatenciones que reciben los menores, incluyendo maltrato físico, psicológico o sexual que dañen su salud, desarrollo o dignidad o bien que pongan en riesgo su supervivencia.
Hay que recordar que el 14 de agosto de 1990 Chile reconoció la Convención sobre los Derechos del Niño, mediante una ley publicada en el Diario Oficial del 27 de septiembre de ese año, con lo que sus disposiciones entraron en plena vigencia en el país.
La violencia causa impacto en diferentes ámbitos de la vida de los niños y niñas, que afecta su desarrollo y crecimiento. Son menores predispuestos a desconfiar de otros adultos y a limitar sus posibilidades de exploración del mundo externo. Muestran mayor agresividad en las relaciones con sus padres y tienden a vivir como amenazantes las situaciones de acercamiento, lo que los hace estar a la defensiva permanentemente.
Además de tener una peor relación sus padres, tienen menor rendimiento escolar, un mayor consumo de medicamentos para mejorar su desempeño y comportamiento escolar, una relación regular con sus compañeros y han estado más expuestos al consumo de alcohol y drogas. De ahí que es un problema al que hay que darle la necesaria atención.