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Presidente promulga leyes que otorgan bonos y beneficios tributarios a 800 mil Pymes

MÍNIMOS COMUNES. Bono de $1 millón será recibido además por los comerciantes de ferias libres.
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El presidente Sebastián Piñera promulgó este viernes las dos leyes de apoyo a las micro, pequeñas y medianas empresas contempladas en la agenda de mínimos comunes.

Lo anterior, luego que el Senado despachara durante la mañana el proyecto que entrega un bono de $1 millón para todas las Pymes con ventas de hasta 25 mil UF durante 2020.

Para recibir el aporte, las empresas deben cumplir con al menos uno de los siguientes requisitos: haber contratado al menos un trabajador durante el año pasado, contar con declaraciones de ingresos por ventas al menos dos meses, ya sea en 2020 o 2021, y pertenecer a los rubros más golpeados por la pandemia, como gastronomía, eventos, cultura, turismo, belleza y peluquerías, gimnasios, transportes escolares y jardines infantiles.

Además del bono, las Pymes podrán solicitar la devolución de tres meses del promedio IVA débito declarado en 2019, con un tope de $2 millones.

Estas ayudas aumentarán en un 20% cuando se trate de una empresa individual de responsabilidad limitada donde la titular sea mujer. El proyecto también incluye medidas para facilitar la participación de las Pymes en el sistema de compras públicas, mejora el acceso a financiamiento a través del Fogape e incorpora un aporte para cubrir las deudas previsionales de los trabajadores suspendidos por la Ley de Protección del Empleo.

En el tercer y último trámite del proyecto, en la cámara alta, el gobierno accedió a patrocinar la extensión de los beneficios a los comerciantes de las ferias libres. Dicho aspecto fue incorporado durante su paso por la Cámara de Diputados y el ejecutivo resolvió apoyarlo para no demorar el despacho de la norma.

Piñera valoró el diálogo que permitió tramitar rápidamente los proyectos. "Es fruto de haber escuchado y recogido los importantes aportes del propio mundo de las Pymes, y de un acuerdo al que convocamos desde La Moneda a las distintas fuerzas políticas, a las cuales agradecemos hoy su valioso apoyo a esta iniciativa", dijo el mandatario.

Según La Moneda, estas medidas beneficiarán a más de 800 mil Pymes e implicarán un costo para el fisco cercano a los US$2 mil millones.

Beneficios tributarios

La ley de bonos para las Pymes es la tercera de la agenda de mínimos comunes en ver la luz, después de la ampliación del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) y los beneficios tributarios para las pequeñas y medianas empresas.

Esta última ley, también promulgada ayer, establece una reducción transitoria de 1,5% a 0% en la tasa de interés penal por mora en el pago de impuestos y contribuciones.

Además, permite la devolución del 100% del remanente acumulado de crédito fiscal del IVA y la extensión de las patentes provisorias cuyo vencimiento se produzca durante la vigencia de la alerta sanitaria, entre otras medidas.

Vacunación

Al promulgar los proyectos, el presidente se refirió a la importancia de la vacunación y de las medidas sanitarias para revertir el impacto económico de la pandemia. "Les pido a todos que actuemos con responsabilidad para poder seguir fortaleciendo la recuperación de los empleos perdidos y para poder seguir restableciendo la reactivación de nuestra economía", sostuvo.

"Quiero pedirles a los rezagados que se vacunen, no sólo para proteger su salud y su vida, sino que también la de sus seres queridos, familia, compañeros de trabajo y de todos los chilenos", concluyó Piñera.

Los mitos pueden ser peligrosos

Joaquín García-Huidobro
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Más que la previsible derrota de mi sector, lamenté profundamente la debacle electoral que los afectó a ustedes y a la DC en las elecciones de mayo. Aunque pensemos distinto, tenía una enorme confianza en el papel que la izquierda moderada debe jugar en el futuro del país, y esa derrota hace todo más difícil.

Ustedes son importantes. Si hace medio siglo me hubiesen dicho que en 1990 gran parte de la izquierda iba a abandonar sinceramente la idea de que la lucha armada era legítima; que haría suya la denostada democracia "burguesa", y que iba a defender la economía de mercado, habría creído que se trataba de una broma.

Si a todo ese relato hubieran agregado la idea de una transición pacífica a la democracia; de un fuerte crecimiento económico; del mejoramiento de los índices de salud y de una erradicación muy sustancial de la pobreza, mi incredulidad habría sido completa. Por eso no puedo menos que manifestarles mi admiración, aunque el proceso presente muchas ambigüedades.

No obstante lo anterior, tengo muchas críticas que hacerles. Me detendré en una, que me parece que explica en parte sus malos resultados y la desorientación en que los veo insertos, que se debe, perdonen la franqueza, a su propia responsabilidad.

Les propongo algo tan simple como ver en internet las 40 medidas del programa de Salvador Allende. A partir de 1990 ustedes hicieron prácticamente lo contrario, o al menos alcanzaron y superaron esas metas utilizando una lógica completamente distinta. Esto no está mal ("solo los burros no cambian de opinión"), siempre que uno lo declare expresamente.

Ustedes dicen que el PS es "el partido de Salvador Allende". Esto no es efectivo, ni siquiera hoy, cuando de nuevo se han izquierdizado: podemos decir que son demagógicos o que juegan con fuego, pero su discurso no se parece ni el de Altamirano ni el de Allende.

Por una mala entendida astucia política, nunca le dijeron al país con claridad que la Unidad Popular había sido un gigantesco fracaso (antes del 11 de septiembre de 1973), sino que mantuvieron vivo el mito de Allende y la UP. Quisieron transformar en un baile de máscaras lo que era una renovación profunda; hacer como los chinos, cuando Deng Xiaoping introdujo el capitalismo con la foto de Mao en sus espaldas. Eso le resulta a ellos, pero Chile es distinto.

En todo caso, su labor política le hizo muy bien al país en ese momento: nos trajo paz y progreso, aunque con grandes imperfecciones. "30 años", se dice hoy, de manera despectiva. Pero no me extrañaría que, en el futuro, se hable de esa época como de los "30 dorados", que es la expresión que emplean los franceses para referirse a las tres décadas posteriores al término de la Segunda Guerra Mundial.

Lo que sucedió después es muy sencillo. Como ustedes -que eran los únicos que podían matar el mito- no lo hicieron, el modelo de la Unidad Popular permaneció vivo. No estaba muerto, solo dormía, esperando que alguien lo despertara. Esos príncipes encantados fueron sus hijos, que no son socialistas ni del PPD o del PR, sino del Frente Amplio.

Ellos compararon el mito al que ustedes en teoría le rendían culto y la realidad de esos 30 años. Y constataron que algo no calzaba. Como no sabían historia y además pensaban que todo el progreso del que disfrutaban era una cosa perfectamente natural, reaccionaron con asco, porque ellos aman la coherencia (aunque no siempre la practiquen). Y pensaron que había llegado el momento de resucitar el mito, aunque eso significara enterrarlos a ustedes.

Hoy tienen importantes tareas por delante, comenzando por levantar un proyecto propio, en vez de actuar de manera improvisada en función de lo que hagan los sectores más extremos. Pero para construir un proyecto de futuro para una izquierda comprometida con la democracia representativa y con el progreso económico y social resulta imprescindible reflexionar sobre las luces y sombras de sus 24 años de gobierno y también, aunque resulte incómodo, sobre la Unidad Popular. Dejarle la interpretación de ese periodo al FA es un suicidio político.