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Cincuenta y ocho años cumple este importante gremio en la Región. En ese contexto, la vocera del sector productivo explica cómo esta entidad, que hoy reúne a 204 socios, ha evolucionado dentro del territorio. Entre sus principales preocupaciones hoy está el responder al grave déficit habitacional, construir con conciencia social y aportar la convivencia local.
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Esta semana la Cámara Chilena de la Construcción acaba de cumplir 58 años de historia en La Araucanía. Con más de 200 socios en la actualidad y una especializada red de comités y subcomités que abordan temas relacionados con el propio quehacer y la demanda regional, esta entidad se acerca raudamente a las seis décadas de existencia de la mano de tres importantes pilares: el propio crecimiento gremial, el de sus trabajadores y el comprometido objetivo de construir ciudades o escenarios, cada vez, de mayor calidad para las familias.

En un tiempo complejo, cruzado por la pandemia del covid-19 y sus efectos, la actual presidenta de la cámara, Claudia Lillo Echeverría, arquitecta y primera mujer en liderar esta organización, repasa el camino andado hasta la fecha por este sector productivo organizado, el cual - comenta - comienza en forma bien rústica a nivel local, con la voluntad de trabajar unidos y justo después del terremoto del 60', lo que implicó un desafío enorme: poner en pie a la Región que, literalmente, entonces estaba en el suelo.

A mediados 2021, la presidenta de la CChC comenta que los retos no dejan de ser menores. En plena crisis sanitaria y económica, el sector batalla con el alza de precios de los materiales de construcción y persiste en su compromiso de responder al déficit de viviendas que ha derivado en el aumento los campamentos en un 300%. De ello, de la reciente visita junto al alcalde Roberto Neira a los Barrios Transitorios de Antofagasta y el interés gremial por aportar a la convivencia regional, se refiere en esta entrevista.

CONTINUIDAD

- La Cámara Chilena de la Construcción cumple 58 años desde su fundación en La Araucanía, ¿cómo está esta organización en 2021? ¿Cuánto ha avanzado en su capacidad de convocatoria y como fuerza gremial en relación con el medio local?

- Hoy la CChC Temuco convoca 204 socios, somos la tercera cámara más grande de regiones. Estamos después de Valparaíso y Concepción. Ahora, en cuanto a nuestra relación con el medio, primero, nos unimos para mejorar nosotros en nuestras propias competencias y para ello existen distintos comités: de Vivienda, Inmobiliario, Obra Pública, Especialidades y de Proveedores, que a su vez tienen subgrupos de trabajo para temas específicos, uno de ellos relacionado con las centrales distritales, entonces, vamos avanzando según los asuntos gremiales. Aparte de eso, una de las cosas más importantes que tiene la cámara es el trabajo con la red social. Lo más importante para nosotros son nuestros trabajadores. Existe una red de programas que tienen que ver con salud dental, becas, exámenes médicos y ahora integramos las vacunas y otros temas relacionados con la pandemia. A nivel país, se gasta 2 mil millones de dólares al año solo en red social. Eso en lo gremial. Y respecto de la vinculación con el medio, nosotros tenemos súper claro que nuestro gremio es el más importante de la Región, lo creemos debido a la incidencia que tenemos por nuestro propio trabajo, que tiene que ver con construir los escenarios para que ocurra la sociedad, pero además por la forma que tenemos de trabajar, que es colaborativa, y nuestra forma de trabajar hoy también es un aporte para los temas sociales en nuestra Araucanía.

- La pandemia ha impuesto un reto mayúsculo a los gremios para sobrevivir. La CChC, de hecho, creó un protocolo sanitario para poder dar continuidad a su actividad. ¿Cómo ha funcionado ese protocolo?

- Yo no sé si soy muy optimista, pero creo que en los tiempos de crisis surge lo mejor del ser humano y la crisis obliga a sacar lo mejor de nosotros; bajo esa mirada dijimos: no podemos parar. Sabíamos que no podíamos parar, primero, porque parar una obra es tremendo, es como dejar una cirugía abierta y, además, no podíamos dejar a la gente sin trabajo, debíamos cuidar a los trabajadores y así, desde La Araucanía, nace este protocolo sanitario para la construcción que después se implementa en todo Chile y que es tremendamente riguroso en muchos ámbitos. Además, está en permanente evaluación y cambio según la fase. Pero lo más relevante es que nos ha permitido mantenernos funcionando como gremio, con otras escalas, a otros ritmos, cuidando nuestros trabajadores y con una tasa de contagios bajísima, que es menor al 1%. Esto es relevante, porque debemos aprender a vivir con lo que nos está ocurriendo porque esto viene para largo, al menos, hasta que la ciencia lo revierta.

RETOS

- El déficit habitacional ha sido un tema recurrente en el último tiempo. En plena crisis sanitaria proliferaron los campamentos. Fundación Techo Chile cifra en más 81 mil familias en estas condiciones y 500 mil en situación de allegadas. ¿Cuál es la visión y qué cifras que maneja el gremio local?

- Para nosotros cualquier carencia de infraestructura, sobre todo habitacional, es un dolor. Nosotros estamos especializados en construir los escenarios para que las personas y las familias puedan desarrollar lo mejor de sí mismas, y en ese sentido el déficit habitacional nos preocupa. Por esto el protocolo sanitario busca no detener la construcción. Los números en La Araucanía crecieron enormemente. En la Región, la población afectada es de 133 mil personas, aproximadamente. Esta es la región donde más crecen los campamentos, de hecho, en un 300% y esto sucede por varios motivos. Primero la historia de una vivienda entregada hace 20 años cambia, algunos hijos ya tienen familia y viven de allegados. También sucede porque varían las formas de vida, los sistemas sociales. Hay profesionales y técnicos jóvenes que quieren vivir solos. Entonces, empieza a haber una demanda más alta de vivienda. Y nosotros estamos trabajando de la mano del ministerio para poder continuar, pero aparte de la crisis sanitaria tenemos el alza de los precios de materiales, el quiebre de stock y la falta de mano de obra. Este tema es fundamental para nosotros porque la diferencia del valor de las viviendas terminadas será de alrededor del 15% y el subsidio tiene un monto fijo (…).

- ¿Qué comunas están más afectadas por esta situación?

- El déficit es bastante parejo. Sin embargo, el problema es mayor en Temuco y Padre Las Casas, los campamentos están situados principalmente en estas dos comunas. Luego está Angol, Collipulli, Los Sauces y Villarrica.

- ¿Cuánto debería construirse para superar el déficit?

- El desafío es enorme. El problema tiene varios números. En La Araucanía deberían construirse 44.290 unidades de vivienda para superar el déficit existente; 11.457 para eliminar el allegamiento y 32.833 viviendas para reemplazar las unidades deterioraras. Solo en Temuco y Padre Las Casas el déficit son 14.500 unidades. A esto hay que sumarle la demanda continua. 44 mil viviendas es mucho. Nosotros estamos cerrando carteras con 2 mil o 1.500 viviendas. Entonces, allí hay un delta importante.

OTROS OBJETIVOS

- El nuevo alcalde se reunió hace poco con el padre Felipe Berríos para conocer el modelo de "Barrios Transitorios" que se ha aplicado en Antofagasta. ¿Qué le parece este modelo de intervención y acompañamiento?

- No solo es importante hacer viviendas, tan importante como generar casas es generar una buena ciudad, tener buenos espacios públicos, con equipamientos adecuados. Países como Colombia han invertido la misma cantidad de dinero que nosotros en infraestructura, pero en vez de invertir en vivienda privada han invertido en espacio público, calles, plazas, barrios, colegios y cuando eso sucede automáticamente las casas van mejorando. Son estrategias distintas. A qué voy con esto, que es importante no perder el foco, porque si bien la vivienda es nuestro principal patrimonio, esta no lo es todo. Hay que generar el concepto de sociedad que se da en los espacios colectivos. Hay que construir barrios. Ahora, nosotros coincidimos con la visita del nuevo alcalde porque queríamos que conociera el modelo de 'Creo Antofagasta', que se parece al de Medellín y que busca recuperar los espacios públicos (…) y ahí el alcalde nos invita a conocer la experiencia de Barrios Transitorios, que parece una muy buena solución porque no solo significa un espacio transitorio para las personas, sino también significa acompañamiento y la entrega de un apoyo psicosocial (…) que lo que busca es resguardar a la familia mientras logra su solución habitacional, y para esto complementa el entorno con bibliotecas, espacios de cuidado, espacios de encuentro para los jóvenes, un observatorio y un galpón cuyo perímetro está articulado por containers destinados a formación temática en albañilería, electricidad, corte y confección, peluquería y alfabetización. Allí lo que se está haciendo es una transformación y eso es lo principal, donde se junta la importancia de una buena vivienda, una buena ciudad y una buena educación.

- Este gremio ha generado una denuncia pública por el alza de los materiales de construcción (+15%), un hecho que tendría detenidas 2.800 unidades habitacionales en la Región. ¿Ha tenido algún efecto el reclamo?

- Yo soy optimista. Hemos sostenido conversaciones con las autoridades. Hoy no me puedo referir mucho al tema, pero la autoridad está buscando soluciones porque también le interesa que la actividad continúe. Sí entiendo que en estos días habrá novedades.

- La crisis sanitaria ha traído consigo cesantía. Curiosamente, usted plantea sufren de escasez de mano de obra. ¿Por qué sucede esto?

- Hay escasez de mano de obra y le pasa a varios gremios. Hay gente que, en su justo derecho, decide no trabajar para cuidarse y está bien. Pero lo que más nos preocupa es que a propósito de cómo se han dado los beneficios a las personas, en general, hay muchos que prefieren permanecer informales para seguir recibiendo esos beneficios y eso es riesgoso; primero, por lo que ha costado que tengamos una formalización de los trabajadores y porque parece contradictorio lo que está sucediendo.

- ¿Qué otros proyectos motivan y movilizan hoy a la CChC Temuco?

- Estamos en varios temas. Principalmente, estamos preocupados por la realidad de nuestra Región y entendemos que de alguna manera debemos liderar ese proceso. Estamos haciendo esfuerzos en varias caras de ese tema. Estamos trabajando, por ejemplo, con el grupo de la CPC, que vino a ponerse al servicio de la Región, para ayudar a mejorar la convivencia local. Y ahí tenemos una serie de proyectos que tienen que ver con mejorar de caminos rurales, temas de APR y algunas mejoras de espacios públicos en lugares específicos. No es solo el mejorar los lugares, sino el cómo estamos haciendo el involucramiento porque nos interesa trabajar comunitariamente. En este proceso debemos transformarnos mutuamente y para ello debemos conocernos y mirarnos a los ojos unos a otros. Bajo estos parámetros la conversación cambia. Para ello estamos siendo acompañados por varias instituciones, pero lo que más nos interesa es cómo reencontrarnos como Región y volver a construir juntos.

"Lo más importante para nosotros son nuestros trabajadores. Existe una red de programas que tienen que ver con salud dental, becas, exámenes médicos y ahora integramos las vacunas y otros temas relacionados con la pandemia. A nivel país, se gasta 2 mil millones de dólares al año solo en red social".

"El desafío es enorme. En La Araucanía deberían construirse 44.290 unidades de vivienda para superar el déficit existente; 11.457 para eliminar el allegamiento y 32.833 viviendas para reemplazar las unidades deterioraras".

"Es importante no perder el foco, porque si bien la vivienda es nuestro principal patrimonio, esta no lo es todo. Hay que generar el concepto de sociedad que se da en los espacios colectivos. Hay que construir barrios".