Libro rescata la vida y obra de la artista pintora Celia Leyton Vidal
CAMINOS DE MILLACUYÉN. La obra fue elaborada por los académicos Lorena Villegas, Renzo Vaccaro y Álex Mellado, de la UC Temuco.
Por Guillermo Chávez
La primera y completa obra que rescata la figura de una artista que permaneció 30 años en Temuco y que dejó huellas de su paso, es el resultado del libro "Celia Leyton Vidal, caminos de Millakullen", proyecto recientemente presentado en una ceremonia online por los autores Lorena Villegas, Renzo Vaccaro y Álex Mellado, académicos de la Universidad Católica de Temuco.
La obra fue financiada por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio a través del Fondart Regional, cuyo resultado final fue un magnífico texto que contiene la totalidad de la obra desarrollada por la artista durante su permanencia en esta ciudad, desde que en 1931 llegara a cumplir funciones docentes al Liceo de Niñas de Temuco, hasta su retorno a Santiago en 1961.
Comienza la búsqueda
"El primer acercamiento que tuvimos con Celia Leyton fue durante una exposición en el Museo Regional, en donde observamos unas diez obras suyas casi desconocidas, por lo que comenzamos a indagar. En la medida que fuimos conociendo a la autora surgió la idea de este proyecto", cuenta Lorena.
El trabajo ejecutado por los entusiastas académicos da cuenta de las motivaciones y del legado de la artista desde que llegó a nuestra ciudad, en donde durante su permanencia funda la Academia de Bellas Artes de Temuco, expone en la Biblioteca Municipal, en la Sala Intendencia de la Provincia y en diversas ciudades de todo el país. Además, publica el libro "Araucana, rostro de una raza altiva", y en 1956 comienza a trabajar en el mural "Profesor Neculmán", en homenaje al primer profesor normalista mapuche, en el hall central del Liceo de Niñas que deja inaugurado antes de irse en 1957 de gira por Europa.
Ya en 1961 comienza a trabajar en el mural "El chasqui" en la sala principal de Correos y Telégrafos, realiza una última exposición en Temuco y comienza a construir en Santiago su taller "Rucatelier", lo que da indicios de su intención por volver a la capital. En 1962 se realiza la ceremonia de inauguración de aquel gran mural en la oficina de Correos y es despedida oficialmente de esta ciudad con honores durante una ceremonia mapuche denominada "Millakuyen" ("Luna de oro"), nombre espiritual que le había sido asignado por el lonko Ñanco Catrinao, de Carén.