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Tres desconocidos se juntaron para robar

"Ni un paso en falso", en HBO Max, reúne a un elenco cargado de testosterona para narrar los violentos pormenores de un robo que sale mal. Todo un ejercicio de estilo en los sombríos años 50.
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Para algunos cineastas, la independencia es solamente la puerta de entrada. Steven Soderbergh debutó con "Sexo, mentiras y video" (1989) y, tras las aclamaciones, rápidamente trató de entrar en la gran industria. Su segunda película fue, de hecho, un ambicioso biopic de Kafka que dio inicio a una fase de tropiezos y ejercicios de estilo que no le hicieron el quite a los códigos más instaurados del cine de Hollywood. El director comenzó entonces a intercalar películas comerciales con proyectos más personales. Una buena muestra es la abismal diferencia que hay entre las dos cintas que estrenó en los años 1999/2000: "Vengar la sangre", una notable y estilizada muestra de cine negro con Terence Stamp, y "Erin Brockovich", drama judicial protagonizado por Julia Roberts que pudo haber sido dirigido por cualquier otro dentro de la industria.

Luego vino la consagración con apuestas como "Traffic" y la saga de "La gran estafa", además de comedias, filmes de ciencia ficción, dramas, cintas políticas y series de televisión. Soderbergh ha demostrado que puede lidiar con cualquier género sin perder la habilidad. Digamos que en su caso no es fácil definir un rasgo de identidad (nadie habla de una película "soderberghiana"), aunque siempre podemos esperar de él un alto nivel de destreza técnica y narrativa.

Con "Ni un paso en falso" (en HBO Max), el director corrobora que su gran fuerte es el cine negro. Nos lleva a pensar qué hubiese pasado si, como en el caso de Jean-Pierre Melville, toda su filmografía se hubiese enfocado en el policial. En este caso, el artificio cinematográfico evoca otras reminiscencias noir como "Los Angeles al desnudo". Porque la nueva de Soderbergh transcurre en el Detroit de los años 50, donde tres desconocidos se juntan para hacer un robo: un ex presidiario que padece el racismo de entonces (un delgado Don Cheadle), un tipo rudo al que no le agradan los negros (Benicio Del Toro) y un joven desconfiado que dificulta la misión (Kieran Culkin). El personaje misterioso que los convoca es un tal Mr. Jones (un robusto e irreconocible Brendan Fraser), quien busca que sus hombres irrumpan en la casa de un ejecutivo de la General Motors y tomen a su familia como rehenes. Será sólo el comienzo de un thriller que, con buen pulso y tensión constante, se volverá más complejo e irá incorporando a otros personajes como policías, mujeres fatales, empresarios y mafiosos. Toda una red de corrupción que involucra a actores secundarios de la talla de John Hamm ("Mad Men") y Ray Liotta.

El gran problema de realizadores como Soderbergh es que para ellos el cine pareciera ser un sofisticado tren de juguetes. Hay poca profundización humana detrás de estos ejercicios de destreza. Esto, por supuesto, no atenta en contra de la diversión.

La nueva cinta de Soderbergh transcurre en el Detroit de los años 50, donde tres desconocidos se unen para un atraco.


En resumen

Steven Soderbergh ha dirigido más de 45 obras cinematográficas.

Por Andrés Nazarala R.

fotograma de la cinta

Marcando territorio en el corazón del bosque

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1-¿De dónde viene tu interés por el reino de los hongos?

-Mi interés es reciente, pero intenso. Está nutrido por artículos científicos, documentales de televisión y por los trabajos de la Fundación Fungi, una ONG chilena dedicada exclusivamente al estudio de los hongos. Viendo un capítulo de la serie 'Life on Earth' descubrí el caso de los hongos 'Cordyceps'. Aprendí que son capaces de infectar el cerebro de diversas especies de insectos y tomar control de sus cuerpos. Esa idea me sirvió luego para la novela, vinculándola (en la ficción) a la posibilidad de que eso ocurriera en un ser humano.

2-¿Qué podemos aprender de los hongos?

-Nos ayudan a pensar en otra forma de vida y otro modo de relacionarnos con la vida en la Tierra. Son entidades complejas y curiosas. Aquello que va por debajo, que se extiende kilómetros, incluso silenciosamente y posibilita la vida tal como la conocemos. En gran medida, la noción de 'lo vasto' en el libro se alimenta de ellos. Funciona como una metáfora de la propia literatura, como algo que nos excede absolutamente. Son como un dios natural, pero también como una constelación subterránea que me permiten no sentirme solo cuando escribo.

3-¿Cómo va tu novela sobre Jemmy Button?

-A Jemmy Button, el yagán que Robert Fitz-Roy secuestró con el fin de 'cristianizarlo y normalizarlo', a cambio de un botón de nácar pagado a su familia en el año 1830, lo descubrí por el documental 'El botón de Nácar' de Patricio Guzmán. Me fascinó al punto de que no he dejado de leer y escribir sobre él durante los últimos seis años. Actualmente estoy haciendo mi tesis del Magíster sobre esa historia y gracias al Premio Roberto Bolaño avanzo en una novela que busca, entre otras cosas, destacar la lucha del pueblo yagán en el sur del país.


En resumen

En "El vasto territorio" de Simón López Trujillo, la destrucción medioambiental marcará la vida de los protagonistas. En paralelo, la amenaza de un hongo en las proximidades de Concepción va creciendo hasta que los hechos se precipitan sin vuelta atrás.

Simón López Trujillo estudió filosofía en la U. de Chile.

3 preguntas

Simón López Trujillo, escritor:

victoria ramirez