Rentas vitalicias
Por segunda vez a través de su digno intermedio intentaré llegar a mis colegas jubilados por renta vitalicia.
Dado que sigue el carnaval de acciones irresponsables por parte de políticos que sueñan con la reelección, quisiera alertar a mis colegas que, de aprobarse este retiro, muchas de las aseguradoras que nos atienden pueden caer en la más brutal insolvencia.
No podrán pagar nuestras pensiones, en cuyo caso la ley obliga al Estado a hacerse cargo de nuestro futuro en el peor momento de nuestras vidas. Si así fuera, cosa que no es fácil de garantizar, los montos a recibir irían muy por debajo de lo que se pactó en el momento del retiro.
Es imposible sustraerse al oscuro panorama del futuro de la previsión en nuestro país. Es por esto que me atrevo a llamar a mis colegas de renta vitalicia a no realizar otro retiro si es que se aprueba el cuarto: de hacerlo, le pondremos la soga al cuello a nuestra aseguradora, lo que equivaldría a un suicidio previsional de nuestra parte.
Dicho de otro modo, nos estaríamos disparando en los propios pies o, lo que sería peor, mordiendo y acabando con la mano que prometió alimentarnos por el resto de nuestras retiradas vidas.
Luis Alfredo Vergara Castillo
Emprender en la tercera edad
El último boletín trimestral del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), informa que la ocupación informal en Chile creció un 30,8%, equivalente a 491.207 personas. El tramo de personas de 65 años y más corresponde a 48.6%, fenómeno que refleja que individuos maduros no encuentran oportunidades en el empleo formal, por lo que deben migrar al segmento de trabajadores por cuenta propia.
Lo anterior toma relevancia si consideramos que las proyecciones para el año 2050 indican que el 25% de nuestra población superará los 60 años, implicando que en el futuro exista una fuerte tensión sobre el mercado del trabajo de este segmento en particular, la cual demandará oportunidades laborales para proseguir con su actividad productiva y seguir aportando al desarrollo de la región.
Se hace latente, entonces, para contrarrestar esta realidad presente y futura, impulsar el emprendimiento de individuos maduros o de la tercera edad, cuyo grupo etario posee atributos esenciales para emprender, tales como poseer una sólida experiencia en lo laboral, conocimientos y habilidades administrativas y técnicas, amplias redes de contacto forjadas en el tiempo, medios financieros adquiridos durante su trayectoria, y un alto compromiso e involucramiento en las tareas que le permitan llevar adelante sus ideas. Asimismo, pueden enfrentar de mejor forma los problemas propios de un emprendimiento, generando asimetrías con el emprendedor joven que no cuenta con estas competencias de entrada.
Estudios sobre la sobrevivencia de los negocios creados por individuos maduros concluyeron que, después de 5 años, el 70% de estos emprendimientos prevalecían en comparación aquellos fundados por jóvenes que solo llegaban al 28%. La argumentación anterior instala la urgente necesidad de impulsar este tipo de proyectos tardíos, como una alternativa viable para mejorar los ingresos de las personas mayores, incrementar su calidad de vida, así como también permitir un envejecimiento activo que facilite su inclusión social y laboral impactando positivamente en la economía.
Charles Araya, Universidad de Las Américas Sede Concepción
Imacec
El crecimiento del Imacec en un 19,10% anual en agosto de 2021 según se publica en El Austral de 7 de octubre es una noticia muy alentadora para la economía nacional.
Sin duda, de alguna forma es el reflejo del crecimiento de los bolsillos de los dueños de las forestales, de los bancos, de las isapres, de las AFP, de los retail; crecimientos que lamentablemente no inciden en el valor de las cuotas de los diferentes Fondos de los trabajadores que administran las AFP, los cuales desde hace varios meses, persisten en "rentabilidades" negativas, perjudicando especial y gravemente a quienes estamos para pensionarnos.
Benedicto Hueichapán Leufumán
La salud post covid
Cuesta creerlo, pero esta pandemia, a pesar de lo difícil que ha sido, nos dejará legados positivos y uno de ellos la digitalización de la salud. La crisis sanitaria sin precedentes aceleró evolución de un sector que se había resistido a avanzar.
¿Es esto una buena noticia? Sin duda. La telemedicina 2.0, que toma nuevas tecnologías para que la atención sea más que una videollamada y permita diagnósticos certeros, abre paso a un sistema más eficiente. Asimismo, elimina los límites geográficos y combate la inequidad en el acceso a la salud que afecta a las zonas remotas.
Pero quizás lo más interesante es que abre paso a empresas más sanas y sustentables.
La innovación llegó, las tecnologías están disponibles y las ventajas son evidentes. Ahora solo queda que las empresas tomen conciencia y antepongan la salud de los trabajadores ante otras prioridades, pues hoy más que nunca entendemos la relevancia que tiene invertir recursos en ella.
David Batikoff