Estrategia de electromovilidad
Chile busca acelerar el proceso de adopción de energías menos contaminantes para los desplazamientos de personas y cargas en el país. Las autoridades dieron a conocer la preparación de un proyecto de ley de transición energética que será ingresado al Congreso.
Hace algunos días los ministerios de Energía y Transportes dieron a conocer la nueva estrategia de electromovilidad, que busca acelerar el proceso de adopción de energías menos contaminantes para los desplazamientos de personas y cargas en el país, con ambiciosas metas pensadas de aquí al año 2035.
En efecto, el documento compromete que a esa fecha el 100% de las ventas de vehículos livianos y medianos sean cero emisiones, así como la totalidad de las ventas de transporte público (buses, taxis y colectivos) y de maquinaria móvil mayor, que incluye camiones de extracción y maquinaria pesada minera.
Para el 2040, en tanto, se aspira a incorporar a las ventas de maquinaria móvil menor, que incluye equipos de construcción, agrícola y forestal, mientras que al 2045 todo el transporte de carga y buses interurbanos serán cero emisiones.
Se debe recordar que en Chile más de un tercio del consumo energético pertenece a la actividad del sector del transporte, del cual sobre un 99% corresponde al uso de energía proveniente de derivados del petróleo.
Para avanzar en la materia, las autoridades dieron a conocer la preparación de un proyecto de ley de transición energética que será ingresado al Congreso, el cual considerará cuatro materias claves: hidrógeno verde, impulso a las energías renovables y a la generación distribuida; y la electromovilidad.
En este último punto se consideran acciones concretas como la rebaja transitoria en el permiso de circulación de vehículos eléctricos, para favorecer su compra y la modificación de la ley de generación distribuida para habilitar el vehicle-to-grid, que permite a los vehículos eléctricos inyectar energía y que ésta les sea valorizada.
Este avance es muy coherente con un objetivo que para La Araucanía se ha transformado ya hace un tiempo en un desafío central: avanzar hacia el desarrollo de actividades económicas mucho más sustentables y que se enfoquen especialmente en la utilización de energías renovables como el hidrógeno verde.