Correo
No hay inmunidad
El éxito relativo del programa de vacunación contra la pandemia de covid-19 en Chile ha llevado a buena parte de la población a relajar las medidas de autocuidado, pensando que nos acercamos a la deseada inmunidad. Sin embargo, eso no es así.
Todas las vacunas en circulación han sido aprobadas de emergencia y no existe ninguna vacuna 100 % efectiva. De hecho, la vacuna más usada en Chile, la coronavac, es de las menos eficaces, incluso con segunda dosis. Es más, todas las vacunas antigripales van perdiendo su poder antiviral con los meses, lo que requiere de revacunaciones periódicas. Por lo tanto, estamos lejos de aspirar a la inmunidad de rebaño que lamentablemente el ministro Paris anunció como posible para fines de junio pasado en su intervención del 3 de marzo de 2021, según se lee en los medios.
Alemania se estancó en un 69 % de vacunación desde hace semanas, habiendo relajado medidas sanitarias. El gobierno informa sobre 50.000 nuevos contagios diarios, récord absoluto desde que empezó la pandemia hace 20 meses.
La situación creada por esta pandemia es nueva y por tanto es comprensible que ocurran errores y aciertos.
Por lo mismo, es necesario estar alertas y no confiar demasiado en las medidas de relajación, las cuales conjugan variados aspectos y no solamente los sanitarios. En definitiva, cada quien es llamado a elegir las instancias que considera peligrosas. Porque hay efectivamente más probabilidades de contagio en espacios públicos cerrados, donde se comparte por algún tiempo con personas que no usan apropiadamente la mascarilla, ríen y hablan fuerte; allí puede haber alguien asintomático o vacunado pero portador del virus. Estamos aún lejos de la inmunidad y ningún país la ha logrado aún.
Eugenio Vogel
En el fondo
Las instituciones estatales, desde hace años no funcionan. En realidad, son las personas que manejan las instituciones estatales chilenas, las que no funcionan. Son pocos los abusadores, pero son los que se apropiaron del poder real.
No cumplen la Constitución, se arrogan atribuciones y funciones que no les competen, no cumplen los procedimientos sanitarios y en pandemia es más grave, dejan que asalten y asesinen a chilenos, permiten que quemen vivas a personas de la tercera edad, permiten los saqueos, el narcotráfico, el narcoterrorismo, permiten que quemen la infraestructura pública y cuanta delincuencia se les ocurre a los malos, permiten que se atente y destruya puestos de trabajo de los chilenos honrados, usan el Estado como botín solo en su propio beneficio, permiten que los delincuentes anden sueltos y los chilenos honrados vivan encerrados.
Nos atiborran con burocracia e impuestos con un Estado megalómano, que se niegan a modernizar y optimizar porque eso significa ahorrar no menos de Mill USD 8.000 /año y sus pitutos y parientes tendrían que buscar trabajo.
Jorge Porter
Innovación y tecnología en pos de la educación TP
Si bien es prematuro sacar conclusiones categóricas sobre los aprendizajes que nos ha dejado la pandemia, en materia de educación, es evidente que se han abierto espacios a una serie de innovaciones que incidirán positivamente en la formación de miles de jóvenes.
Pero estas oportunidades se ven obstaculizadas por un marco de políticas públicas que van atrasadas respecto de la realidad, y que necesitan del empuje del Estado para su consolidación definitiva.
A su vez, en los programas de los candidatos presidenciales, tampoco vemos ideas que vayan un poco más allá de lo ya conocido. Las propuestas son correctas, pero no suficientes para generar un impulso que permita adaptarse a los tiempos, acelerados por los cambios tecnológicos y sociales que la pandemia ha consolidado. Se ha hecho evidente que la innovación y desarrollo tecnológico, la flexibilización de la estructura curricular y la actualización disciplinaria de los docentes, son los motores para generar cambios cualitativos en la formación técnico - profesional en nuestro país.
Si bien los talleres prácticos son la esencia de la enseñanza técnica, ahora pueden ser complementados por la tecnología, incorporando simuladores, plataformas de aprendizaje activo y metodologías que permiten la evaluación y retroalimentación a los estudiantes de forma atemporal, remota y personalizada.
Todos estos aprendizajes requieren de políticas públicas que lo posibiliten, en un esfuerzo conjunto entre Estado e instituciones de educación superior, contribuyendo así a dar un salto de calidad en el ámbito de la formación técnico profesional.
Kiyoshi Fukushi, Duoc UC