El italiano Valentino Rossi puso fin ayer a su carrera deportiva después de 432 grandes premios y 26 temporadas en las que logró nada menos que nueve títulos mundiales y consiguió elevar el motociclismo a niveles nunca alcanzados gracias a sus celebraciones, su espectacularidad sobre la pista y la manera de hacer las cosas, cautivando a los aficionados de todo el planeta.

Rossi, nacido en 1979, no logró resistir el paso del tiempo frente al empuje de las jóvenes promesas y ello unido a su escasez de resultados lo llevó a tomar la determinación de dejar de competir al final de este 2021 en el campeonato del mundo.

Fue un piloto ganador con un carisma y empatía con todos los aficionados y seguidores del motociclismo, por lo que será muy difícil de igualar para cualquiera de sus rivales.

Debutó en 1996 en el campeonato del mundo y ganó títulos mundiales en 125 c.c. (1997), 250 c.c. (1999) y 500 cc/MotoGP (2001, 2002, 2003, 2004, 2005, 2008, 2009). Sus 115 victorias y 235 podios en total, son un bagaje al alcance de muy pocos pilotos, pero seguro que para la inmensa mayoría de los aficionados lo que quedará para el recuerdo serán sus extravagantes celebraciones.

Rey de la pista

Ese primer título de la categoría reina en 2001 le siguieron otros dos de la mano de Honda, los de 2002 y 2003, pero en esta temporada las desavenencias entre las partes acabaron en ruptura. La escudería siempre pensó que Rossi era campeón porque ellos tenían la mejor moto y el italiano se fue a Yamaha para demostrar lo contrario: con los títulos de 2004 y 2005 dejó claro que él tenía la magia sin importar la marca de su moto. Y aun llegaron dos títulos más, los de 2008 y 2009, ambos de la mano de Yamaha.