Mal estado de los caminos rurales
El estado de los caminos rurales de la Región de La Araucanía no es bueno, un claro ejemplo de ello es lo que ocurre en el sector Llaguey, en la comuna de Saavedra. Lo anteriormente señalado se evidencia en que la vía rural de esta localidad se encuentra en muy malas condiciones. Ejemplo de ello son los múltiples hoyos y piedras sueltas existente a lo largo de todo el camino, lo que a su vez dificulta la movilización tanto a pie como en vehículo de los vecinos que transitan por el sector. Ahora bien, cabe precisar que muchos habitantes del sector Llaguey son adultos mayores, razón por la cual es necesario tener caminos en buen estado para su desplazamiento, la misma razón aplica en el caso de que ocurra una emergencia.
Es necesario que la autoridad correspondiente pueda hacer una visita al sector para observar en terreno el estado de los caminos y conversar con los vecinos al respecto, ya que como usuarios tenemos el derecho de tener un camino en buen estado por el cual transitar, y por otro lado las autoridades tienen el deber de mantener y preservar los caminos públicos en buenas condiciones.
Angélica Gaete Guenteo, estudiante 3°Medio Liceo La Sierra, comuna de Saavedra
Pare, piense y opine
Estos últimos años, nuestra historia social ha estado marcada por pasiones que esconden pulsiones y que se revisten de una racionalidad que muchas veces no surge desde las mismas personas o grupos que ejercen la violencia, si no desde la mente de personas de distintos niveles y profesiones, influenciadores, líderes de opinión, etc. Una evidencia irrefutable son los resultados en esta primera vuelta para la elección presidencial; el centro se difumina y se extreman las posiciones, "Chile se ha polarizado" comentó a un medio de comunicación un destacado analista político.
Todos somos buenos para opinar y de esta forma revestir de un ropaje de racionalidad (nuestra racionalidad) a emociones, pasiones y conductas que se expresan muy lejos de los lugares físicos en los cuales desempeñamos nuestras labores cotidianas pero muy cerca de nuestra propia identidad psicológica, de nuestros dolores, frustraciones o éxitos. En fin, de lo que llamamos nuestros espacios de subjetividad.
La subjetividad que tanto abunda en las redes sociales, es un espacio cómodo y confortable, pero con un alto grado de riesgo en el que las ideas se procesan con mucha facilidad y de manera muy superficial. Tendemos a rechazar aquella información que requiere de un mayor análisis y que en principio se contrapone a nuestras predisposiciones y creencias. Es ahí donde la emoción supera a la razón y los mensajes de promesas, sueños y utopías se reproducen fácilmente.
El psicólogo Daniel Kahneman, Premio Nobel de Economía, distingue entre un sistema de procesamiento de la información que es muy rápido, que no requiere esfuerzo mental, que tiende a sacar conclusiones de manera inmediata a partir de fragmentos cortos de información, cargados de emocionalidad; distinto del "Pensamiento Lento", cuyo sistema mental es más reflexivo y racional y que, aun cuando exige más esfuerzo, nos permite tomar decisiones con menos posibilidades de fracaso porque se basa en el pensamiento heurístico dejando de lado los sesgos que intervienen cuando tomamos decisiones en las que están muy comprometidas las emociones.
Dicen los franceses que la primera vuelta se hace con las emociones y que la segunda vuelta con la razón, ¡Qué distante de nuestra cultura latinoamericana! donde las emociones son las que priman. La invitación entonces es a detenerse, reflexionar y luego opinar, sepa usted que nunca habrá una decisión perfecta, pero sí, una decisión futura con mayor probabilidad de acierto, con la convicción que fue una decisión pensada y que fue la mejor que podíamos tomar con los recursos que teníamos en el momento histórico que estábamos viviendo.
Luis Alemán Rodríguez, UCEN
Ahora le toca a las personas transformarse
En la actualidad, la digitalización no es una opción, sino más bien una necesidad. Esto corre también para el Estado, que paulatinamente ha venido sumándose a esta tendencia, a través de una profunda modernización de una serie de procesos que al día de hoy se estaban realizando de la misma manera que hace 100 años atrás.
Esta transformación digital es un concepto bastante popular hoy en día, pero en el contexto de la Administración del Estado, tiene que entenderse como un cambio en los diferentes procesos que puede tener una empresa u organización, también supone un cambio en el modelo organizacional, lo que impacta en el beneficio del ciudadano, y, por ende, el bienestar de la sociedad.
Es por esto que es clave entender que no solamente se necesita el uso de nuevas tecnologías al interior de diversos procesos de los servicios públicos, sino que, además, requiere de un dominio digital de toda la población.
Confiamos en que la digitalización de los procedimientos públicos otorgará a los ciudadanos mayor certeza, transparencia, seguridad y velocidad en la entrega de servicios, pero que sin duda requiere del aporte, compromiso de las personas para que se pueda considerar una reforma exitosa.
Ignacio González