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El académico e investigador regional fue uno de los invitados en el reciente encuentro "Crisis de la Basura: ejemplos de Europa para una economía circular", organizado por Corparaucanía y Fundación Araucanía Verde, allí se mostró partidario de abordar de manera integral el manejo de los residuos sólidos municipales y en esta entrevista profundiza su opinión, propone avanzar hacia la recolección de "basura" selectiva, el compostaje a gran escala y habla también del estado de la investigación científica en Chile.
- Rodrigo, respecto de la gestión de residuos sólidos domiciliarios, ¿qué percepción tiene usted acerca de la situación en la que se encuentra La Araucanía?
- La primera percepción, que no es tan percepción, porque los datos la avalan, es que nuestro sistema de gestión integral de residuos sólidos municipales - y me centraré en eso porque los residuos industriales tienen distinta realidad, algunos están bien manejados, otras industrias no tanto - tiene un estándar de gestión es bastante bajo, históricamente; más si nos comparamos con el concierto internacional o con la OCDE. Ahora, si se trata de gestión de residuos líquidos estamos muy avanzados. Y en este diagnóstico hay varias cosas que afectan en cuanto a por qué estamos atrasados…
- ¿Cuáles son?
- Lo primero es ¿quién paga la gestión de residuos en nuestra sociedad? Ese es el primer tema y en nuestro caso, históricamente, han sido las municipalidades las que se han hecho cargo de gestionar los residuos a un costo que, por lo general, al final de año, los deja en negativo (…). Entonces, el modelo de gestión basado en municipalidades es lo primero que creo que hay que reflexionar. Si es por municipio o es intercomunal, de lo cual se habló en algún momento como tener un relleno sanitario para Temuco-Padre Las Casas, Concepción-Talcahuano y así, lo que hace sentido porque hay economías de escala y en la gestión de residuos importa mucho el transporte, la densidad de los residuos y, luego, la disposición final. Ahora, ¿cuál es la función de la gestión de residuos? Es un tema sanitario. No nos olvidemos lo que pasó en Nápoles hace un año. Se dejó de recoger los residuos y la ciudad se ensució, entonces, si no recolectamos los residuos vamos a tener un problema sanitario. Es decir, tenemos que recolectar la basura y disponerla de la mejor manera posible, y esos costos tienen que estar cubiertos, por lo tanto, pedir a las municipalidades que innoven sobre un tema para el que no tienen suficientes recursos es uno de los problemas principales para avanzar hacia una gestión de residuos con un estándar superior.
- Desde la experiencia de España, Ángel Fernández, presidente del Patronato de la Fundación para la Economía Circular, nos aconsejó dar pasos seguros, pero avanzar. ¿Cree posible que en nuestro país y nuestra región los distintos eslabones se conecten para que la economía circular sea posible?
- Creo que sí. Y siento que La Araucanía tiene ventajas para ello. La Región puede ser un buen escenario para conectar la recolección de residuos con la economía circular. Lo creo porque la nuestra es una región donde estamos acostumbrados a manejar residuos orgánicos, a manejar biomasa; somos una región agrícola, forestal y frutícola, y estamos acostumbrados en distintos rubros a manejar residuos orgánicos. Tenemos alguna experiencia y en algunos ámbitos industriales se hace bien. Así que esos pilotajes pueden ser replicables para los residuos sólidos municipales. Un ejemplo simple es el compostaje. Es algo tan antiguo y simple que uno se pregunta por qué no se implementa. Es una tecnología simple, barata, que se puede implementar con bajo nivel tecnológico, sin embargo, no la implementamos a escala mayor. Cuesta implementarla y tiene una serie de aristas. Pero esa sería una buena opción. Lo digo porque en Europa existen restricciones para disponer materia orgánica en rellenos sanitarios, esto porque una de las principales fuentes de metano en el ámbito de los residuos son los rellenos sanitarios y al poner una restricción de este estilo algunos residuos orgánicos van a plantas de valorización energética porque sale más conveniente, que es lo que hace la comunidad de Guipúzcoa, en el País Vasco. Esas cosas son las que gatillan que una región se mueva desde una forma de hacer las cosas hacia otra. Es una mezcla de normativa y tecnologías disponibles al costo en que los modelos de gestión lo permiten.
- El caso de Guipúzcoa ha agrupado a 90 municipios en torno a un consorcio de residuos y una planta de valorización energética (WTE) lo que ha permitido hacer desaparecer los rellenos sanitarios, no sin antes pasar por una larga resistencia y pugna con grupos ecologistas y políticos. ¿Qué debe pasar aquí para que consigamos encaminarnos hacia una solución de nuestra propia crisis?
- A veces tendemos a pensar que la gestión de residuos tiene una solución y eso no es así. En general, lo que hacen las ciudades, primero, es valorizar los residuos que son rápidamente valorizables, que son los que entran de inmediato al ciclo productivo: los plásticos, el vidrio y los metales (…). Por lo general eso está, pero esa logística y esa cadena de valor solo en algunos casos las tenemos. En papel tenemos plantas que producen papel reciclado; en plástico y metales también tenemos reciclaje con industria. Así que la primera etapa es valorizar lo que es fácilmente valorizable, lo que tiene poco costo en términos de separación, pero debemos tener separación selectiva, y luego vienen dos fracciones que son más complejas de utilizar y reciclar: la fracción orgánica (húmeda) y la fracción 'restos' (20%) que es complicada reciclar. La fracción orgánica tiene distintas opciones. Una es la que eligió el País Vasco con un compostaje rápido para luego valorizarla energéticamente; y la otra es compostarla para llevarla a predio agrícola si es que el compostaje es calidad, más cuando hay normativa de compostaje en Chile. Y el tema de la 'fracción resto' es la que va a incineración. Entonces, en ese contexto y en teoría no debiera ir nada a relleno sanitario, pero si tengo un compos y no tengo dónde disponerlo voy a tener que llevarlo a un relleno, pero no es malo porque llegaré con una materia estabilizada que no emitirá metano (…). Ese es el ciclo completo, reciclaje de las fracciones clásicas para compostajes o digestión, y valorización energética de la fracción resto.
CASO TEMUCO
- Temuco tiene la oportunidad de ser punta de lanza en la Región. Al observar la experiencia local, ¿qué opina del manejo de los residuos a nivel local?
- Creo que hay varios conceptos que se pueden manejar. El primero es que en materia de plástico y vidrio tenemos puntos limpios, y por alguna razón los puntos limpios de papel y cartón han ido desapareciendo; eso es un síntoma de algo. Pero no tenemos formal y culturalmente una recolección selectiva. Porque una cosa es tener puntos limpios, y eso está bien, pero eso no es recolección selectiva, eso sería tener separadas las fracciones, que los camiones pasen a retirar cada fracción y tengan un lugar para llevar eso para que sea procesado. Entonces, creo que debemos ir avanzando paso a paso hacia la separación selectiva de los residuos. Si tenemos puntos limpios de vidrio y plástico, avancemos en el reciclaje de vidrio y plástico, y resolvamos ese tema primero. El asunto es que en Temuco y Padre Las Casas más del 50% de los residuos es fracción orgánica, así que en paralelo tenemos que atacar la materia orgánica y no es complicado, hay tecnología y creo que hay voluntad (…).
- Respecto de la resistencia que ha encontrado la propuesta de una planta tipo WTE o de tratamiento con incineradora, ¿qué sería recomendable? ¿Tal vez generar una gran consulta ciudadana?
- Podría ser una opción. Siempre he pensado que el diálogo sirve para discutir problemas relevantes como la gestión integral de residuos sólidos municipales o la instalación de una planta A, B, C o D. No quiero estigmatizar una planta de valorización energética porque no corresponde. Una planta de compostaje también emite olores fuertes, se genera amoníaco el cual se asemeja al olor de un baño, y las plantas de incineración o de valorización energética siempre generan discusión en torno a la emisión de dioxinas. El tema es que hay que controlar su emisión y eso hoy, en el estado del arte de las plantas, ya existe. Entonces, esta es una discusión que se debe dar y es posible argumentar sólidamente de cómo funcionan estas plantas y cuáles son sus niveles de emisión.
EN INVESTIGACIÓN
- En otro tema de su dominio, la investigación y el desarrollo de postgrados, ¿cómo describiría el ecosistema científico-tecnológico que tenemos hoy en Chile?
- Desde el punto de vista de la investigación tenemos hoy a la Agencia Nacional de la Investigación y Desarrollo, ANID, que sigue basando su entrega de fondos a través de un modelo competitivo (concursable) y cuando uno tiene esto lo que está diciendo es que tiene menos fondos de lo que realmente se necesita en el país, porque la competencia es buena, pero estamos viviendo una etapa en la cual proyectos buenos se quedan sin financiamiento. Entonces, soy crítico, primero, en cuanto a que debiéramos pasar - y espero que el próximo ministro de Ciencias lo haga - a una especie de financiamiento más basal. Yo creo que un sistema mixto sería lo ideal, siempre con un fondo competitivo para proyectos específicos. Creo que debemos avanzar hacia allá, pero para eso hay que aumentar el presupuesto, porque con el 0,3 o 0,4% del PIB en investigación y desarrollo no alcanza. Ahora, claramente, en el nivel OCDE estamos por debajo del estándar de inversión, pese a que el ecosistema nacional tiene bastantes cosas buenas en investigación. En Chile se publica muy bien y hemos ido generando programas de doctorados muy fuertes.
- Vicerrector, ¿existe hoy un vínculo entre las instituciones públicas que requieren insumos para la toma de decisiones y las universidades insertas en nuestro territorio?
- Yo diría que sí en general. Por ejemplo, la Universidad de La Frontera y el Gobierno Regional tienen proyectos muy interesantes, financiados por el Gore, los cuales buscan resolver dolores de la administración regional con capacidades de la universidad. Creo que es muy pertinente que así ocurra. Nosotros como universidad nos sentimos cumpliendo esa misión cuando avanzamos con proyectos de esta naturaleza. Por ejemplo, tenemos un segundo proyecto financiado con la industria del queso regional, esto para avanzar en la diversificación de la producción y potenciar dicha industria con 70 productores y del orden de 12 a 13 comunas. Otro proyecto está asociado a potenciar las Pymes con nuestra incubadora de negocios de cara a la etapa postpandemia, y también tenemos un proyecto que nos acabamos de adjudicar con el Instituto de Medio Ambiente, con fondos 100% regionales, para medir la huella de carbono en 30 empresas de la Región. Esos son ejemplos de dónde estamos aportando como universidad a nuestra Región.
"El modelo de gestión basado en municipalidades es lo primero que creo que hay que reflexionar. Si es por municipio o es intercomunal, de lo cual se habló en algún momento como tener un relleno sanitario para Temuco-Padre Las Casas, Concepción-Talcahuano y así, lo que hace sentido porque hay economías de escala y en la gestión de residuos importa mucho el transporte, la densidad de los residuos y, luego, la disposición final". "Una cosa es tener puntos limpios, y eso está bien, pero eso no es recolección selectiva, eso sería tener separadas las fracciones, que los camiones pasen a retirar cada fracción y tengan un lugar para llevar eso para que sea procesado. Entonces, creo que debemos ir avanzando paso a paso hacia la separación selectiva de los residuos". "No quiero estigmatizar una planta de valorización energética porque no corresponde. Una planta de compostaje también emite olores fuertes (…) y las plantas de incineración o de valorización energética siempre generan discusión en torno a la emisión de dioxinas. El tema es que hay que controlar su emisión y eso hoy, en el estado del arte de las plantas, ya existe".