Carolina Torres Moraga

En más de 1.000% se ha elevado la tasa de incidencia de casos activos en los últimos 6 meses en La Araucanía, lo que se atribuye principalmente al descontrolado avance de la contagiosa variante Ómicron.

Así al menos se desprende de la información proporcionada por los Informes Epidemiológicos elaborados semanalmente por el Departamento de Epidemiología del Minsal, desde el inicio de la pandemia.

En tal sentido, el Informe Epidemiológico Nº 171 que contiene la información disponible hasta el 31 de enero, revela que la tasa de incidencia de activos a nivel regional es de 572,3 casos por cada 100 mil habitantes.

Al establecer una comparación con lo que ocurría hace 6 meses, uno de los informes del mes de agosto daba cuenta que la Región solo tenía una tasa de 51 casos activos por cada 100 mil habitantes. Vale decir, que desde entonces a la fecha, el aumento en la incidencia supera el mil por ciento, lo que sin duda resulta preocupante.

En lo que se refiere a las comunas de La Araucanía, las mayores incidencias actuales según el Informe Nº 171, las tienen Pucón (954,1), Purén (930,3) y Villarrica (777,2), precisamente las únicas tres comunas que actualmente se encuentran en la etapa 2 de Transición.

Al realizar una comparación con el país y el resto de las regiones, La Araucanía se encuentra por debajo del promedio nacional que es de 602, 2 por cien mil habitantes, encontrándose aún lejos de la elevada incidencia de las regiones del norte y el extremo sur: Arica y Parinacota (1.513 por cien mil), Tarapacá (1.054 por cien mil) y Magallanes (1.231 por cien mil).

Frente al actual escenario, con la nueva cepa Ómicron que ya circula comunitariamente en Chile, los expertos realizan un llamado a mantener las medidas de autocuidado, en especial en esta época de vacaciones que aumentan las reuniones sociales y los viajes.

Patricia Donoso, directora Escuela Enfermería U. Andrés Bello, detalla que lo esencial es: "Usar siempre mascarilla. Si acude a playa o piscina, solo puede quitársela al ingresar al agua y cuando no esté en movimiento y se encuentre a 2 metros o más de distancia de otras personas; lávese las manos; mantenga una distancia de al menos un metro; contar con mascarillas de reemplazo en caso de que se humedezca y evitar aglomeraciones".

572,3 casos por cada 100 mil habitantes es la tasa de incidencia de activos, según el Informe Epidemiológico Nº 171 liberado durante la semana por el Ministerio de Salud.

Muchas veces el diagnóstico de cáncer es descrito como "un terremoto, una ola gigante que llegó y te dio vuelta, como algo imprevisto. Una crisis para la que nadie está preparado y que se vive con mucho temor e incertidumbre", señala Daniela Rojas Miranda, psicooncóloga y directora ejecutiva de la Corporación Yo Mujer, a propósito del lanzamiento de ocho libros digitales realizados por Rojas y la psicooncóloga Isabel Valles Varela.

Este contenido está dirigido a pacientes oncológicos y sus cuidadores y fue desarrollado con el propósito de entregar información que facilite una mejor calidad de vida y acompañamiento en el camino de esta enfermedad, que se ha posicionado como la principal causa de muerte entre los chilenos, según las Estadísticas Vitales de 2019 (INE, diciembre 2021). El material, que contó con el apoyo del Laboratorio Chile | Teva, está disponible para todos en https://www.teacompanamosenelcancer.cl/ .

Cambiar lenguaje

Uno de los retos de realizar este material de apoyo era cambiar el lenguaje técnico, que muchas veces puede llegar a confundir y hasta asustar. Por ello, Valles afirma que uno de los aportes es "cambiar este lenguaje por uno más comprensible y poder educar al paciente y a su entorno".

Desde sentimientos de tristeza, nerviosismo, culpa, desinterés y preocupación, hasta síntomas físicos como dolores en el cuerpo, temblores, aumento de peso y fatiga. Esto es lo que pueden experimentar los pacientes con cáncer una vez recibido el diagnóstico. No se debe fingir que la enfermedad "no existiera", sino que debe incorporarse a la vida cotidiana, se debe enfrentar y conversar con los cercanos. Es importante descansar, pedir ayuda, llorar, escribir y prepararse para las visitas médicas.

Las recomendaciones de las especialistas son: Si bien es un tema que se debe tratar con los hijos y se puede explicar el diagnóstico y el proceso, al mismo tiempo tener control sobre la situación.

El proceso debe ser lento y gradual, partiendo desde lo más general: esto facilita la comprensión y asimilación de forma paulatina. Antes de hablar del tema con los hijos, los padres deben prepararse, así como se recomienda que ambos participen del proceso, independiente de quién está enfermo. Los padres deben estar completamente informados y con todas sus dudas aclaradas por los profesionales de la salud, guías en este viaje.

Para iniciar la conversación, se debe buscar un lugar tranquilo y cómodo, evitar la interferencia (interrupciones, ruidos, televisión, radio y teléfono), mantener contacto físico y visual, siempre mostrando cercanía y cariño.

Es importante estar preparados para preguntas, escuchar sus opiniones y comentarios, así como de brindar contención.

Dejar de beber agua a diario puede ocasionar problemas de desorientación y memoria, incluso bajas de presión y caídas, en el caso de los adultos mayores.

Por ello, especialistas recomiendan que puedan mantener niveles adecuados de agua en su cuerpo. "Este es un tema que se agudiza en verano, pero que las personas mayores deben enfrentar los 365 días del año", afirma la doctora Claudia Ríos de Fundación Las Rosas.

"Las personas mayores pueden estar varios días consumiendo poca agua, sin darse cuenta que se están deshidratando, hasta que se presentan síntomas que pueden ser muy inespecíficos e incluso confundirse con manifestaciones de otras patologías, como caídas, problemas de memoria, cambios de conducta, desorientación, hipotensión o baja de presión, somnolencia, desmayos o incluso bajas importantes de peso", explica la doctora, quien dice que una persona mayor debería tomar en promedio 2 a 2,5 litros de agua al día, agua que se distribuye entre los líquidos y la comida, lo cual varía según ciertas condiciones propias de cada persona, por lo que el llamado es a mantener una hidratación adecuada.