Macrozona Sur
Hace unos días y a propósito de la guerra en Ucrania, el presidente Sebastián Piñera señaló que es "realmente increíble, inconcebible" que en pleno siglo XXI Europa esté resolviendo por la vía militar sus conflictos políticos. Curiosa reflexión del mandatario atendiendo lo que sucede en Wallmapu o la también llamada Macrozona Sur: a la fecha nueve prórrogas solicitadas por el propio Piñera para extender el Estado de Excepción Constitucional. Dicho en simple, nueve solicitudes de La Moneda para que el Ejército y la Armada se hagan cargo de un conflicto cuya responsabilidad compete a las autoridades y la política.
Parafraseando al propio Piñera, es realmente increíble, inconcebible, que en pleno siglo XXI Chile esté intentando resolver por la vía militar conflictos políticos, culturales e históricos como aquel que arrastramos en el sur. Los militares, en todo conflicto, significan el fracaso de la política. Peor aún, significan el fracaso de la imaginación política. Las nueve prórrogas han demostrado además que se trata de una medida más teatral que efectiva, una puesta en escena comunicacional para aquietar a los cabezas de pistola del propio bando oficialista en la zona sur. Créanme, no son pocos.
Aunque el ministro Rodrigo Delgado asegure en cada conferencia que la medida "ha funcionado", lo cierto es que los atentados han continuado, los grupos radicales mapuche se han multiplicado y la violencia no ha cesado. Lo reconoce el propio subsecretario Juan Francisco Galli cuando tras cada hecho de violencia subraya, con una envidiable cara de póker, que "esto ratifica una vez más la necesidad del Estado de Excepción". Ok, entonces ¿ha funcionado o no ha funcionado? Sabemos que no. Y sabemos también que nunca funcionará. Lo explico a continuación.
Piñera ha descubierto en Wallmapu los límites del poder militar en los tiempos modernos. El Ejército y la Armada podrán patrullar carreteras, realizar controles mixtos junto a Carabineros, pero no más que eso. Si alguien fantaseó en La Moneda con una nueva "Pacificación de la Araucanía" le informo que está de patio. El propio Estado de Excepción prohíbe a las fuerzas armadas participar de operativos. También están las Reglas del Uso de la Fuerza (RUF). Fue lo que incumplieron los infantes de marina que en noviembre asesinaron a balazos al comunero Jordan Liempi (23 años) en Huentelolén. El joven se encontraba en el patio de su casa, desarmado, observando un corte de la ruta Cañete-Tirúa. El caso se investiga como homicidio por la fiscalía para causas de derechos humanos. Pasa que la mera presencia militar incita a la violencia. Son la perfecta invitación al desastre.
¿Cuál ha sido el gran error de Piñera? Naturalmente, renunciar a la política en la gestión del conflicto y de una manera brutal, incompetente. Su falta de conocimientos históricos y culturales lo llevaron a él, sus asesores y ministros -tal vez con la sola excepción de Alfredo Moreno- a menospreciar la capacidad de respuesta del mundo radical mapuche. También a subestimar la creciente identificación de la sociedad chilena con la causa indígena. Lo prueba el trabajo de la propia Convención Constitucional: el nuevo Estado será plurinacional, intercultural y con autonomías indígenas. El artículo ya se redactó y votó favorablemente en el pleno, guste o no al oficialismo.
Sólo la política, y no los militares, puede calmar la volátil situación en Wallmapu. Es algo que también pareciera entender el presidente electo Gabriel Boric. Enhorabuena.
"¿Cuál ha sido el gran error de Piñera? Renunciar a la política en la gestión del conflicto (...). Su falta de conocimientos históricos y culturales lo llevaron a él, sus asesores y ministros (...) a menospreciar la capacidad de respuesta del mundo radical".