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Nacido y criado en la capital de La Araucanía, este cincuentenario bombero y exempresario del rubo panificador y del transporte de carga, recibe con orgullo y sorpresa su nombramiento como hijo ilustre, reconocimiento que le será entregado el próximo 24 de marzo debido a una recalendarización de la ceremonia oficial. Defensor de la ciudad, a la que admira por su ubicación estratégica y todo lo que ha avanzado, también es crítico por la pérdida de las buenas costumbres y, particularmente, por el descuido del centro.
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El 1 de febrero de 2022 el Concejo Municipal de Temuco aprobó el grupo de personas que será reconocido con la calidad de hijos y ciudadanos ilustres y destacados, el próximo 24 de marzo, en el marco de los 141 años que acaba de cumplir la capital regional. Dentro de ese selecto grupo de personas está el bombero y exempresario de la panificación y el transporte, Rolando Melo Harnisch, que gracias a su liderazgo y compromiso con la comunidad, desde 2018, ostenta también el título de Bombero Insigne de Chile.

Orgulloso y aún sorprendido por el nombramiento (hijo ilustre), este temuquense admite que siempre cuesta hacerse cargo de una idea como esta y no preguntarse espontáneamente ¿por qué yo? Pero lo cierto es que 56 años al servicio, cuidado y bienestar de los demás no es poca cosa, dos años como cadete y 54 como voluntario de una de las instituciones mejor valoradas por la ciudadanía; la cual, confiesa, significa "todo" para él.

Casado con Gladys Cecilia Quintana Lavados, con quien lleva 52 años de matrimonio, Rolando Melo es padre de dos hijos: Mario Ignacio (abogado) y Rolando Javier (técnico acuícola), y feliz abuelo de cinco nietos, quienes hoy son testigos del reconocimiento a su trayectoria, en la cual - acota - han sido fundamentales sus padres y su esposa.

Defensor de Temuco como una ciudad que crece y se consolida como una de las más importantes del sur de Chile, este ilustre temuquense también es crítico del presente, especialmente, de los valores que hemos perdido como sociedad y que perfectamente podría recuperar la ciudad del Ñielol. De ello y más habla en esta entrevista.

BOMBERO Y VECINO

- ¿Cómo recibe la noticia de su nombramiento como hijo ilustre de Temuco?

- A mí me sorprendió la noticia y todavía me pregunto ¿me merezco esto? Es natural cuestionarse, decir ¿qué he hecho para merecer esta distinción? Amigos y cercanos empiezan a argumentar un montón de situaciones, y la verdad es que no sé si es porque son amables no más. Pero debo reconocer que ha habido harto trabajo dentro de la institución (Bomberos), tanto a nivel local, regional como nacional, porque yo fui director nacional y me tocó recorrer muchos cuerpos de Bomberos de Chile, todos los de la Región e hicimos muchas cosas.

- A propósito de Bomberos de Temuco, ¿cómo ve a esta institución hoy?

- Ha ido mejorando mucho. Hace poco estaba viendo las noticias y el municipio le otorgó cerca de 300 millones de pesos. Son subvenciones significativas. Cuando fui superintendente nos daban 10 ó 20 millones, así que Bomberos vive una realidad muy distinta ahora.

- Usted nació en 1948, ¿cómo era el Temuco de su infancia?

- Yo crecí en la calle Prieto Norte, entre Balmaceda y Miraflores, cerca del cementerio y después nos trasladamos a Barros Arana, por ahí frente a la estación de trenes. Indudablemente, Temuco era una ciudad más pequeña, súper tranquila, los niños salíamos a jugar a la calle y no pasaba nada. Después, cuando ya era un joven, íbamos al liceo caminando. Entonces, no se usaba el auto porque casi nadie tenía auto. Mis estudios básicos los hice en el Colegio Alemán, la secundaria la cursé en el Liceo de Hombres N°1 (hoy Liceo Pablo Neruda) y terminé mi formación en la Universidad de Chile sede Temuco en la especialidad de dibujo técnico. Ese era un Temuco muy tranquilo y seguro. En ese sentido ha cambiado mucho la ciudad.

- ¿En qué momento se une a Bomberos?

- Cuando cumplí 18 años me hice voluntario. Primero fui cadete por dos años en la Tercera Compañía y el 6 de septiembre de 1966 me aceptaron como bombero; ahí partió mi carrera. Y el año 2002 me cambié a la Quinta Compañía que está en el barrio donde viví mi juventud (Pueblo Nuevo).

- A propósito, ¿por qué eligió esta institución?

- Me lo he preguntado muchas y es una interrogante que nunca me he podido contestar. Sin embargo, puedo decir que fue una decisión solo mía. Yo vivía en calle Prieto Norte muy cerca de la Tercera Compañía y siempre veía los carros. A media vivía don Alfredo Mandel, que era voluntario y cada vez que ocurría un incendio su señora lo esperaba afuera de la casa con el uniforme que él pasaba a recoger en su moto. Creo que eso llamó mucho mi atención. Siento que es algo muy personal porque toda mi vida he estado comprometido en algo, siempre tratando de hacer cosas para otros. Como voluntario no esperas el agradecimiento, lo que te hace sentir bien es cumplir la misión de ayudar.

- ¿Qué emergencias o situaciones ocurridas en Temuco jamás ha olvidado?

- Hay varias anécdotas que me pasaron. Lo primero que puedo decir que antiguamente a nos metíamos a los incendios con una toalla, el casco y la cotona, no como hoy que existe un equipamiento completo y normado. Me tocó actuar en muchas emergencias y una de las primeras cosas que me marcó fue darme cuenta de la presencia de una persona fallecida mientras pitoneaba el segundo piso de una vivienda en Pueblo Nuevo. Me tocó ayudar en muchas emergencias, en el incendio del Club Alemán, en una notaría de la calle Bello y unos locales comerciales en Balmaceda con Basilio Urrutia. Fueron trabajos de largo aliento. Antes los carros no tenían estanques de agua y no contábamos con radios para comunicarnos, así que la única manera de enterarnos de una emergencia era por la sirena. Ahora la evolución técnica ha ido favoreciendo el trabajo, el equipamiento y la capacidad de respuesta. Yo diría que hubo un antes y un después de la llegada de los equipos de respiración autónoma. Antes el incendio se apagaba cuando 'salía el piano flotando'. Hoy entras al mismo incendio, das con un colchón que se quema en la última habitación de la casa, lo sacas y se termina el incendio sin derramar una gota de agua. Otro recuerdo imborrable es el centenario de nuestro cuerpo de Bomberos.

- ¿Cómo fue el centenario?

- El año 1999 el Cuerpo de Bomberos de Temuco cumplió 100 años de vida. Esa fue una celebración inolvidable y a la que vinieron voluntarios de todo Chile. Entre los festejos hubo un ejercicio general de grandes dimensiones en la Escuela de Carabineros, en el sector Las Quilas; Correos de Chile editó cuatro sellos conmemorativos y se publicó el libro "Creciendo con la ciudad" escrito por Patricio López Cárdenas y Jorge Taito Ducommun, el cual en 468 páginas reseña nuestra historia.

LA CIUDAD

- En calidad de "hijo ilustre" ¿cuáles diría son las bondades de esta comuna?

- Lo bueno es que estamos cerca de todo. Temuco está geográfica y estratégicamente bien ubicada. Estamos cerca del mar, de la cordillera, de los lagos y tiene muchas bondades, mucha vegetación y la gente es buena, o era buena. Es decir, Temuco siempre fue una ciudad limpia y agradable para vivir, cosa que ha cambiado mucho…

- A su juicio, ¿qué ha cambiado?

- No sé qué está pasando, pero hay descuido en las calles, hay muchos microbasurales. Tal vez faltan camiones. Ahora, para bien igual ha cambiado mucho la ciudad. La Avenida Pedro de Valdivia hoy es un lujo; ir a Fundo El Carmen es un lujo también. La vialidad ha avanzado mucho, pero hay que admitir que para un solo sector. Como he dicho antes, y a veces se enojan conmigo por decir esto, hay dos Temuco, desde la calle Aldunate hacia el Poniente hay un Temuco y desde Aldunate hacia el oriente existe uno muy distinto. Los grandes trabajos son siempre para ese sector. Lo otro es que el centro ya no es el mismo, ya no existe centro y es una pena porque era agradable caminar por esas calles.

- Hay proyectos que pretenden cambiarle la calle precisamente a la zona centro de Temuco, junto con un plan de reordenamiento está la próxima inauguración de la primera etapa del Parque Isla Cautín (1 de marzo) y el proyecto del Paseo Peatonal Bulnes. ¿Cree que estas iniciativas ayudarán a recuperar el corazón de la ciudad?

- Yo creo que sí, mientras no se apropie de estos espacios el comercio ambulante no autorizado, porque hay que hacer diferencias, en Temuco siempre ha habido comercio ambulante tradicional, las tradicionales hortaliceras, pero se ha ido desvirtuando al punto que han llegado otro tipo de ambulantes que se aprovechan. Ahora, sí creo que el Parque Isla Cautín y el Paseo Bulnes podrían ayudar mucho a cambiarle la cara al centro. Yo espero que la gente cuide estas obras, porque no sé qué pasa que no somos capaces de hacernos cargo de nuestra propia basura, todo lo botamos.

- ¿Qué echa de menos de los temuquenses?

- Sucede que cuando opinas sobre estos temas que implican recuperar las buenas costumbres surgen opiniones que ponen por delante los derechos, pero solo se escucha sobre derechos y los deberes, cero. Entonces, me parece interesante que exijamos que se respeten nuestros derechos, pero debemos recordar que también tenemos deberes en nuestra convivencia. Mientras cumplamos nuestros deberes no tendremos problemas y así mejoraremos nuestra ciudad, que era tan bonita. Obviamente hay buenos proyectos, cosas interesantes que se están haciendo y que le pueden cambiar la cara a la ciudad. Hay otros aspectos dignos de destacar. Por ejemplo, se ha mantenido bien los jardines urbanos y eso le da un toque especial a Temuco.

- A usted se le conoce especialmente por su compromiso con Bomberos, pero su aporte al desarrollo local también implicó otras actividades. ¿Es verdad que además de transportista abrazó la panadería?

- Sí. Me dediqué a la panadería por un tiempo y al transporte de carga. En panadería partimos trabajando en la población Llaima. Yo surtí al supermercado Las Brisas de Temuco y Los Ángeles. Y al transporte entré estando en la panificación. La empresa se llamó Transportes Santa Cecilia, era un servicio de camiones de carga que iba desde Castro hasta Arica. El fuerte era la papa que se llevaba desde Los Muermos (Puerto Montt) hasta Arica, y después la producción creció en Carahue. De vuelta cargábamos sal para los mataderos y guano rojo para fertilizante. Esa es una historia que ya fue. Hace dos años terminó su funcionamiento. Ahora estoy jubilado.

DISTINGUIDOS

- ¿Qué le parece el grupo de personas que será destacado este año como hijos y ciudadanos destacados de Temuco? Entre los cuales hay bomberos, artistas (reconocimientos póstumos), médicos y una convencional constituyente mapuche…

- No lo he analizado mucho el grupo, pero sí puedo decir que hay personas de distintos ámbitos de desarrollo de la comuna y así debe ser. Si fuimos seleccionados por el Concejo Municipal es porque algún mérito debemos tener. El abanico de actividades y personas es interesante.

- ¿A quién le agradece ser la persona que hoy es? Y que, de alguna forma, le ha permitido el honor como ser hijo ilustre...

- Le debo lo que soy a mis padres y a mi familia, en general. A mi señora que me ha ayudado bastante. Ellos son los pilares de mi vida. Sin ellos, sin la paciencia de mi señora no sería lo mismo. A otro tal vez no le habrían aguantado esta vida, sobre todo, el ritmo de bombero, porque de repente la dejaba allí donde estábamos y partía a una emergencia. Entonces, ella ha sido un pilar importante para mí, mi brazo derecho.

- Y ¿qué significa Bomberos para usted?

- Bomberos es todo para mí. Yo le he entregado todo y la institución me ha dado muchas satisfacciones también. Ha sido muy grato estar dentro de una institución como esta. Y todavía sigo ligado a ella como director honorario (…).

"Yo vivía en calle Prieto Norte muy cerca de la Tercera Compañía y siempre veía los carros. A media vivía don Alfredo Mandel, que era voluntario, y cada vez que ocurría un incendio su señora lo esperaba afuera de la casa con el uniforme que él pasaba a recoger en su moto. Creo que eso llamó mucho mi atención".

"Temuco está geográfica y estratégicamente bien ubicada. Estamos cerca del mar, de la cordillera, de los lagos y tiene muchas bondades, mucha vegetación y la gente es buena, o era buena".

"Como he dicho antes, y a veces se enojan conmigo por decir esto, hay dos Temuco, desde la calle Aldunate hacia el Poniente hay un Temuco y desde Aldunate hacia el oriente existe uno muy distinto".

"Me parece interesante que exijamos que se respeten nuestros derechos, pero debemos recordar que también tenemos deberes en nuestra convivencia. Mientras cumplamos nuestros deberes no tendremos problemas y así mejoraremos nuestra ciudad, que era tan bonita".