"Si gana el Apruebo será peor que si gana el Rechazo, ya que esta Constitución es una siembra al boleo de ilusiones"
Con "la esperanza depositada en el sentido común de los chilenos", más que en el proceso en sí mismo, el convencional constituyente por el distrito 23 de La Araucanía, Luis Mayol Bouchon (RN), advierte que a la luz de los resultados y habiéndose votado en el pleno ya más de 300 normas, "si gana el Apruebo será peor que si gana el Rechazo, ya que esta Constitución con sello indigenista, (...) no es más que la siembra al boleo de ilusiones".
- Usted se ofreció para ser constituyente en su partido. ¿Se arrepiente?
- Ha sido intenso, pero no me arrepiento porque hemos logrado abrirle los ojos a los chilenos. Como coalición desde el día uno hemos hecho un gran trabajo para que esto resulte, pero la desilusión fue de entrada porque nuestras propuestas han sido rechazadas por venir de quien vienen. No hemos logrado generar acuerdos con una mayoría circunstancial e ideologizada que está levantando muros con un afán vengativo para dividir a los chilenos, en vez de argumentar y ceder. Y todo esto se debe a que la composición electoral que elaboró el Congreso se hizo en un momento de borrachera populista en donde hasta parlamentarios de nuestro sector pisaron el palito. Por eso hay que tener claro que pase lo que pase esto va a generar convulsiones, desórdenes institucionales y confusiones en la gente. Yo creo que si gana el Apruebo será peor y más complicado que si gana el Rechazo porque esta Constitución, con sello indigenista, terminó siendo una siembra al boleo de ilusiones.
-Primero estuvo por el Apruebo, pero después le vino la desconfianza y votó Rechazo. ¿Sigue en pie esa opción de cara al plebiscito de salida?
- La realidad me ha ido dando la razón. Pensé que el Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución iba a lograr la casa común, pero luego nos dimos cuenta que la violencia siguió, que muchos de los que firmaron no condenaron la violencia y que se hablaba de refundar. Así es que terminé por entender que era un proceso que no conduciría a nada bueno y, por eso, me cambié al Rechazo. No he perdido las esperanzas, pero con el tiempo confirmo que esta Constitución no va a cumplir con su objetivo y que esto no tiene vuelta.
- Usted buscaba "lograr acuerdos que permitieran construir un mejor país para las próximas generaciones". ¿Se está logrando aquello?
- Para nada. Es mucha la gente que votó por el Apruebo y de buena fe, pero jamás votaron para dar un salto al vacío y hacer un experimento. La gente quiere certezas y seguridad.
- Si gana el Rechazo, ¿cuál sería la tercera vía?
- Ganó el Apruebo porque la actual Constitución había que cambiarla y darla por superada. Y como el reemplazo que saldrá del trabajo convencional no es lo que la gente quería, entonces, la solución hay que buscarla entre todos y con generosidad. Esto lo vamos a ver una vez que se termine la armonización del borrador, el cual debe estar listo en menos de 15 días más. Ahora, la tercera vía puede ir desde consensuar un nuevo texto con lo mejor de la propuesta de la exPresidenta Bachelet, lo mejor de la Constitución del 2005 y lo rescatable de este proceso, como son las iniciativas populares de norma. Otra posible solución es que lo haga el Parlamento que se eligió hace pocos meses o convocar a una nueva elección, pero de manera correcta: sin pasar por encima de los partidos ni corrigiendo los resultados. Eso no es democracia.
- ¿Está resguardado el quehacer del agro nacional en el borrador?
- Derechamente no, y aquí sí que hay ideologías. Recordemos que con la Reforma Agraria Chile perdió la certeza jurídica respecto de la propiedad del agua y de la tierra, provocando que el sector agrícola se empobreciera a tal nivel que Allende dijo con lágrimas en los ojos que nos quedaba trigo para tres días y no exportábamos ni un solo dólar. Hoy, después de recuperar esa certeza jurídica y abrir el comercio al mundo: exportamos 18 mil millones de dólares y 2 millones de personas tienen trabajo. Digo esto porque hay un sector mayoritario de la Convención que quiere socavar el derecho a la propiedad, terminar con la certeza jurídica del aprovechamiento de agua y con un extremismo medio ambientalista que va a inhibir el desarrollo de una serie de emprendimientos agrícolas. A eso hay que agregar que hay una parte radical quiere cerrar los tratados internacionales y que Chile se autoalimente.
- ¿Visualiza conflictos con la aprobación de normas indígenas, como la Plurinacionalidad y otras?
- Hay que entender que el real significado de las palabras tienen consecuencias jurídicas. Entonces, el principio de la Plurinacionalidad es ambiguo porque se habla de territorios autónomos y de autogobierno, no existiendo una visión común. La Plurinacionalidad es una trampa de entrada porque el concepto no garantiza un Estado unitario aunque lo diga. A eso hay que agregar las normas con ventajas e impunidades para el mundo indígena que rompen con la igualdad ante la ley. Y lo que se aprobó hoy (ayer) respecto de las tierras suma más ambigüedad al no definir los alcances. Por eso esto es una siembra al boleo de ilusiones.
"No hemos logrado generar acuerdos con una mayoría circunstancial e ideologizada que está levantando muros con un afán vengativo para dividir a los chilenos". "No he perdido las esperanzas en el proceso, pero con el tiempo confirmo que esta Constitución no va a cumplir con su objetivo y que esto no tiene vuelta".