El texto constitucional no es perfecto, pero tampoco significa una debacle para el país"
Uno de los dos coordinadores de la Comisión de Normas Transitorias es el abogado del colectivo del Apruebo y constituyente del distrito 23, Eduardo Castillo (PPD), quien reconoce que el primer borrador del texto constitucional "no es perfecto", pero eso no significa, a su juicio, "que sea una debacle para el país".
Este martes, en Antofagasta, partió el trabajo de la Comisión de Normas Transitorias, instancia en donde los constituyentes analizarán los plazos para la entrada en vigencia de los cambios constitucionales de aprobarse el texto en el plebiscito de salida.
El abogado fue director de la carrera de Derecho en la UCT y, posteriormente, decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la misma casa de estudios. Es uno de los fundadores del PPD en la Región, fue concejal de Temuco y Padre Las Casas, y también colaboró con el Gobierno Regional por más de 15 años.
-¿Su convicción inicial por el apruebo sigue en pie?
-Es verdad que en algunos esta convicción ha ido cambiando, pero en mi caso sigo trabajando por un mejor texto que interprete a todos los chilenos y que logre ser aprobado por la ciudadanía. Es posible que no se logren a plenitud todos los objetivos, pero de acuerdo a lo aprobado, mi inclinación sigue siendo votar por el Apruebo.
-Para los constituyentes de Vamos por Chile y también para algunos de centro derecha, el texto constitucional "es regresivo, fundacional, separatista, indigenista e ideologizado". ¿Qué opina?
- Hay que tomar en cuenta que estábamos atravesando un periodo de crisis en donde las demandas se sobredimensionan, así es que es posible encontrar aspectos que uno no quiere en el texto. Aquí hay una tarea que surgió para superar una crisis que no se termina con una nueva Constitución, porque es un cambio de era. Entonces, es verdad que pueden haber discordancias respecto del sentido común.
-¿Pero usted concuerda que hubo una cocina ideologizada que se tomó la Convención?
-No me gusta hablar de cocina porque todo ha sido transparente y lo que ha existido son acuerdos producto de una conversación entre fuerzas políticas. Y tampoco hablaría de una izquierda ideologizada, sino del compromiso con temas específicos, como las personas que quieren eliminar las concesiones de la minería o quienes tienen problemas con las salmoneras o las diferencias sexogenéricas. Entonces, cada uno viene con su bandera, pero resulta que como sociedad no estamos acostumbrados a estas especificidades. Aquí se han expresado distintas visiones que derivan de la experiencia individual.
-Por eso la crítica es que esta sumatoria de causas promueve una Constitución refundacional que no propicia la casa de todos. ¿Qué responde a eso?
-Cuando alguien habla de refundacional lo hace desde la ideología, pero el querer cambios no es refundacional. Sí tenemos un problema al no haber logrado un proyecto de institucionalidad en conjunto, pero mi impresión es que eso obedece a la falta de tiempo y no a una falta de diálogo. Y además el poco tiempo que hemos tenido no lo supimos aprovechar bien porque al comienzo hubo muchas disputas, como los presos de la revuelta, por citar una.
-En conclusión: ¿estamos ante un texto que no es la casa de todos?
-Que a mí no me gusten algunos aspectos de la Constitución no significa que no sea la casa de todos y que no me sienta parte de este proceso. El texto constitucional no es perfecto, pero tampoco significa una debacle para el país.
-Siendo el plebiscito de salida binario, ¿qué hace un votante si no le gustan todas las normas aprobadas? ¿Cuáles son las garantías intransables para cualquier ciudadano más allá de la política?
-A todos, e incluso a mí, me pueden preocupar algunos temas, pero lo principal es preguntarse si están los derechos sociales de las personas, la garantía de un régimen democrático y aseguradas las libertades.
-¿Cuáles son los aspectos que a usted le preocupan?
-Estoy preocupado de la descentralización y la falta de una cámara con poder que represente a las regiones en el Congreso. En este sentido, creo que fue un error eliminar el Senado porque le quita poder a las regiones. Lamentablemente, sectores muy de izquierda y radicalizados fueron los que llevaron adelante este sistema. Los más izquierdistas le quitaron el poder a las regiones.
-¿Si eso es grave por qué no alcanza para inclinar la balanza en su opción de voto?
-Porque se avanzó mucho e hicimos la mitad del trabajo con las atribuciones locales, sobre todo, para las comunas, las que con el tiempo podrán asociarse y tener empresas comunales para poder prestar servicios si es necesario. La nueva Constitución solo fija las bases, es un impulso, y de aquí para adelante es un largo camino, por eso, mi opinión no cambia.
-¿Están las garantías gobernabilidad aseguradas?
-Sí. Ahora en gobernabilidad nos farreamos la oportunidad de optar por un sistema semipresidencial que obligara al Presidente a llegar a acuerdos con los otros para realizar un buen gobierno. Esto es importante porque las alianzas implican obligaciones recíprocas.
-Las encuestas informan que el Rechazo ha ganado terreno. ¿Visualiza que se invierta la votación en el plebiscito de salida?
-El 78% dijo que quería una nueva Constitución y el 80% dijo que no quería que la hicieran los políticos. Sin embargo, esa votación fue hace dos años, y los 103 votos del pleno no nos sirven para el plebiscito de salida. El tema es que los más radicales, recién hace un mes atrás, se dieron cuenta que había un plebiscito de salida. Si lo hubieran pensado como nosotros del día uno, a lo mejor tendríamos una mejor Constitución, y sin dar pábulo a críticas por hechos propios.
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"Creo que fue un error eliminar el Senado porque le quita poder a las regiones. Lamentablemente, sectores muy de izquierda y radicalizados fueron los que llevaron adelante este sistema". Cuando hablamos de justicia en las comunidades nos referimos a conflictos graves y no a un homicidio. Al hablar de justicia plurinacional no estamos hablando de materias penales que pasen a llevar los derechos humanos de las personas".
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"A todos nos pueden preocupar algunos temas, pero lo principal es preguntarse si están los derechos sociales de las personas, la garantía de un régimen democrático y aseguradas las libertades".