La Biblioteca Municipal Galo Sepúlveda celebró su centenario homenajeando a su fundador
CEREMONIA. El agradecimiento de los nietos y las emotivas palabras de lectores que se formaron al alero del gestor de la institución evocaron su legado.
"Se me ha expresado que ninguna municipalidad tiene una biblioteca como esta municipal de Temuco. Un edificio de gran belleza arquitectónica que mira todos los días con su frente el nacimiento del sol, considerando que los libros que la municipalidad obtiene alumbran los espíritus de los hombres, las mujeres y los niños . Así pues, si los libros de la biblioteca guardan el sabor humano, para los libros, este saber humano vive una vida viva en el espíritu".
Con estas palabras del fundador de la Biblioteca Municipal de Temuco Galo Sepúlveda, las que fueron reproducidas en audio recordando su voz a 42 años de su partida, se inició ayer la emotiva ceremonia de conmemoración de los 100 años de la institución, la que estuvo marcada por la memoria y el legado de su fundador.
El centenario
En la ceremonia del centenario de la Galo Sepúlveda, tanto el alcalde de Temuco como los nietos del profesor fundador, y hasta lectores que siendo niños lo conocieron, agradecieron su invaluable aporte a la cultura y al arte de la capital regional.
Una tradición literaria y cultural que tras un siglo de vida cosecha significativos logros, sin que la era tecnológica se robe el esplendor que imprimió su fundador.
De ello dio cuenta el coordinador regional de Bibliotecas Públicas, Leonardo Naranjo, quien señaló que la Región de La Araucanía es la que más libros presta.
"La Galo Sepúlveda es la biblioteca más emblemática de la Región: por su trayectoría, por cómo se gesta y la filantropía de don Galo, quien hizo posible que este espacio exista hasta la actualidad. La región que más libros presta en el país es La Araucanía y el per cápita que tiene supera ampliamente a la Metropolitana, así es que las bibliotecas no son espacios que se han perdido y siguen siendo un lugar de encuentro".
Durante la ceremonia, los nietos de Galo Sepúlveda agradecieron con emoción que Temuco, el municipio y sus vecinos cuidaran la memoria de su abuelo, un legado que ha tocado el espíritu de varias generaciones.
Así lo expresó Patricia Espinoza Sepúlveda, quien señaló que "nos emociona la trascendencia que ha tenido el aporte cultural de nuestro abuelo hacia esta ciudad. Que un profesor hace 100 años, con sus propios recursos, haya generado poco a poco esta labor comunitaria, siendo apoyado por el municipio, y que luego esto se haya complementado con la lectura, la música y el teatro, siendo hoy un centro cultural, un espacio educativo y un lugar del conocimiento, donde además se le ha sumado la tecnología, es realmente un honor para nosotros como familia".
Claudio Sepúlveda, otro de los nietos de Galo Sepúlveda, quien conoció este espacio desde muy niño, dijo que "emociona escuchar el vínculo que tienen los temuquenses con la biblioteca. No hay quién haya tenido algún episodio, por eso, esto es mucho más que un edificio con libros: hay afectos que con el tiempo construyeron este espacio patrimonial y de creatividad, siendo un faro además para la ciudad y un punto de referencia por su ubicación".COMIENZA UN NUEVO SIGLO
El alcalde de Temuco, Roberto Neira, manifestó su emoción durante toda la ceremonia, admitiendo que para él como autoridad es un honor que el centenario de la biblioteca haya coincidido con su administración.
"Me siento emocionado con esta actividad, porque pese a la tecnología y a la digitalización, creo que las bibliotecas no deben desaparecer nunca. A mí me gusta leer con el libro en la mano, por eso estamos postulando a esta biblioteca a proyectos para mejorar sus condiciones arquitectónicas, conservando su patrimonio arquitectónico. Hay que mejorar espacios, sobre todo el del teatro y la cultura, porque este lugar es también un centro cultural", recalcó Neira.
"
"Emociona escuchar el vínculo que tienen los temuquenses con la biblioteca. No hay quién no haya tenido un episodio".
Claudio Sepúlveda,, nieto de Galo Sepúlveda