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Cuarenta años de trayectoria en la actuación y sesenta años de vida son los dos hitos que marcan el presente del actor, director teatro y gestor cultural de La Araucanía, Luis Figueroa, quien acaba de asumir su más reciente desafío artístico, interpretar al protagonista de la futura miniserie documental que rescatará la historia de la revuelta de Ranquil (Lonquimay), un penoso episodio de la historia regional y nacional que llegará a la televisión abierta en 2023.

Con viajes entre Lonquimay, Curacautín, Temuco y Gorbea, este artista fundador del Festival Internacional de Teatro y de las Artes de Gorbea, FITAR, que también tiene un pasado en el mundo de la radiofonía regional, se toma hoy un tiempo para observar el camino andado - luego de oficiar como el primer invitado de la temporada 2022 del programa online "Tesoros del Ñielol" -, camino en el que no solo ha hecho un aporte al teatro, sino también a la gestión cultural, particularmente en Gorbea, donde ha formado compañías, levantado una sala y emprendido un certamen que a la fecha ha recibido al menos a 200 compañías de Chile y otras latitudes del planeta.

- Luis, has sido convocado para interpretar el rol protagónico de la miniserie documental que recogerá la historia de la revuelta de Ranquil. ¿Cómo ha sido esa experiencia? Y ¿qué pueden esperar los telespectadores de esta producción?

- Ha sido una experiencia - artísticamente hablando - maravillosa a mis 60 años, porque se me asigna el rol protagónico de una historia tremenda que ha sido escondida. Es un hecho sangriento, por cierto, y se me da el honor, la gran responsabilidad de interpretar a Juan Segundo Leiva Tapia, un profesor con estudios de derecho que lidera esa revuelta, un personaje con un sentido social tremendo, que lucha por la gente, por el campesino, por el trabajador que ha sido despojado de su tierra. Ante tanta humillación y maldad revienta esta revuelta encabezada por él, en pleno invierno de 1934. Es un personaje del cual no tenemos mucha literatura porque la historia lo trató de borrar, pero la sangre es más fuerte y vuelve a brotar. La producción aún no está terminada, pero creo que los espectadores se encontrarán con una miniserie que tiene actuación y tiene mucho de testimonio (…), la cual servirá para refrescar la memoria sobre una historia no contada.

- ¿Cuán regional es este proyecto financiado con fondos del CNTV?

- Ese es lo otro hecho maravilloso de esta miniserie. El director, Patricio Riquelme Luco (realizador originario de Osorno radicado en Temuco), optó por buscar gente del sur y de la Región, principalmente, tanto para la actuación como para el equipo técnico. Tenemos camarógrafos y sonidistas de Angol, Temuco y Valdivia. Él encontró que había talento local para realizar su producción. Por eso la responsabilidad para nosotros como actores es grande porque la serie está hecha ciento por ciento con artistas de la Región y la idea es mostrar que no todo es Santiago, que es posible la descentralización (…). Así que estamos muy comprometidos con el rodaje que se ha desarrollado en la montaña, en el Alto Biobío. Hace poco grabamos cerca de Curacautín y seguiremos en junio. Las últimas escenas se harán en agosto, en Punta Arenas.

- ¿Cuál es la fecha de estreno?

- De acuerdo a lo previsto, esta miniserie de cuatro capítulos llegará a los telespectadores en marzo o abril de 2023, a través de La Red.

- Antes de esta serie el único antecedente artístico sobre este hecho en la Región era la cantata "El llanto del Biobío" del grupo Cabildo Nuevo escrita por Patricio Kunz. Ahora que te has adentrado en esta historia, ¿qué te pasa con ella?

- Sobre esta historia me parece que vamos a descubrir a un líder como es Juan Segundo Leiva Tapia, tal como lo narra la cantata de Patricio Kunz, y vamos a visibilizar situaciones, injusticias sociales que siguen ocurriendo y que estarán representadas en esta producción, de cómo el poder económico y político cae sobre el más necesitado. Es una historia repetitiva en la historia de Chile y que no es ajena a lo ocurrido en Santa María de Iquique (…), donde el poder militar se ha puesto del lado del poderoso en vez de defender a su pueblo.

"NO ME ARREPIENTO"

- Luis, acabas de abrir la temporada 2022 como primer invitado del podcast y programa online Tesoros del Ñielol. ¿Qué te pareció ese espacio para hablar de tu trayectoria, la memoria, el arte y la gestión?

- Fue un tremendo orgullo, no solo para mí, sino para mis hijos que me señalaban que esto vino a hacer un poco de justicia, porque es como un reconocimiento hacia un tipo que ha entregado su vida al arte. Y hay muchos desconocidos así. Me sentí halagado y emocionado por acudir a tanto recuerdo, ver que a mis 60 años la lucha que he dado por el arte no ha sido en vano, principalmente, por lo que hemos trabajado y diseñado en la comuna de Gorbea. De eso me siento muy responsable y también muy nervioso porque a veces no es bueno abrir tanto el corazón, pero lo hice sinceramente porque este programa tiende a rescatar el valor humano de quienes hacemos arte y gestión en la Región. Así que estoy súper agradecido.

- Hablando de trayectoria, eres uno de los pocos actores locales que reúne cuatro décadas en las tablas. ¿Cómo ha sido este camino andado de la mano del teatro y la actuación?

- Ha sido una maravilla y no me arrepiento de nada. Creo que el teatro me ha dado la oportunidad de conocer a tanta gente maravillosa, personas hermosas de alma, gente solidaria, llena de amor por el otro. El arte me dio una oportunidad y me permitió encontrar seres humanos que me ayudaron a formarme en los valores para la vida, como me los dio también la familia. Para esas amistades, esos hermanos y hermanas que he encontrado en el teatro me faltan palabras para describir lo que siento.

- En tu andar has actuado en salas y también en la calle, especialmente, en los duros años 80. ¿Cómo recuerdas aquello? Y ¿quiénes fueron tus maestros?

- Yo partí haciendo teatro escolar en el Liceo N°2 de Pueblo Nuevo, a donde llegó un profesor de historia muy inquieto, Luis Reyes Sepúlveda; él nos convocó para hacer teatro y me enamoré de este arte. Luego conocí a un muy buen director que me orientó mucho en la vida, Juan Manuel Fierro, con quien pasamos largas temporadas haciendo teatro en la Universidad de La Frontera; luego caigo en las manos de Álvaro Muñoz Rosati, un tremendo director con el que hicimos obras en plena dictadura. Por ahí tuve una pasadita por el TUM con Jorge Top. Y más adelante, llegué al Teatro Camino de Santiago donde recibo una instrucción más profesional de Héctor Noguera para luego empezar a caminar más solito (…). Con ellos fui absorbiendo el hábito de la lectura, los gustos musicales y tendencias teatrales, lo que me llevó a tener un abanico de posibilidades cuando comencé a dirigir teatro juvenil. Después, vino todo un periplo por la gestión cultural. Y permítanme compartir un logro aquí, porque recientemente obtuve mi diplomado en gestión cultural con mención en artes escénicas en la Universidad de Chile. Nada es imposible y no importa la edad.

COMPROMISO

- Siendo temuquense has hecho tus mayores aportes a la gestión artístico cultural en Gorbea, donde no solo formas compañías, levantas una sala de bolsillo, sino también creas el Festival Internacional de Teatro y de las Artes de Gorbea, FITAR, hace 20 años. ¿Qué representa esta iniciativa para al patrimonio regional?

- Son 20 años. Por este festival han pasado cerca de 200 compañías y unos mil 500 artistas. Esta iniciativa la tomé siguiendo la lógica de los encuentros de teatro escolar en los que me tocó participar. Yo tomo esa experiencia y la aterrizo a la realidad de Gorbea. Así comenzamos a elaborar este proyecto, transversalmente, junto con los distintos alcaldes (…), y muy a pesar de los bajos presupuestos, pero con el apoyo de particulares y la institucionalidad pública de Cultura logramos instalar este festival. Fuimos creciendo poco a poco y dando pasos sólidos. Simplemente hemos trabajado y hemos provocado la visita de gestores que han venido a conocer de cerca nuestra orgánica de trabajo. Yo diría que lo nuestro pasa por el amor y la calidad humana de todo el equipo técnico, y por supuesto, por la gestión de la Agrupación Cultural Teatro MIA, hoy presidida por Pamela Caro (…). Estuvimos a punto de realizar la versión número 20 el verano pasado, pero tuvimos que suspenderla por un rebrote de la pandemia. Eso fue un bajón. Sin embargo, creemos que el próximo verano celebraremos esos 20 años del FITAR.

- Gorbea es una comuna teatral gracias a tu empeño y al de quienes te han acompañado. Allí también se ha hecho dramaturgia. Han surgido obras como "Entre la Cruz y la Espada" que va en la línea del rescate de la memoria. ¿Qué destacarías de ese trabajo?

- Creo que es muy importante observar que cada territorio tiene su propia historia, cada comuna tiene sus personajes y creo que es un acto de justicia rescatarlos. "La Cruz y la Espada" es una obra que rescata el legado de un tremendo personaje en la historia de Chile, el presbítero José Agustín Gómez, que estuvo en la Guerra del Pacífico, que siempre apoyó a los pobres, a los desamparados. Él llega a vivir sus últimos años a Gorbea, a construir algo físico y también algo invisible, algo para alimentar el alma, como es la espiritualidad y lo hace a través de la iglesia, de un hogar de ancianos y de niños mapuche huérfanos, y a través de la comida, en una época muy dolorosa a principios de 1900. Logramos rescatar esto con el apoyo de un número muy importante de personas (…). Ahora, tenemos hartas ganas de reeditarla y por ahí tenemos varias otras creaciones.

- Tu compromiso con las artes no se detiene. ¿Qué estás haciendo hoy al alero del Departamento de Educación de Gorbea?

- Estoy en el área extraescolar del Departamento de Educación trabajando con un equipo hermoso de personas. Tengo muy buenos compañeros y compañeras de trabajo. Estamos enfocados, al menos en lo que respecta a mi área, en formalizar una red de arte y cultura comunal para potenciar las artes en todos los establecimientos educacionales. Es la política de la actual administración, lo que me parece muy atinado. Estamos trabajando con varias unidades del municipio porque esto no se construye solo y, afortunadamente, estamos recibiendo el respaldo de los directores de los establecimientos. Nuestra intención es descentralizar, llevar el arte a niñas, niños y jóvenes; queremos que la cultura sea tan importante como el programa de deportes, más en estos tiempos donde hemos notado una pérdida de valores y el avance del individualismo.

"Se me da el honor de interpretar a Juan Segundo Leiva Tapia, un profesor con estudios de derecho que lidera esa revuelta, un personaje con un sentido social tremendo, que lucha por la gente, por el campesino, por el trabajador que ha sido despojado de su tierra".

"El arte me permitió encontrar seres humanos que me ayudaron a formarme en los valores para la vida, como me los dio también la familia. Para esos hermanos y hermanas que he encontrado en el teatro me faltan palabras para describir lo que siento".

"Creo que es muy importante observar que cada territorio tiene su propia historia, cada comuna tiene sus personajes y creo que es un acto de justicia rescatarlos".

"Son 20 años. Por este festival han pasado cerca de 200 compañías y unos mil 500 artistas (…). Yo diría que lo nuestro pasa por el amor y la calidad humana de todo el equipo técnico, y por supuesto, por la gestión de la Agrupación Cultural Teatro MIA, hoy presidida por Pamela Caro".