Correo
Sequía en el lago Caburgua
Hace más de 10 años que el lago Caburgua baja sostenida y dramáticamente y hoy sus aguas observan un descenso de casi 17 metros. Este grave daño al sistema ecológico del lago afecta su flora, fauna y humedales y también ha hecho retroceder sus principales playas públicas en cerca de 250 metros.
Esta baja del agua obedece, entre otras causas, a erróneas resoluciones de la Dirección General de Aguas del MOP de La Araucanía, que en 2006 mandó construir un pretil para cerrar un brazo del río Trafampulli, que desde siempre compartía aguas al lago Caburgua. Una decisión que no previó estos nocivos efectos, agravados por la megasequía y crisis ambiental que vive el país.
Hace más de un año y medio los vecinos y la comunidad de Caburgua vienen llamando la atención de las autoridades sin éxito. Particularmente ante la DGA del Ministerio de Obras Públicas, ente técnico competente, pero lamentablemente no hemos sido escuchados.
En vez de tomar medidas definitivas, ha optado por acciones dilatorias, cuyo tiempo de implementación solo agrava un problema que avanza a un ritmo sin precedentes.
Necesitamos que las autoridades entiendan y actúen ahora. Este no es un problema que se resuelve burocráticamente sino que con decisión, antes que el daño se vuelva irreversible.
Dania Ulloa Davet, Caburgua Sustentable
Un país más inclusivo
El Mes del Orgullo, y la antesala del Día Mundial del próximo 28 de junio nos invitan a reflexionar cuánto hemos avanzado en inclusión, pero también a mirar con mucha autocrítica cuánto nos falta por avanzar.
Y no se trata solo de ser tolerantes, sino que también empáticos, y entender que las grandes mayorías están conformadas por las más diversas minorías, incluyendo algunas que tuvieron que sufrir por décadas estigmatizaciones y discriminación. Pero eso ya está comenzando a cambiar.
Si bien ser un país más inclusivo depende de múltiples factores, una pequeña ayuda para seguir avanzando puede venir desde el mundo de los idiomas.
Por ejemplo, el inglés es más inclusivo desde su génesis, ya que sus adjetivos no distinguen género ni preferencia alguna, como sí ocurre con otras lenguas. Distintos estudios además demuestran que mientras más bilingüe es una sociedad, esta tiende a ser más tolerante e inclusiva.
En el último ránking EPI que mide el nivel de inglés en más de 100 países, Chile cayó 10 puestos a nivel mundial, y fue relegado al cuarto lugar en Sudamérica.
No hay que descuidar este aspecto, considerando que el lenguaje genera realidad.
Pablo Parera
Hasta cuándo se miente
En la carta homónima del pasado día sábado, su autor habla de la protección al derecho de propiedad en la nueva Constitución. Sin embargo, de la propia extracción del texto que hace el colega, se nota el terrible peligro al que estamos expuestos: la nueva Constitución no asegura que en caso de expropiación se nos deba pagar al contado, todo el valor, previamente, antes de tomar posesión del bien raíz o terreno.
Actualmente, la Constitución de 1980 si nos asegura eso y que el pago corresponda al valor comercial de la cosa que se nos expropia, incluyendo también los daños que la expropiación nos causa (morales, afectivos, comerciales), que los tasadores deben tener presente al hacer su tasación. Y que si no nos gusta la tasación, pido el valor que ya está depositado en el Tribunal y por el resto que pretendo, reclamo al Tribunal.
Todos sabemos que las tasaciones actualmente son incluso bastante mas que el valor comercial. Y es una alegría saber que ese dinero está ahí a nuestra disposición. ¡Basta pedir su giro al juez!
Y eso es la clave y no está consagrado en la propuesta de nueva Constitución.
Pregunto: ¿Por qué retroceder y crear inseguridades en algo tan importante?, ¿de qué sirve que se proteja el derecho de propiedad si a la hora de que se decida quitarnos nuestra propiedad (expropiación), quedaremos expuestos a lo que la ley diga?, esto es ¿cuánto es el valor, cuándo se va a pagar, en cuántas cuotas, con o sin intereses y reajustes? Queda al arbitrio del legislador de turno y expuesto a injusticias, demoras y pleitos innecesarios.
Justamente lo que más interesa al ciudadano común y que quede asegurado constitucionalmente no lo está en el proyecto y sí lo está en la actual Constitución que se pretende cambiar.
Claudio Ernesto Zehnder Gillibrand