¿Cuánto vale una vida?
La industria farmacéutica está revelando un cambio de paradigma que no solo nos debería preocupar sino más bien aterrar.
Si hasta hace poco hablaban de los costos de producción de los medicamentos, entregando cifras exorbitantes difíciles de chequear e imposibles de creer, hoy ya hablan derechamente de que los medicamentos, especialmente aquellos mas caros y sofisticados, basan su precio ya no en lo que gastan en la tecnología y el desarrollo, sino en lo que pueden ampliar las expectativas de vida de los enfermos.
¿Pero cuánto vale un año de vida o dos o cinco? Puede siquiera considerarse esa variable cuando aún en los mejores casos, algunas tecnologías no tienen ni el 40% de eficacia y más aún, es imposible medir sus alcances en el tiempo dada su novedad.
Esta premisa, la del costo de vida, pone a la industria farmacéutica al mismo nivel que una banda de secuestradores, que piden un rescate por la vida de uno de nuestros seres queridos. No importa si la investigación de la nueva molécula provino de una universidad o una pequeña empresa tecnológica. Da lo mismo el costo de producción y distribución, ahora lo que vale es nuestro deseo por vivir y que ellos tienen la llave para decidir. Todo además garantizado por un entorno regulatorio que los protege.
Estamos hablando de medicamentos que pueden costar entre los 100.000 y los 2 millones y medio de dólares que tiene en jaque a los seguros de salud de los países desarrollados, elevando los niveles de gasto del sector sanitario a límites impensados y donde todos apuestan que la tendencia solo será al alza.
Patricio Novoa Valle, Daniel Zapata Zapata
El violinista en el tejado
Días atrás el canal de televisión de películas antiguas trajo a la pantalla "El violinista en el tejado", un musical de 1971. Lo disfruté enormemente, mucho más que cuando lo vi por primera vez en los 70s; era yo joven en ese entonces y con un gran futuro por delante.
Un violinista en un tejado, ¿peligroso, verdad? Todos somos un violinista en el tejado. Y… ¿por qué si es tan peligroso seguimos arriba? ¿Cómo mantenemos el balance?
Las tradiciones y el comportamiento honesto de nosotros los chilenos mantienen el equilibrio; romper ese binomio es, simplemente, romper el tejado. Todos, ojalá sea así, queremos resguardar nuestro tejado nacional.
Gustavo M. Astorquiza, P. Eng.l
Fracaso
Si los dueños de casa somos todos, creo que es una muy mala señal no invitar al acto más importante de la Convención a todos los expresidentes. ¿Cuán "de todos" es la casa de todos?
Por negativo que sea, lo anterior es coherente con la situación en que está el proyecto de Constitución : si a estas alturas el proyecto no está sobre 75% en su aprobación como correspondería a una Constitución concebida para perdurar, el fracaso de la Convención es rotundo aún cuando se produjera un vuelco y ganara el apruebo por unos puntos.
¿Por qué estamos donde estamos? Primero, la explicación era que no se podía criticar porque aún no estaba lista, ahora que está lista el argumento es que hay mucho desconocimiento. Solo falta escuchar la excusa final ante una derrota, no solo conceptual como la de hoy sino también numérica-electoral.
José Luis Hernández Vidal
¿Regresos sin gloria?
¿Se ha dado cuenta usted, que casi todos los futbolistas chilenos que han regresado a Chile después de haber sido muy exitosos en grandes ligas del mundo, digamos líderes en sus puestos, no han podido mantener sus desempeños en nuestras canchas? Tal vez debieron recordar, o que alguien se los hubiera dicho, que (casi) nadie es ó termina siendo profeta en su propia tierra.
Para terminar una pregunta.
¿Y a las chilenas y chilenos pertenecientes al mundo político que han llegado a ser líderes de organizaciones mundiales les sucederá lo mismo que a los futbolistas cuando deciden regresar a Chile y también quedan irremediablemente "off side"?
¿Terminan escribiendo sus memorias, mirando por la ventana el paso del presente, algo parecido a lo que les pasa a los futbolistas exitosos que retornan, o sea viendo solo fútbol por la TV o desde la galería?
A lo mejor por esa razón muchos futbolistas y DT chilenos y exitosos no tengan entre sus planes terminar jugando o dirigiendo en Chile respectivamente.
¿Regresos sin gloria?
Luis Enrique Soler Milla