Secciones

  • Portada
  • Actualidad
  • Opinión
  • Actualidad general
  • Deportes
  • Clasificados
  • Cartelera y Tv
  • Espectáculos

Dibujando un punto cardinal imaginario

E-mail Compartir

1-¿Cómo descubriste el dibujo? -Yo nací en Puerto Montt, me crié en un barrio que se llama Población Modelo y el dibujo lo descubrí como creo que lo hacen todos los niños, muy pequeño, haciendo las ilustraciones clásicas: la casita, los arbolitos. Los diccionarios y las enciclopedias que habían en casa también me atrajeron. Lo mismo una edición de Las Mil y Una Noche. Dibujé insectos, también aviones y barcos de la Segunda Guerra Mundial. Mi técnica favorita era (y es) básicamente el dibujo en tinta, También trabajo harto con acrílicos, a veces acuarela y técnica mixta, por ahí me la voy jugando.

2-¿Qué es Suralia? -Es un punto cardinal imaginario instalado en el sur de Chile, todos los referentes están instalados en este lugar geográfico. Es un espacio liberado de todas las tensiones del mundo moderno. Es volver a esta cosa comunitaria, esta belleza del convivir. Esto partió hace muchos años, es una serie larga que tiene más de 30 años. Este imaginario surreal en mi cotidiano está permanentemente construido. Son los referentes que tengo en virtud de cómo me relaciono con el lugar donde vivo, me interno en los bosques, navego, estoy en contacto con la naturaleza, todo eso ha enriquecido mi mirada.

3-¿Cómo cabalgaron textos e ilustraciones? -Con Yuri (el escritor del libro) nos conocemos hace bastantes años. Nos unen muchos intereses: nos gusta comer asados y tenemos un sentido del humor bastante parecido. Eso también ayudó a que fuéramos armando estos textos de una forma mucho más fluida, no nos costó de verdad nada ir generando toda la atmósfera para este bestiario y los textos. Algunos venían con una historia ya prehecha y otros son de responsabilidad absoluta del delirio del escritor. Tuvimos jornadas divertidas, muy fluidas porque la pasamos muy bien haciendo esto juntos.


En resumen

Con textos de Yuri Soria e ilustraciones de Marcelo Paredes, "Bestiario de Suralia" (Editorial Cojera de Gusano) acoge a 75 seres que van desde "El Árbol de las Bicicletas" a "La Menina del Bosque", "La Tetera Móvil Special y el "Chorlo Rayado de Manta Corta".

Marcelo paredes, ilustrador del "bestiario de suralia", vive y dibuja en puerto montt.

3 preguntas

Marcelo Paredes, ilustrador.

cedida

"El buen patrón": Javier Bardem y los matices del jefe

Llegó a Star+ la película que arrasó en los premios Goya, una comedia ácida sobre las relaciones laborales y la precariedad como paradigma de los tiempos que corren. Ahora también está en cines.
E-mail Compartir

La mejor película del director Fernando León de Aranoa es "Los lunes al sol" (2002), drama social centrado en un grupo de desempleados que mata el tiempo en una ciudad española afectada por la reconversión industrial. Protagonizada por Javier Bardem, Luis Tosar y Enrique Villén ("Mi gran noche"), la cinta se aproxima con humanidad y compasión a los excluidos del capitalismo. Ganó la Concha de Oro en San Sebastián, además de cinco premios Goya.

Se podría decir que "El buen patrón" -en cines y en Star+ desde esta semana- funciona perfectamente como un díptico junto a ese filme; una contraparte construida desde el otro lado del espectro social y en un tono distinto como es la comedia.

León de Aranoa sigue siendo un cineasta fiel a un discurso y una ética, y Bardem puede brillar en todos los géneros. En este caso, se entrega a la comedia ácida mediante la interpretación de Julio Blanco, un empresario carismático que administra una fábrica de balanzas industriales en una pequeña provincia. Su gran motivación es obtener un premio a la Excelencia Empresarial. Para eso debe esconder las manchas del negocio antes de que llegue la comisión evaluadora.

El peso de la película recae sobre un Bardem que va sumando nuevos matices a un personaje tan encantador como cínico y manipulador. El director lo construye a la luz de un retrato ácido y negro de las dinámicas laborales. En el otro extremo, tenemos a un trabajador tozudo que pertenece a tiempos pre-sindicales. Entre estos polos se desarrolla una película que refleja los contrastes éticos del mundo empresarial. León de Aranoa juega con matices -el personaje de Bardem es, en apariencia, un tipo empático- pero, como en todo cine social, tiene la mirada bien puesta en el caso. Esta es una comedia que, sin embargo, tiene el sabor amargo de la observación lúcida.

"Quería que tuviera comicidad", ha dicho el director. "Cuando me imaginaba a ese señor me hacía sonreír. Es un desastre, pero a la vez puede ser muy divertido. Un jefe que se va a hablar con la mujer de un trabajador sin tener ni idea de cómo hacerlo tiene potencial cómico. Me regalaba el humor y a la vez servía para tratar algo muy importante en la película: el trasfondo de las relaciones laborales y cómo se entremezclan de manera perversa con las personales. En este caso las invaden por completo. Nos pasa a muchos. La película me ha permitido hablar de la precariedad en el trabajo y de lo que pasa en el mercado laboral en su conjunto".

"El buen patrón" es un nuevo hito dentro de la filmografía de un cineasta que ha diseccionado el mundo laboral con humanidad y espíritu crítico. Una oferta en doble formato -presencial y online- que vale la pena ver en estos tiempos de transformación.

Julio blanco es un empresario carismático que administra una fábrica de balanzas industriales en una provincia.


En resumen

Es el noveno largometraje de ficción del cineasta español.

Por Andrés Nazarala R.

fotograma