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Nacido en Temuco, con familia materna en Cunco y ciento por ciento pro región se describe a sí mismo el empresario que sacó fuertes aplausos en Enela 2022. Su historia ligada a la innovación y al desarrollo sostenible lo ha llevado a ser la cara visible de un proyecto que está en pleno desarrollo de novedosas soluciones para el mercado, las cuales consideran el reciclaje de aceite de comer y el empleo de piedra volcánica y aguas lluvias en sus procesos.
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Pudo instalarse en la Región Metropolitana, pero no lo hizo. Fiel a su cariño por la tierra natal, Paolo Chaparro Melo decidió hacer industria en su propia casa, hacer empresa desde el sur de Chile, muy a pesar de lo que muchos le dijeron. No fue sencillo, pero poco a poco, a punta de trabajo, creatividad y "la ayuda de Dios" levantó Pinturas Panoramica y consiguió hacerse un lugar en el mercado, en el cual no se ha quedado con lo hecho, sino con todo lo que sueña por hacer.

Responsable de un producto elaborado con nanopartículas de cobre capaz de repeler bacterias, virus y hongos, este temuquense ganador del Premio PwC de Innovación Chile 2020 de la CChC, llega a sus 25 años de experiencia en el rubro de las pinturas con un espíritu joven y de la mano de una serie de desarrollos con lo que pretende revolucionar el mercado, no solo de la construcción y del retail, sino también de otros ámbito productivos como el frutícola, esto gracias al reciclaje y la reutilización de elementos tan diversos como el aceite, agua lluvia, la corteza del pino y piedra volcánica.

Sobre esas innovaciones, el camino que ha hecho y hacia dónde quiere ir se refiere en esta entrevista, en la que valora a sus colaboradores y critica con fuerza el hecho que al empresariado en su totalidad se le vea, sin distinción alguna, como "el malo de la película".

EL SALTO

- Paolo, hace poco tuvo la oportunidad de exponer en Enela 2022, en el panel Empresas para un Desarrollo Sostenible. ¿Cómo fue la experiencia de recapitular en su historia empresarial, una historia joven?

- Así como se sorprendió la gente me sorprendí yo también. En este encuentro conversé con la fundadora de Tika, Carolina Echenique. Ella me contó la historia de cómo se expandió y lo distinto que son los mercados. Con innovación puedes despegar muy rápido en el mercado de los alimentos. Yo me identifico en aquello de buscar la diferenciación. Cuando nacimos acá y dimos el salto a industria nos propusimos desde el minuto uno ser diferentes. Yo creo que veníamos con eso de antes porque no había marca alguna que ofreciera este producto instalado como herramienta de venta. Eso nos permitió dar ese salto. Porque entrar en este rubro sin tener un tarro vendido en el mercado era casi imposible y cuando abrí la fábrica en 2014 ya estaba vendiendo 10 mil galones mensuales (…).

- Usted decide instalar una industria en La Araucanía y no en Santiago. ¿Por qué toma esta determinación?

- La primera razón fue de corazón, porque cuando uno nace en una Región, la quiere y le guste, le cuesta pensar salir de aquí. Además, a mí me conocían aquí como distribuidor, como "pinturero" y al irme a Santiago iba a ser uno más. Así que hubo varias razones que fueron estratégicamente tomadas. Quise entrar al mercado por calidad y no por precio. Llevábamos 15 años distribuyendo una marca brasilera de gran calidad y nada económica, y yo me planteé entrar al mercado con la misma calidad. La primera decisión fue reclutar al químico que conocí en mis comienzos. Con él logramos sacar los productos que necesitábamos para empezar. Hubo prueba y error, pero lo conseguimos. Eso nos abrió puertas. Y lo otro, el instalarnos en el Parque Industrial fue la mejor decisión, lo fue porque hasta el diseño de la planta nos ayudó en la difusión. En fin, instalar industria en La Araucanía fue una decisión de corazón.

- Este proyecto costaba 2 mil millones de pesos. ¿Cómo un "emprendedor" resuelve un pie tan desafiante como este?

- Fue duro. Yo sostenía que el proyecto era tan bueno que el banco nos iba a apoyar. Pero nos recomendaron ir a buscar un inversionista. Ahí este sueño casi se cae. Estuvimos dos años tocando puertas. Todos me decían que me fuese en Santiago y aún así lo pensarían. Pero yo no quería. Yo creo en la mano de Dios, en las "diosidiencias" y no en las coincidencias. Entonces teníamos un muy buen cliente, Pocuro, y uno de mis colaboradores me sugirió ofrecerle la idea de inversión al dueño. Lo hice. Le presenté la idea y me citó en Santiago. Esa vez no pudo recibirme él y no me fue bien. Pero en un segundo intento sí pude presentarle la iniciativa y junto a su gerente de finanzas aprobó el financiamiento. Eso fue una cuestión divina, porque le vendí el 45% de una marca que entonces costaba 'la nada'. Ellos pusieron las espaldas y debo decir que han sido unos socios extraordinarios.

- Lo dijo hace poco, el propósito de esta empresa "no es vender pintura, sino soluciones". ¿De dónde surge la idea de abrirse espacio en el mercado apostando a la innovación?

- Nace por nuestra experiencia como contratistas. Nos dimos cuenta que no teníamos que ofrecer pinturas, sino soluciones. Conocíamos tanto de esquemas en las obras que nos habíamos convertido en asesores. Así que lo que hicimos fue convertirnos en una empresa de nicho para diferenciarnos. Ahí nació la idea de buscar un lugar poco tocado, como el área hospitalaria que contaba con una sola marca proveedora y era un mercado donde nadie más entraba. Ahí descubrimos que se necesitaba un aditivo especial. Así nació el tema del cobre. La investigación para aplicarlo.

- Precisamente, su marca se hace conocida por emplear nanopartículas de cobre en pintura para repeler virus, bacterias y hongos. ¿Es verdad que fueron los primeros en el mundo en esto?

- Así es. Fuimos primeros en Chile y en el mundo en el ámbito de las pinturas. Llegamos a esto con un spin off de la Universidad de Chile, un grupo de egresados que formaron empresa. Ellos tenían un desarrollo con nanotecnología en polvo y estaban tratando de asociarse con algunas marcas, pero sin resultados. Ahí llegamos nosotros y los convencimos para un acuerdo de exclusividad. Y lo logramos. El desafío fue que la nanotecnología de cobre pudiera ser incorporada al desarrollo de pinturas y que funcionara. Para certificar el producto trabajamos con la UC Temuco y para ellos también esto fue algo novedoso. Probamos las 15 o 20 cepas que más problemas dan en los hospitales y cuando vimos los resultados fue maravilloso. Hoy, la única manera de comprobarlo es con la certificación.

- ¿Lograron romper la barrera para entrar con su producto en la red asistencial?

- En 2017, cuando sacamos esa innovación, salimos en la prensa y nos entrevistaron en Edifica, esto no fue un éxito de ventas inmediato. Empezamos a visitar los hospitales y nos dijeron que ellos no podían autorizarnos. Acudimos al Servicio de Salud, dimos charlas a nivel región y país, pero ellos tampoco 'especificaban'. Así que nos fuimos al MOP. Fue una vuelta larga hasta hoy. Pero teníamos que hacer algo con este producto, el cual también funcionaba para repeler hongos. Con nuestros clientes lo probamos en un proyecto Serviu de 700 viviendas construidas a orilla de mar en Puerto Montt. Hicimos un piloto y funcionó perfecto. El producto es tan bueno que hoy estamos gestionando para introducirlo en el mercado de hoteles en México. Y bueno, después de dos años de negociaciones con el Hospital del Salvador logramos entrar (…). Para entrar nos pidieron que homologáramos la calidad con la marca que había. Lo bueno es que nuestro producto logró el objetivo.

- ¿Es verdad que pasaron de 0,5% a 3% de participación económica en el mercado desde 2014 a 2022?

- Sí. Eso es muchísimo avance, porque tienes que pensar que las empresas dueñas de 6, 4 y 5 marcas cada una tienen copado el 90% del mercado, y a las restantes diez les queda un margen para competir. En ocho años hemos avanzado mucho.

NOVEDADES

- Al parecer no han parado de arriesgarse e innovar. De hecho, en Enela mencionó varios productos novedosos en los que están trabajando. ¿Con qué pretenden revolucionar el mercado?

- Nosotros venimos trabajando con un químico externo que se llama Eric Schomburgk, quien fuera director mundial del área minera de Sherwin Williams. Él es una eminencia. Cuando nacimos como industria y quisimos hacer innovación lo llamé y aceptó con entusiasmo el reto. Con él hicimos la aplicación del cobre. Con él también hemos trabajado en una pintura para proteger los árboles frutales de los hongos. Ese producto ya está desarrollado, pero no alcanzamos a lanzarlo este año así que saldrá en 2023. Hay otro producto que lanzaremos este año. Se trata de un barniz a base de aceite de comer reciclado. Está probado como barniz, pero queremos aplicarlo en todo tipo de solventes. Para ello nos asociamos a un emprendedor local que recicla el aceite de los restaurantes de Temuco para producir biodiésel. Lo llamamos y le propusimos redireccionar hacia la producción de resina. Y hoy estamos desarrollando también en una pintura que funciona como textura de aislación térmica utilizando la pumita de la piedra volcánica y a más largo plazo trabajamos, además, en un producto que reciclará la corteza del pino que suele desecharse en la industria maderera. A eso debo agregar que tenemos desarrollado un producto que se llama 'aeroplús', un envolvente término especial para techumbre que ayudará a disminuir la temperatura y es especial para emplear en galpones y contenedores.

- También están a bordo de un proyecto de economía circular con el que están recuperando agua lluvia. ¿De qué se trata esto?

- Esto nace de un programa que lanza el gobierno regional a través de la Corporación de Desarrollo junto a la Ufro. A nosotros nos hizo mucho sentido porque hace rato veníamos trabajando en cómo recuperar el material sobrante para reutilizarlo. Así que postulamos para investigar cómo reutilizar el agua del lavado y también cómo emplear el agua lluvia que cae en invierno para aplicarla en nuestros procesos. Este proyecto partirá recién ahora.

- Detrás de esta empresa creativa hay personas, 56 trabajadores para ser exactos. ¿Qué representan esos colaboradores para usted y cómo es su relación con ellos y ellas?

- Yo creo que los colaboradores son la empresa. Uno articula y trabaja con ellos, pero al final las personas que hacen que un producto llegue a un feliz término y tenga los controles de calidad necesarios, eso se le debe a ellos. Por esto son lo más importante. Y mi relación es cercana porque yo he tenido la bendición de haber partido desde cero. Tengo colaboradores que llevan 25 años conmigo y con los cuales soldé incluso las primeras estanterías que tuve. Lo bueno también es que los trabajadores han ido evolucionando conmigo.

- Los tiempos para exponer en Enela son acotados. ¿Le quedó algo en el tintero por decir?

- Me quedó una espinita en Enela. Cuando en un encuentro así uno habla de unidad y algunos ocupan los estrados para meter en una misma bolsa a todo el empresariado y tildarlo de culpable de algo, eso me parece desafortunado, porque de lo único que me siento responsable es de procurar empleo y trabajar por la Región. Cuando se lanzan ese tipo de expresiones lo que se logra de desunir y en esto debieran ser más específicos, porque puede haber culpabilidades, pero no creo que sea cosa de una mayoría. No es bueno que nos vean como los malos de la película, porque no es así. Y yo no me siento identificado con ello.

"Me identifico en aquello de buscar la diferenciación. Cuando nacimos acá y dimos el salto a industria nos propusimos desde el minuto uno ser diferentes. Yo creo que veníamos con eso de antes porque no había marca alguna que ofreciera este producto instalado como herramienta de venta".

"En 2017, cuando sacamos esa innovación (nanopartículas cobre), salimos en la prensa y nos entrevistaron en Edifica, esto no fue un éxito de ventas inmediato (…). Después de dos años de negociaciones con el Hospital del Salvador logramos entrar".

"Hemos trabajado en una pintura para proteger los árboles frutales de los hongos. Ese producto ya está desarrollado, pero no alcanzamos a lanzarlo este año así que saldrá en 2023. Hay otro producto que lanzaremos este año. Se trata de un barniz a base de aceite de comer reciclado".

"Algunos ocupan los estrados para meter en una misma bolsa a todo el empresariado y tildarlo de culpable de algo, eso me parece desafortunado, porque de lo único que me siento responsable es de procurar empleo y trabajar por la Región".