Hay un argumento en contra de la nueva Constitución muy de moda actualmente en las filas del rechazo. Se resume en la idea de que en Chile todos seríamos mestizos, ergo, no existirían las naciones indígenas que tantos "privilegios" lograron en la propuesta de texto constitucional. Y esto último sólo gracias a izquierdistas reconvertidos en indigenistas, los mismos que habrían respaldado sin cuestionamiento la agenda política de los escaños reservados. Ese es más o menos el discurso.
Por lo burdo pareciera el contenido de una típica cadena de Whatsapp que se viraliza entre los residentes de un condominio. No cometamos el error de minimizar sus implicancias. Menos aún cuando uno de los intelectuales favoritos de los grandes medios, el antropólogo Pablo Ortúzar, acaba de argumentar lo mismo en una columna publicada en el sitio web del Instituto de Estudios de la Sociedad (IES), centro de estudios de derecha vinculado al Opus Dei.
"No sólo somos un pueblo efectivamente mestizo, sino que nuestra identidad nacional siempre lo ha sido también […]. A diferencia de los colonos ingleses u holandeses, los españoles se mezclaron masivamente con la población indígena. Y el mundo que emergió de esa mezcla no se parece en nada a la realidad Neozelandesa o Canadiense", subraya Ortúzar en directa alusión a dos de los modelos foráneos que inspiraron a la Convención.
"Por lo mismo, las políticas de reparación diseñadas en esas latitudes resultan difícilmente aplicables a nuestra realidad […]. ¿No es evidente lo problemático que resulta recargar de privilegios al que se presente como indígena en un contexto tal?", lanza finalmente el antropólogo. En honor a la verdad su tesis ni siquiera es original, pertenece al historiador Sergio Villalobos, un reconocido detractor de las demandas del pueblo mapuche.
Según Villalobos, los "araucanos" -que así nos llama, negándose a reconocer nuestra autodefinición como "mapuche"- desaparecieron debido a su activo mestizaje con los españoles y chilenos. Puestas así las cosas los "mal llamados mapuche" no seríamos otra cosa que mestizos [chilenos], parte de una sola gran nación [chilena], quintaesencia de la sociedad mestiza ideal.
Dos comentarios al respecto. Sí, mestizaje español-indígena hubo en la zona central, muchísimo, así nace Chile. Pero al sur del Biobío, en el Wallmapu, la realidad fue muy diferente, en parte debido a la frontera que separó ambas sociedades por más de tres siglos, en parte por el propio racismo de la sociedad chilena hacia "los indios". Sí, el pueblo chileno es mestizo y está bien que hoy se reconozcan. Hasta no hace mucho lo negaban rotundamente, al punto de ser lo blanco y europeo su espejo racial favorito. De allí frases como "mejorar la raza".
Luego, ¿son mestizos los mapuche? Existe un porcentaje de personas "champurrias", así se les llama, pero en ningún caso es la norma. Sí, existen los Marileo González y los Tapia Lincopi, pero étnicamente hablando nuestra identidad mapuche sigue siendo muy marcada, en especial en las zonas rurales. Prueba de ello son nuestros apellidos (Cayuqueo Millaqueo en mi caso) y, lo principal, nuestra voluntaria adscripción a un ethos cultural e identitario diferente del chileno. Querido lector, querida lectora, la nación mapuche sí existe. También la bella nación chilena. ¿Pueden ambas convivir, pacífica y democráticamente, dentro de un mismo marco estatal? Sí, es lo que precisamente nos propone como desafío el texto constitucional que votaremos en septiembre.
"Sí, mestizaje español-indígena hubo en la zona central, muchísimo, así nace Chile. Pero al sur del Biobío, en el Wallmapu, la realidad fue muy diferente, en parte debido a la frontera que separó ambas sociedades por más de tres siglos (...)".