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Campaña publicitaria por el plebiscito
Comenzaron los avisos publicitarios del Gobierno de Chile anunciando el plebiscito de salida, en ellos aparece un código QR para que se pueda descargar el texto elaborado por la Convención Constitucional, sin embargo, no aparece un código para descargar nuestro actual texto constitucional.
Si queremos un plebiscito en que vote una ciudadanía informada lo más sensato es primero leer el texto vigente y luego la nueva propuesta. Ambas se deben dar a conocer.
Benjamín Negrete Cristi
Ley del aborto y proyecto constitucional
La actual constitución política, en su artículo 19, asegura a toda persona el derecho a la vida y señala que "la ley protege la vida del que está por nacer". A partir de una cierta lectura de este principio constitucional, la ley vigente permitió el aborto en algunos casos limitados a tres causales, que se entienden como excepciones de la regla. Con este marco constitucional, una ley que permitiera el aborto libre en cualquier circunstancia sería abiertamente inconstitucional.
El proyecto que se debe votar el próximo 4 de septiembre establece en su Artículo 61 N°2, que el Estado asegura "las condiciones para un embarazo, una interrupción voluntaria del embarazo, un parto y una maternidad voluntarios y protegidos", garantizando que el ejercicio de estos derechos se verá libre "de interferencias por parte de terceros, ya sean individuos o instituciones". Su N°3 declara muy brevemente que "la ley regulará el ejercicio de estos derechos".
Esto significa que, si se aprueba el nuevo proyecto constitucional, bastará la mayoría simple, es decir, el 50,1% de los votos de la futura Cámara de Diputados, para cambiar la actual Ley de Aborto en tres causales por otra que permita el aborto libre, sin restricción de motivos ni de etapa de la gestación. Más aún, el concepto de derechos sexuales y reproductivos descrito en el Artículo 61 N°1 permitiría considerar cualquier restricción al aborto libre como inconstitucional. De esta manera, cualquier mujer podrá acceder al aborto sin restricción alguna en nuestro país.
En los países en que existen leyes de aborto libre, uno de cada cuatro niños muere antes de nacer. Esperamos no entrar a formar parte de ese grupo.
Gonzalo Letelier W., director de Filosofía y Formación General Universidad Finis Terrae/ Manuel Donoso O., jefe de Departamento de Obstetricia y Ginecología Universidad de los Andes
Fortificación de alimentos con vitamina D en Chile
El 6 de julio pasado, el Ministerio de Salud anunció la exigencia de fortificar con Vitamina D todas las leches y derivados lácteos, harina de trigo, cereales y aceites vegetales del país. Esto incluye la leche líquida y en polvo, y la harina, como materia prima usada en múltiples productos.
Si bien el decreto tiene un plazo de 24 meses para que la regulación sea exigible, se trata de una buena noticia, sobre todo si consideramos que, la última Encuesta Nacional de Salud de 2017, detectó que el 52% de las chilenas en edad fértil y el 59% de los adultos mayores presentan un grado de deficiencia de vitamina D. Estas cifras no están lejanas a los índices mundiales, donde se ha visto que entre un 50% y 60% de la población también lo presenta.
La vitamina D es fundamental para nuestro organismo, ya que ayuda al cuerpo a absorber el calcio, una de las sustancias principales para tener huesos fuertes y evitar la osteoporosis. Esta enfermedad progresiva y silenciosa, no da dolor ni molestias hasta que la persona sufre alguna fractura frente a traumatismos mínimos y es una de las causas de discapacidad en la tercera edad. Esta vitamina participa en diversas funciones de todo el organismo, además de las relacionadas al metabolismo del calcio, como las relacionadas al sistema inmunológico, cardiovascular, muscular y control de crecimiento celular.
La principal fuente es la exposición a la luz solar que es escasa en la población general, situación que se vio afectada fuertemente con la pandemia. La otra fuente es la alimentación, donde se encuentra en pescados grasos, yema del huevo, mantequilla, vísceras y en algunos quesos. Sin embargo, estos alimentos no se consumen diariamente en cantidades suficientes. Ambos hechos hacen necesarios suplementarla en forma exógena.
La fortificación de alimentos es una medida muy positiva, la cual se hace en Chile desde hace tiempo con la incorporación de yodo a la sal y vitaminas y hierro a la harina de trigo, por lo que esta acción, permitirá mejorar la calidad de vida de las personas al aumentar su ingesta de vitamina D a través de los alimentos fortificados y evitar la aparición de enfermedades crónicas como el raquitismo en la infancia, y la osteoporosis en la adultez.
Claudia Campusano, endocrinóloga/ Eliana Reyes, nutrióloga Clínica Universidad de los Andes