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Equipo de Salud Rural acerca las atenciones a sectores apartados de Villarrica

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Dos postas (Añilco y Liumalla) y seis estaciones médico rural (Huincacara Norte, Voipir Seco, Rayen Lafquen, Vegas de Lessio, Conquil y Chesque Alto) son parte de la oferta pública local que brinda la Municipalidad de Villarrica, a través del Departamento de Salud.

"Nuestro trabajo está destinado a lo que es la necesidad de la población, consultas por morbilidades y netamente entregar una atención de calidad a los usuarios y pacientes, siempre en busca de su bienestar físico, psicológico y social", señala el coordinador del Equipo de Salud Rural Villarrica, Miguel Leiva.

Al trabajo diario de los Tens, encargados de posta, se suma el apoyo de los profesionales en las rondas médicas, las que se realizan tres veces a la semana y una vez al mes, en el caso de las estaciones médico rurales.

La labor no solo se desarrolla en aquellos puntos de atención integral de salud, sino también en las visitas domiciliarias y de rescate, para aquellas personas que lo requieren, como también la atención domiciliaria de pacientes postrados, que es otra de las áreas que atiende el Equipo Rural de Salud de Villarrica.

Además, el Ministerio de Desarrollo Social y Familia anunció la Recomendación Satisfactoria (RS) para la Reposición de la Posta de Salud Rural Añilco, por más de $1.000 millones.

Talleres laborales se reúnen en Padre Las Casas en la primera jornada de solidaridad creando con amor

PROGRAMA. Más de 200 mujeres protagonizaron inédita cruzada organizada por el municipio local.
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La Municipalidad de Padre Las Casas llevó a cabo una inédita cruzada solidaria, la cual congregó a más de 200 mujeres pertenecientes a las diferentes organizaciones de los talleres laborales de Padre Las Casas. El objetivo, incentivar a la solidaridad mediante la confección de productos elaborados en lana y telas, los cuales serán donados posteriormente a grupos de adultos mayores y niños pertenecientes a jardines infantiles vulnerables de la comuna, importante iniciativa enmarcada en la conmemoración del Mes de la Solidaridad.

Eliada Cárcamo, encargada del programa municipal, destacó la alta participación de mujeres, señalando que "estamos súper contentas y orgullosas de la alta asistencia y participación de nuestras usuarias, mujeres muy esforzadas que pertenecen a las diferentes organizaciones de los talleres laborales de la comuna de Padre Las Casas, quienes con mucho entusiasmo hoy están donando su trabajo y tiempo plasmados en cada producto donado. Nos emociona el nivel de solidaridad del día de hoy".

Autoridades

La actividad, que se realizó en dependencias del polideportivo Pulmahue, contó con la presencia de las concejalas Marcela Esparza e Inés Araneda, además del alcalde Mario González, quien dijo que "ha sido una hermosa jornada en donde nuestros talleres laborales tanto del mundo urbano como del rural, se han unido para entregar todo su amor y solidaridad a través de sus productos, de sus tejidos que confeccionan junto a sus monitoras cada semana, artesanías que serán donadas a nuestros niños y adultos mayores que más lo necesitan, quienes muchas veces no pueden acceder a un chaleco, gorro o ropa de invierno. Sin duda es una muy importante iniciativa donde nuestras mujeres de los talleres laborales no solo donan sus creaciones, sino que también su tiempo, su dedicación y su cariño".

"Es una muy importante iniciativa donde nuestras mujeres de los talleres laborales no solo donan sus creaciones, sino que también su tiempo, su dedicación y su cariño".

Mario González,, alcalde de Padre Las Casas

¡Gracias Temuco!

Universidad Católica de Temuco El mes de agosto ha tenido un especial significado en mi relación con Temuco. El martes 2 de este mes, pero de 1983, volvía después de varios años alejado de la vida académica en Chile, a un aula universitaria. Y fue en Temuco, en la Universidad de La Frontera.
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El mes de agosto ha tenido un especial significado en mi relación con Temuco. El martes 2 de este mes, pero de 1983, volvía después de varios años alejado de la vida académica en Chile, a un aula universitaria. Y fue en Temuco, en la Universidad de La Frontera. En julio había postulado a un concurso público que logré ganar. Llegaba a Temuco cargado de esperanzas, sabiendo que me esperaba un arduo trabajo.

Los primeros años no fueron fáciles. Venía de tierras áridas y climas más acogedores. La lluvia y el frío me agobiaban. Pero hubo personas cuyo apoyo fue fundamental. Recuerdo con mucho afecto a la Decana de la Facultad de Educación, la Sra. Rudis Gaete, a mis colegas Elisa Pérez y Jorge Hernández, al Rector de aquellos años, don Juan Barrientos Vidaurre, quien puso todo de su parte para que superara las dificultades del momento. También a Pablo Muñoz e Iván Inostroza, los primeros alumnos en confiar en el profesor que llegaba a hacerse cargo de algunos cursos en la carrera de Pedagogía en Historia, Geografía y Educación Cívica. De un modo especial tengo una enorme gratitud con el antropólogo Arturo Leiva, autor del primer libro que publicamos en Ediciones Universidad de la Frontera, "Angol, 1862. El primer avance a la Araucanía". Su cuidadosa lectura y las largas conversaciones que tuvimos acerca de lo que había ocurrido en la región cuando llegó el Estado, me facilitaron el camino. Por último, El Diario Austral de Temuco, me abrió sus páginas para referirse a mi trabajo en la Universidad. Ese año 83, me cambió la vida y mi carrera de historiador.

Muchos años más tarde pude saldar en parte las deudas contraídas con Temuco y con quienes me apoyaron, al otorgarle a la Universidad de La Frontera el primer Premio Nacional. El lunes 26 de agosto de 2012 el Ministro Harald Beyer me comunicó telefónicamente que el jurado que discernía el Premio Nacional de Historia 2012 me lo había otorgado por unanimidad. En mis primeras declaraciones señalé algo que sigo repitiendo. Más que un premio al historiador, lo fue para la Universidad de La Frontera, para los colegas que me apoyaron, para quienes fueron mis alumnos y para una región que me mostró una historia que desconocía, marcada por conflictos que lamentablemente no logramos superar.

En agosto de este año, 2022, fortalecí de nuevo mis vínculos con Temuco. Ya instalado en la Universidad Católica de Temuco, surgieron nuevos amigos, estrechos colaboradores como Diego Benavente, Nicolás Figari y Rosemarie Junge, por mencionar algunos, y hace un par de días una empresa privada nos confirmó su apoyo financiero para un proyecto que aspira a valorar el aporte material de tres pueblos originarios de Chile: el atacameño, el diaguita y el mapuche. Nuestra única intención, inspirados en las palabras de los obispos Héctor Vargas y Esteban Fonseca, la de quienes nos apoyan económicamente, la del Rector Aliro Borquez, Isolde Reuque, Carmen Gloria Garbarini, José Quidel y mis nuevos colegas de la UCT, es acortar la asimetría que existe entre aquellos pueblos y el resto de la población del país, con el fin de contribuir, aunque sea con un grano de arena, a lograr una mejor relación entre quienes vivimos o trabajamos en una región tan diversa y hermosa. Por todo lo dicho solo caben dos palabras: ¡GRACIAS TEMUCO!

Jorge Pinto Rodríguez

Instituto Ta Iñ Pewan