Correo
Cine mundial de luto
A los 91 años falleció en Suiza el emblemático director de cine francés Jean-Luc Godard, nombre clave en la renovación del lenguaje del cine en los años 60 y fundador de la Nouvelle Vague, una de las escuelas más innovadoras de la cinematografía.
Sus filmes, siempre al filo del escándalo y la utilización de un fraseo, si habláramos en términos jazzísticos, de gran intensidad narrativa y expresividad sonora, sabían amalgamar adecuadamente tres de los factores esenciales del séptimo arte, como son la sustancia filosófica y antropológica de su expresión, temáticas cuya apariencia circunnavegaban tópicos simples aunque con profundos alcances humanistas y una puesta en escena siempre provocadora, rompiendo los paradigmas del lenguaje cinematográfico a la fecha.
En la década de los 60's Godard filmó más de 25 películas, muchas de ellas verdaderos clásicos del cine, pero a partir de los años setenta su cine se complejizó tanto que perdió la frescura de sus filmes iniciales, y su profusa obra a veces impidió tener una filmografía pareja en términos de calidad, aunque siempre haciendo un tremendo aporte al cine de autor, etiqueta de la que fue fiel hasta sus últimos días.
Rodrigo Reyes Sangermani
Traje nuevo
El soberano llevaba más de 40 años soportando un vestuario impuesto por las circunstancias, que le apretaba como traje de torero y que amenazaba con reventarse por las costuras. Lo calificó con nota 22 sobre 100. Entonces convocó a una Convención de Costureros (CC) para que le hicieran un nuevo traje.
La CC fue provista de un presupuesto especial, se reunió largamente, recurrió a asesores, recorrió territorios y al final le propuso al soberano una suerte de túnica larga y amplia, generosa en pliegues, pinzas y alforzas, ancha de mangas y con pesadas bocamangas. El soberano la miró al revés y al derecho, la sopesó y, sin probársela, la calificó con nota 38 sobre 100. Algo mejor que la anterior, pero insuficiente para aprobar.
Se habla de que ahora vendrá una Convención de Sastres (CS, algunos le dicen Convención Segunda), más expertos que algunos improvisados costureros anteriores. Ojalá primero que nada se dediquen a conocer al soberano, que merece mucho respeto, por su trayectoria mayoritariamente al servicio de altos principios en función del ser humano, y no a dejarse llevar por imaginativas creaciones de algunos audaces. Lo que el soberano necesita es un traje moderno, ligero, simple y funcional, como de hecho hay algunos en uso por otros lares y que le pueda ser adaptado a algunas particularidades de su anatomía, no exenta de algunas situaciones especiales. Lo demás sobra.
Eugenio Vogel
El cuoteo sigue vivito y coleando
Guillermo Teillier reconoció su error, de haber hecho público su diálogo con el Presidente Boric, esa es una cosa.
Pero otra cosa es que el citado diálogo demostró que sigue estando más vigente que nunca el cuoteo político, una de las más funestas lacras que tanto daño le hacen a la política, junto al amiguismo, los premios de consuelo, el nepotismo, pago de favores, etcétera.
¿Pero Presidente Boric, no se iban a terminar con todas estas lacras, al menos así usted lo reiteró en su campaña presidencial?
Luis Enrique Soler Milla
Fiestas Patrias
Frente a las próximas Fiestas Patrias que concentrarán varios días feriados, donde muchos trabajadores saldrán de sus ciudades- ya sea con destino al campo, mar, lago o cordillera- para descansar y desconectarse de la rutina laboral, se pueden seguir diversas estrategias para alcanzar lo anterior y, a la vez, recuperar energías y fuerzas durante esas mini vacaciones.
Algunas sugerencias para ello son evitar dejar trabajo pendiente en la oficina; planificar el viaje de ida y retorno; silenciar algunos chats de WhatsApp y casillas de correos; compartir con los seres queridos; ser moderado al comer y beber en las fondas y ramadas dieciocheras; descansar lo suficiente; distraer la mente con un buen libro, música, película o paseo y cuidarse del covid-19.
Claudio Oyarzún
Un nuevo Chile
El nuevo ciclo político ha llegado. Y con él, también, reflexiones y propuestas necesarias de cara al futuro.
Es innegable que, como todo proceso, esté inmerso en incertidumbres, riesgos y obstáculos varios.
La historia de los países se construyen a partir de la suma de decisiones, sacrificios, esfuerzos y compromisos personales y colectivos.
Por ello, es preciso vitalizar los círculos que propicien principios que acoplen un desarrollo más solidario, humano y justo.
Debemos corresponder el esfuerzo del pasado, conocer aquello que hemos heredado y trabajar por las futuras generaciones que, como bien aspiramos tantos, merecen vivir un país mejor que el que nos ha tocado vivir a nosotros.
Matías González Drago, estudiante secundario