(viene de la página anterior)
rectoría, la secretaría general, la vice gran cancillería, la pastoral universitaria y toda el área de gestión y planificación institucional", detalla.
Para el timonel institucional, el primer hito de esta nueva etapa es recuperar la casa como un patrimonio para la ciudad. "Lo hicimos porque sabemos que esta es una de las pocas casas que quedan del Temuco antiguo, de cuando esta avenida se llamaba Avenida Los Colonos. Y a pesar que no tiene una declaratoria patrimonial, somos partidarios de que siga así porque necesita cuidados y porque, por lo general, la declaratoria burocratiza pensar en cualquier obra de este tipo".
Un segundo hito es la recuperación del campus Menchaca Lira como sede fundacional y sede del gobierno universitario, mientra que el tercero es la recuperación de la historia y la memoria que guarda esta casa.
"Creemos que esto se debe preservar para las futuras generaciones. Con esta casa quiero que cada estudiante o profesor nuevo sepa que estos 63 años de trayectoria han sido un esfuerzo que ha transformado a la universidad, de una institución que surgió en este campus a lo que es hoy, una institución moderna y pujante, a través de sus campus San Francisco y San Juan Pablo Segundo. Que se vea que esta es la historia, que aquí está la memoria y la tenemos que respetar y valorar. Aquí - acota el rector - hay cientos de personas que han puesto los ladrillos para tener la universidad que tenemos".
CASA DE PROFESORES
Cuenta la historia recopilada por académicos como Raúl Caamaño que la Casona Malmus fue rematada en los años 30 y luego fue propiedad de agricultores locales hasta que en 1953 es traspasada al Obispado de Temuco para uso institucional, a través de su Instituto de Humanidades.
En un comienzo, entonces, sus habitaciones sirvieron de salas de clases para la formación jóvenes en educación secundaria y no fue hasta el año 1959 que comienzan a girar hacia la educación superior, luego que monseñor Alejandro Menchaca Lira, obispo de Temuco entre 1941 y 1960, fundara la Escuelas Universitarias de la Frontera, las cuales primero tuvieron sede en un edificio de la calle Vicuña Mackenna 466 y luego, por el infortunio de un incendio ocurrido en 1964, se traslada a Avenida Alemania con 18 de Septiembre.
"En 1964 comienza esta historia. Ese traslado involucra las tres carreras fundacionales de esta casa de estudios: pedagogía básica (curso normal o normalista), pedagogía en inglés y pedagogía en castellano. Es decir, esta universidad nace para formar profesores", comenta el rector Bórquez.
Lo cierto es que la actividad realmente comienza un año después. Así lo precisa el profesor Raúl Caamaño. "Formalmente, el 16 de febrero de 1965 se oficializa el traspaso del predio a avenida Alemania y de la casona, por ende. Consta en el Conservador de Bienes Raíces que quien traspasa es monseñor Bernardino Piñera Carvallo y quien recibe es don Luis Rivas del Canto, presidente de la Fundación La Frontera".
La historia y la memoria también cuentan que este proyecto universitario es fruto de la iniciativa de un connotado grupo de ciudadanos que se unen para pedirle al Obispado que "hiciera el milagro universitario" para la ciudad.
"Si bien esta es una universidad católica, este proyecto nace por iniciativa de un connotado grupo de vecinos temuquenses, cuya acta fundacional llegan a firmar más de 800 personas, por allá por en el año 50. Con esa acta llegan al Obispado para que cree una universidad, porque - entonces - muchos de los estudiantes de secundaria se veían obligados a emigrar de Temuco. A esos ciudadanos se les llama los propiciadores. De hecho, en el diario El Austral de la época aparece publicada la lista de dichos propiciadores durante toda una semana", acota el rector.
Por esta y muchas otras razones lo ocurrido esta semana tiene un valor especial no solo para la UCT, sino para la ciudad. No en vano, la Casona Malmus es una de las pocas construcciones centenarias que va quedando en Temuco.
Así lo cree el senador (PPD), Jaime Quintana, exalumno de pedagogía de la UCT que esta semana participó de la ceremonia de re-inauguración del campus Menchaca Lira.
"Creo que la historia de esta casona es parte esencial de la historia de Temuco porque pertenece a una época de la cual poco queda (…) y, por lo tanto, somos muchos los que recordamos el significado de este campus, que tiene su fundación y sus comienzos en un período bien especial, porque estamos hablando de un tiempo entre guerras, rozando la Segunda Guerra Mundial y ya bien entrada la Guerra Fría", precisa el parlamentario.
A su juicio, la respuesta que la Iglesia dio en ese tiempo fue el apropiado, de evangelización, con un mensaje de paz y de un desarrollo de la fe como pocas veces se vio en el siglo XX.
También lo hizo con educación "porque respondió a un momento de beligerancia con formación académica. Al principio, con la formación de los primeros normalistas y, luego, con la formación de pedagogos", acota el senador Quintana.
El sueño
Con las nuevas obras entregadas y el gobierno universitario instalado en su nueva casa, el rector Aliro Bórquez explica que como siguiente reto lo que viene ahora es procurar con un nuevo proyecto mejorar la fachada, a través de un trabajo de pintura, pero no es lo único. La autoridad universitaria también guarda un sueño que quiere realizar.
"Tengo el deseo de abrir este campus, eliminar el cierre perimetral como ocurrió con el campus San Francisco y transformar los jardines de acceso a la casona en una plaza pública, en un parque que las personas puedan ocupar y se convierta así en un espacio de encuentro. Yo espero convencer a la gestión universitaria, y ya lo he socializado esto también con el alcalde de Temuco para ver si lo podemos realizar de manera conjunta; más cuando desde el punto de vista del diseño paisajístico estos jardines son súper interesantes, porque están pensados originalmente como un espejo o reflejo, donde cada especie arbórea está muy equilibrada y reflejada", recalca el rector de la Católica.