¿Cuándo protestan las personas mayores?
Recientemente fue el Día Internacional de las Personas Mayores y no veo a nadie hablando de ellos, no hay medidas concretas ni urgentes en el Congreso y tampoco son tema de conversación. Es como que no quisiéramos ver que somos una sociedad que envejece y que más temprano que tarde, llegaremos a esta etapa de la vida y no siempre se logra el tan nombrado envejecimiento positivo.
La ONU en su mensaje central de este año hace referencia a la capacidad de resiliencia que tienen las personas mayores e invita a crear conciencia y desafiar los estereotipos negativos ante el envejecimiento. Resiliencia, al parecer eso es lo único que les queda; tras la pandemia no solo se exacerbó la desigualdad sino que, también, aumentó la depresión (de un 24% pasó al 38%) y la ansiedad (de un 40% al 52%) en la tercera edad.
¿Cuándo haremos algo? No me imagino a ningún adulto mayor protestando en la calle o saltando torniquetes para así poner en la palestra sus necesidades. Vivir felices hasta el último día de la vida es un derecho de todos y todas las personas mayores, sin importar las condiciones económicas e incluso de salud. Sí, porque en nuestra Fundación lo vemos a diario: residentes que en su mayoría están en condiciones de salud deteriorada, pero que una atención integral, que incluye salud mental y el cariño de voluntarios y cuidadoras, logran sonrisas, una mejor calidad de vida.
Pero en Chile son más de 3 millones de personas mayores (que hoy tienen 60 años o más) y nosotros actualmente solo tenemos capacidad para 2.200 y los recursos son limitados. Se necesitan políticas públicas, pero también una mayor empatía. Que las personas mayores no solo sean noticia cuando fallecen en la más absoluta soledad, tal como les pasó a las hermanas de Viña del Mar.
Hago una invitación a mirar la adultez mayor a los ojos, es el primer paso para generar un cambio. Solo si valoramos la experiencia y la sabiduría que los años vividos entregan, podremos convertirnos en una mejor sociedad.
Edgardo Fuenzalida, Fundación Las Rosas
Las Pymes sostienen a Chile
En un mercado en recesión, las Pymes enfrentan la incertidumbre con vaivenes legislativos e inestabilidad económica. Aquí, algunos puntos que lo demuestran. La rebaja en el impuesto a la renta: alivio de corto plazo y con impacto mínimo, ya que el incremento de impuestos anunciado en el futuro, evitará que la tasa baja se aplique a los proyectos de inversión.
Por otro lado, el fondo de segundo piso de US$70 millones anunciado por la Corfo para refinanciar créditos bancarios de las Pymes, incentivar uso de Hidrógeno Verde y al Plan Chile Apoya, equivalen al 0.0002% del PIB, cifra que para dos millones de Pymes que podrían acceder a éstas a través del factoring, no tendrá ningún efecto, sin considerar lo difícil que es postular a Corfo y más difícil, adjudicárselo.
En este marco uno se pregunta si es necesaria la reforma tributaria con tanta urgencia, ya que estamos viendo el impacto de la recesión en toda la economía y -por supuesto- en las Pymes. Sería positivo extender la reducción en el impuesto de primera categoría para las Pymes por dos años, dado que en 2022 se termina la reducción transitoria desde 25% a 10% de este impuesto para las empresas de menor tamaño, elevándose a 15% en 2023, y a 20% en 2024.
Las Pymes sostienen a Chile. Incentivar su crecimiento no sólo impacta en un pequeño negocio, repercute en un país completo.
Gabriela Salvador, vicepresidenta de Chile Converge
Tratados de libre comercio
Los TLC suscritos por Chile, y su tradición exportadora, han llevado al país a tener la capacidad de ser un actor competitivo en los mercados internacionales de alimentos, exportando a más de 190 países en los últimos 10 años, con 90 categorías de alimentos en los top 10 del mundo. Por lo mismo, para el sector exportador en general, y especialmente para los exportadores de alimentos, la ratificación del CPTPP11 sería una muy buena noticia.
Ser parte del TPP11 representa más de 3.000 nuevas oportunidades comerciales, además de otorgar seguridad y certeza jurídica, facilitar el comercio, profundizar la integración con el Asia-Pacífico, y generar crecimiento económico, empleo y desarrollo en las regiones. A modo de ejemplo, las exportaciones de vino a Vietnam, que al 2023 pagarán 20% de arancel, podrían bajar a 0% en 11 años desde el comienzo del TPP11.
Por el contrario, su no aprobación significará darle ventaja a nuestros competidores, como es el caso de Perú, México y Nueva Zelanda. A su vez, supondría perder más de 540 millones de dólares al año en exportaciones de alimentos y sobre los US$2.000 millones en exportaciones totales.
Este nuevo Tratado nos dará un acceso preferencial al 18% de la economía mundial, siendo un peldaño más en la consecución del objetivo de abrir la mayor cantidad de mercados posibles para nuestro sector exportador y mantener las ventajas que hemos obtenido respecto de otros países exportadores.
Claudio Cilveti, presidente Consejo Exportador de Alimentos y gerente general Vinos de Chile A.G.