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Recolectores de basura: "Por favor no metan vidrios quebrados y jeringas entre los desechos"

TEMUCO. Cristian Muñoz contó su historia de vida e informó que iniciarán una campaña ciudadana para informar acerca de este tema.
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La vida de Cristian Muñoz, quien hoy tiene a su cargo 60 personas y está felizmente casado, ha sido durísima. Su padre murió alcoholizado cuando él tenía 9 meses, por lo que su madre debía luchar a diario para conseguir un poco de alimento para el hogar, compuesto por ella y sus dos hijos. Cristian recuerda que vivían en "la Lanín", en una "casa" construida con restos de madera y cubierta con nylon, por lo que el frío en los inviernos era, prácticamente, un integrante más de la familia. La lluvia también se colaba por todas partes. "Pasamos harta hambre en ese tiempo. Y cuando ya era más grande, me alcoholicé y casi me muero", rememora.

Ahora, sin embargo, tiene otras preocupaciones: "Estamos un poco complicados con los colegas, porque entremedio de la basura que retiramos a diario, vienen muchos vidrios quebrados y también jeringas usadas, por lo que ha habido algunos accidentes y queremos que la gente nos ayude, teniendo más cuidado con estas cosas. Con nuestra empresa queremos hacer una campaña de información, para que algunas personas comprendan que hay que tener cuidado con esto, porque es peligroso para los trabajadores".

Y es que Cristian Muñoz Unquen, de 39 años, es supervisor de unos de los grupos de recolectores de la empresa "Palupe", encargada del retiro y recolección de la basura en Temuco (350 toneladas diarias). Por muchos años, de los 18 que lleva trabajando, fue recolector, por lo que su vida siempre ha estado ligada a este rubro.

Cantaba bien...

Cristian recuerda que "cuando era más chico juntábamos y vendíamos cartones con mi mamá. En los ratos que no pillábamos cartones, ponía una caja en el suelo y cantaba canciones mexicanas. Parece que cantaba más o menos, porque la gente que iba pasando, me daba plata".

"Siendo joven conocí en la Lanín a mi señora", prosigue el relato. "Empezamos a pololear y después de un tiempo, quedó embarazada, así que empecé a buscar pega y el vecino Seguel me metió de recolector. Estaba súper contento, porque tenía un trabajo. Ganaba 93 mil pesos, pero yo venía tomando desde los 11 años, y aunque le pasaba algo de plata a mi mujer, que me dejó como 20 veces, siempre me quedaba plata para el trago...Para ser sincero, tomé harto y más encima no me importaba nada, ni creía en nada, así que la jarana era de lunes a sábado. El domingo, me chantaba".

Los 4 "momentos"

Hay cuatro momentos que Cristian tiene grabados en su cabeza. Cuando le cayó encima un tarro gigante que trató de levantar y la nariz le quedó colgando, por lo que tuvieron que operarlo y pasó como tres semanas en la Mutual de Seguridad. También, cuando una noche se quedó dormido curado en la calle y llovió torrencialmente. Despertó en la mañana, se fue para la casa, pero unos días después, sentía como que tenía un tremendo bulto que le presionaba el pecho. "Me llevaron al hospital, con las patas a la rastra. Después me dijeron que se me habían infectado los pulmones. Casi me muero. Estuve 43 días hospitalizado, pero salí… y bueno, como pasa con los alcohólicos, seguí tomando".

Eso hasta el episodio tres. "Una noche sentí que me hablaban. Yo pensé que me estaba volviendo loco, así que, desesperado, salí de mi casa a la calle y pregunté si era Dios, para que me dijera algo y lo único que escuché fue: deja de tomar, sale de eso. Entré y me dormí; en la mañana fui donde mi hermano y le conté, me escuchó y después me llevó a la iglesia que él iba y me comenzaron a ayudar, hasta que salí, yo creo que del infierno, porque después de unos meses, mi vida comenzó a cambiar mucho. Esto hace más de 11 años, así que también pude sacar el cuarto medio laboral".

El momento 4, que sin duda lo marcó fuertemente, fue cuando la empresa "Palupe" lo nombró supervisor.

"Sentí que mi esfuerzo lo estaban reconociendo. Además, esta empresa ha traído a "Senda" y estamos trabajando en la prevención de adicciones, así que puedo ayudar a algunos colegas y otras personas, lo que también me alegra", asegura este recolector, que reitera su llamado a la comunidad a no dejar desechos peligrosos en las calles.

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"Estamos un poco complicados con los colegas, porque entremedio de la basura que retiramos a diario, vienen muchos vidrios quebrados y también jeringas usadas, por lo que ha habido accidentes ".

Cristian Muñoz,, supervisor de recolectores