Si algo sorprende en el largo e inacabable conflicto que arrastramos los mapuche con el Estado chileno es la cantidad de políticos y empresarios cuyas familias, en tiempos no muy remotos, hicieron fortuna con las tierras mapuche, un conflicto de interés evidente, pero casi nunca transparentado por ellos. Decenas de ministros, diputados, senadores y uno que otro exmandatario integran la selecta lista. No es difícil dar con ellos; basta ver quiénes poseen unidades productivas en nuestra región, ya sea fundos agrícolas, ganaderos o forestales, o bien aquellos que han optado por el ocio en sus parcelas de agrado y casas de campo.
No es algo que sucede solo en Gulumapu. En Puelmapu, el territorio mapuche trasandino, las cosas no digamos que andan mejor. En las últimas semanas y producto del agravamiento del conflicto en Bariloche, la ex ministra de Seguridad Pública de Mauricio Macri, Patricia Bullrich, ha acaparado gran parte de los titulares de la prensa. Tanto por su intervención en el conflicto, siempre exigiendo mano dura contra los mapuche -dato: busca llegar a la Casa Rosada en la próxima presidencial- como por el perfil de su propia familia, vinculada desde el siglo XIX al robo de tierras indígenas.
Patricia Bullrich, en su juventud una guerrillera montonera, desciende de Adolfo Bullrich, un alemán atrapado como soldado a sueldo durante la Guerra de Brasil. En 1867 su patriarca fundó la casa de remates "Adolfo Bullrich y Cia", donde se encargaba tanto de bienes muebles como de propiedades rurales despojadas a las jefaturas mapuche. "Los mejores campos del norte, libres de indios. Aprovechen la ocasión que es pichincha", se lee en uno de sus anuncios de la época. "Por su empresa pasaban desde ganado a caballos pura sangre, propiedades a muebles, obras de arte y campos. Pero a partir de la Campaña al Desierto, el mayor negocio de la Casa Bullrich pasó a ser el remate de las tierras ganadas a los indios", cuenta Fernando Cibeira en su libro "Macristocracia" (2017).
La faena disparó la fortuna de Adolfo Bullrich, también su influencia social. Llegó a presidir el Banco Hipotecario y ejercer como juez de paz en Buenos Aires. Su posición privilegiada lo llevó a trabar una excelente relación con el entonces presidente Julio Argentino Roca, quien en 1898 lo nombró intendente de la ciudad de Buenos Aires. Hasta hoy una calle de la ciudad le rinde homenaje: Intendente Bullrich en el turístico barrio de Palermo.
En 2015, dos descendientes del clan compartieron funciones en el Gabinete de Macri: Patricia en Seguridad Pública y Esteban Bullrich como ministro de Educación y Deportes. Ambos tuvieron polémicas relaciones con el pueblo mapuche. Patricia Bullrich, en 2017, defendió a rajatabla el actuar de Prefectura Naval que culminó con el asesinato del joven mapuche Rafael Nahuel en una ocupación de tierras en la provincia de Río Negro. Esteban, su pariente, no lo hizo mejor. En 2016, durante la inauguración de un hospital-escuela de la Universidad de Río Negro, muy suelto de cuerpo afirmó: "Esta es la nueva Campaña del Desierto, pero no con la espada sino con la educación". Sus dichos fueron ampliamente repudiados.
¿Se podrá solucionar alguna vez el conflicto, tanto en Chile como Argentina, si la clase política actual es heredera directa del despojo de las tierras mapuche?
¿Cuántos políticos de nuestra Región de La Araucanía, senadores, diputados o alcaldes, pasarían esta prueba de la blancura? Me temo que la lista no es muy larga.
"¿Se podrá solucionar alguna vez el conflicto, tanto en Chile como Argentina, si la clase política actual es heredera directa del despojo de las tierras mapuche? ¿Cuántos políticos de nuestra región de la Araucanía, senadores, diputados o alcaldes, pasarían esta prueba de la blancura?".