Vacunación y movilidad
Todo indica que están equivocados quienes estiman que la pandemia ya pasó y optan por no respetar las medidas de prevención. Tal vez se adelantó demasiado la liberación de la mascarilla, lo que contribuyó a creer que la pandemia se había retirado.
El programa de vacunación ha permitido que se regrese paulatinamente a una situación de mayor normalidad. Asimismo, el 11 de octubre se inició la inmunización con la vacuna bivalente, que contiene la cepa original y Ómicron, partiendo con el personal de los servicios de salud y pacientes inmunocomprometidos y los mayores de 80 años, disminuyendo así el riesgo de enfermedad grave y muerte en la población de más riesgo.
Entre los inmunodeprimidos se considera a los pacientes de diálisis, con trasplante de corazón, pulmones, riñón, hígado y páncreas; quienes hayan recibido trasplante de médula ósea; pacientes en tratamiento por cáncer y con enfermedades autoinmunes que reciben tratamientos biológicos.
Como parte de este proceso de mayor normalización, desde el 1 de octubre en curso entró en vigencia la liberación del uso de la mascarilla en los espacios abiertos. No obstante, en locales cerrados y especialmente en los centros de salud, es indispensable. Coincidencia o no, ha sido evidente que a partir de esa liberación parcial de las restricciones, y la mayor movilidad, comenzaron a subir las cifras de contagios. En consecuencia, todo indica que están equivocados quienes estiman que la pandemia ya pasó y optan por no respetar las medidas de prevención. Es cierto que dejar de usar la mascarilla en espacios abiertos permite a las personas caminar y realizar actividades deportivas o recreativas en mejores condiciones. También ayuda a una mejor comunicación verbal y a observar los rostros de los interlocutores.
Desde septiembre, con la llegada del buen tiempo, ha aumentado la movilidad de las personas, y se incrementaron los viajes, en los cuales muchas veces no se acata la distancia física, todo lo cual implica que haya más transmisión y diseminación de la enfermedad.
Tal vez se adelantó demasiado la liberación de la mascarilla, lo que contribuyó a creer que la pandemia se había retirado. La pandemia nos está mostrando toda su complejidad, pese a que han pasado dos años y medio, por lo que se requiere necesariamente que la ciudadanía acate las medidas preventivas que en forma reiterada se dan a conocer.