Esta semana llegó a mis manos la nueva edición del libro "Trizano. Precursor del Cuerpo de Carabineros de Chile" de Jorge Lara Carmona. El libro es una oda a la "heroica vida de quien fuera uno de los protectores de La Araucanía" señala su contratapa. Nada más alejado de la realidad histórica. Trizano, en verdad, fue un cruel mercenario italiano, veterano de la Guerra del Pacífico, quien tras regresar de Lima fue destinado como oficial al regimiento de Angol. Allí su principal misión fue combatir a bandoleros y también a los mapuche que aún se negaban a ser pacificados por la espalda.
Fue tras la revolución de 1891 y siendo capitán que se abocó a la organización de la primera policía rural: el Cuerpo de Gendarmes de las Colonias, los "Trizanos". Lo formó con cincuenta de sus más leales hombres, llegando a un total de trescientos. Ni los buenos modales ni la prestancia los caracterizaba. Así lo cuenta el ingeniero belga Gustave Verniory, testigo de aquellos años. "La policía de ese tiempo era una docena de seres andrajosos, sin uniforme, solamente reconocibles por su aire insolente. Cuando uno se retrasaba en la noche al volver a su casa, debía preparar el revólver y cambiar de acera si divisaba a uno de ellos", relata.
Dicha fuerza la componían veteranos de guerra, cuál de todos más temerario que su jefe. Pronto se convirtió en una especie de ejército irregular con mucho poder y atribuciones. De estrechos vínculos con los agricultores de Angol, Victoria y Temuco, operaba como guardia privada al servicio de hacendados y colonos. Su método preferido: el ajusticiamiento de bandoleros y mapuche a campo traviesa. "Sus fusilamientos legales -cuenta el historiador Gonzalo Peralta- se sucedieron a un ritmo de cincuenta personas al año, pero las ejecuciones sin proceso fueron mucho más numerosas".
"Frente a sus bravos gendarmes, escalando las montañas, en la persecución de los bandidos, Trizano fue como el coronel Cody en las praderas norteamericanas, un verdadero Buffalo Bill en las montañas araucanas", relata el libro de Jorge Lara. Muy distinta era la opinión de un contemporáneo suyo en el Húsares de Angol, el mayor de Ejército y abogado José Miguel Varela. "Era altanero y hasta agresivo. Cuando no andaba de cacería de bandidos practicaba tiro y esgrima en los potreros del cuartel. Desde mi punto de vista era un despiadado peor que los mismos bandidos que se dedicaba a perseguir con tanta satisfacción", escribe Varela.
"Este policía ocupó los métodos más violentos, poniendo otro elemento a la ya generalizada violencia rural; junto con proteger las colonias fue decisivo en la dominación de los indígenas quedando en la memoria rural del sur; no es casualidad que los grupos "paramilitares" a lo largo del siglo veinte y en la actualidad, formados por terratenientes, se autodenominan los trizanos", escribe al respecto el historiador José Bengoa.
Durante quince años Trizano cometió todo tipo de abusos hasta que el gobierno, presionado por su criminal reputación, decidió removerlo de su cargo y los Gendarmes de las Colonias disueltos como fuerza policial.
En 1927 y en su reemplazo fue fundado el actual Cuerpo de Carabineros de Chile. Trizano murió de muerte natural a los 76 años en su casa de Temuco. Hasta hoy un monolito lo recuerda en la Avenida Balmaceda de Angol, lo mismo una calle de Temuco en el sector de Avenida Alemania. Y por si no bastara, una escuela pública, la F-211 de Victoria, también le rinde honores. Vergüenza debería darnos como región.
Muy distinta era la opinión de un contemporáneo suyo en el Húsares de Angol, el mayor de Ejército y abogado José Miguel Varela. "Era altanero y hasta agresivo... Desde mi punto de vista era un despiadado peor que los mismos bandidos que se dedicaba a perseguir".