Correo
Guayakill
Ecuador encara una violencia inusitada. Con 1.200 homicidios en lo que va del año - un 60% más que el mismo periodo en 2021 - si la tendencia continúa hasta fin de año, Ecuador alcanzará una tasa de 22.2 homicidios por cada 100.000 habitantes, la más alta en su historia.
Las balaceras entre bandas, ataques con carrobombas, sicariatos, asesinato de policías, protestas de reos y secuestros han obligado a la autoridad a decretar estados de excepción en las provincias del Guayas y Esmeraldas para fortalecer el orden público y limitar los escenarios de violencia.
Aunque los índices ecuatorianos no son aún comparables con los chilenos, elementos comunes como la mayor presencia del narcotráfico, el aumento de la violencia, la inseguridad, y el mayor temor en la ciudadanía son aspectos que urgen una mayor atención y acción por parte de un gobierno que, a diferencia del ecuatoriano, duda, demora e ignora las herramientas que tiene a su disposición para mantener el orden público y respetar el Estado de Derecho.
Pablo Venezian
El tema es gastar mejor: no más impuestos
Antes de subir impuestos, la clase política y la élite santiaguina, nos deben demostrar que están haciendo buen uso de los recursos fiscales. Sabemos que se ha evaluado muchos programas que tienen una mala evaluación y se sigue con esos programas, además que hay otros que se pueden postergar.
El presupuesto del gobierno es de m/m Mill USD 80.000 y empresas estatales con ingresos Mill USD 40.000, o sea manejan recursos anuales de Mill USD 120.000 /año.
Las empresas e instituciones que han entrado en sistemas de gestión de calidad, ven que el costo de mala calidad fluctúa entre el 8% al 20% de los ingresos.
Supongamos que en el caso del Estado chileno exista un 10% de costo de no calidad o malos gastos e inversiones, eso significa que existen Mill USD 12.000 al año para reasignar.
Jorge Porter Taschkewitz
No hay señal
¡No hay señal! Frase o pensamiento habitual en todos quienes entran o pretenden hacerlo al ciberespacio, pero ¡Qué primitivo!. Aunque tan útil y fantástico cuando hay señal, pero si no la hay o suficientemente como ocurre a menudo; un desastre, pues no alumbra más que una vela.
José Manuel Caerols Silva
Inclusión
Las personas en situación de discapacidad son sujetos de derecho, sin embargo, aún estamos lejos de generar verdaderas oportunidades para la inclusión. Creemos que una persona en situación de discapacidad, debido a su diversidad, no puede participar social o laboralmente de la misma manera que otros. Las miramos más como sujetos de caridad, que como sujetos de derechos.
Si soñamos con un país inclusivo, donde todas y todos tengan un lugar, esto debe cambiar. Si proveemos los medios, las personas en situación de discapacidad pueden participar en igualdad de condiciones, pues la "discapacidad" surge de la interacción entre una persona y un contexto, donde ambos deben modificarse para generar una verdadera inclusión.
Promover una participación plena y activa en la sociedad, requiere de un cambio profundo de las barreras contextuales, actitudinales y ambientales con las que interactúan las personas en situación de discapacidad.
El desafío es abrirnos a convivir con la diferencia, a entender que cada persona, desde su particular identidad y diversidad, es un aporte a la construcción de una sociedad más justa, más igualitaria, más inclusiva. Si una persona en situación de discapacidad sueña en grande y no se pone límites, ¿por qué se los ponemos nosotros?
María Elena Riveros, directora Terapia Ocupacional U. de los Andes
Consumo de alcohol
El Senda realizó una radiografía a los hábitos de consumo de bebidas con alcohol de los alumnos de educación superior de todo el país.
Solo 1 de cada 10 estudiantes de educación superior considera riesgoso consumir tres o más tragos por ocasión a lo que se suma que el 60%, reconoció haber consumido alcohol alguna vez en el último mes.
Estos índices nos obligan a tomar medidas concretas para educar a los jóvenes sobre el real riesgo del consumo de alcohol antes de ser mayores de edad.
A esto se suma un dato relevante arrojado por un estudio que realizamos en Aprocor, donde el 92% de los chilenos percibe que es muy fácil para los menores de edad acceder a bebidas con alcohol.
Seguiremos impulsando campañas como #MenoresNiUnaGota, donde por más de 5 años hemos impulsado un mensaje muy concreto. Los menores de edad no deben consumir ni una gota de alcohol, pero necesitamos que todos los estamentos estemos coordinados para cuidar a nuestros niños y jóvenes, educando, fiscalizando y conversando sobre este tema.
Juan Pablo Solís de Ovando