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El "boom" de las minibodegas no para en Temuco: Easton Outlet Mall entra al negocio con espacio de 2.000 m2

REALIDAD LOCAL. El aumento de ventas de departamentos de menos de 50 m2 y el crecimiento del emprendimiento y el e-commerce son dos elementos que impulsan a esta industria.
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El negocio de las minibodegas crece con fuerza en Chile y el sur del país. Una realidad que viene de la mano de algunos factores económicos y sociales, como el boom de los emprendimientos y el e-commerce, y el incremento de la venta de departamentos en Temuco, lo que trae consigo menos espacio disponible para guardar cosas.

En la capital regional, en los últimos años han surgido distintas opciones para que las personas y empresas locales puedan acceder a espacios extra de almacenamiento, los que generalmente se ubican en sectores periféricos e industriales, muchas veces alejados de las zonas residenciales.

Esta realidad es la que consideró Easton Outlet Mall para levantar un nuevo proyecto inmobiliario que hace unos días vio la luz. Se trata de un espacio de minibodegas, emplazado en el mismo recinto del centro comercial -en Avenida Rudecindo Ortega 01738- en la salida norte.

"El crecimiento de Easton sigue y ahora se suma este nuevo proyecto con 2.000 metros cuadrados para el arriendo de bodegas de diferentes tamaños y que cuenta además con estacionamientos exclusivos, acceso controlado, circuito cerrado de televisión y amplios accesos para el ingreso de camiones", explicó Andrés Saldías, center manager de Easton Outlet Mall Temuco.

En concreto, se trata de 61 minibodegas pequeñas, medianas y grandes, que van desde los 3 metros cuadrados hasta los 53 metros cuadrados, varias de ellas con doble altura para lograr un mayor espacio de almacenamiento.

Las instalaciones, además, están pensadas como un espacio para generar negocios. "Contamos con un work center de vanguardia, con wifi y donde se pueden realizar reuniones y disfrutar de un café junto a sus clientes. Además, todo esto con precios de outlet, los más bajos del mercado, desde los 39 mil 800 pesos al mes", señaló Saldías durante la apertura.

Industria

Según el análisis de especialistas inmobiliarios, la demanda por este tipo de espacios de almacenamiento se basa en una serie de cambios demográficos y urbanos que se han dado con fuerza esta última década en el país.

Uno de ellos se relaciona con la superficie de las viviendas que ha ido en descenso. Hoy la mayor oferta de vivienda en Temuco está compuesta por departamentos bajo los 50 m2 y se estima que 3 de cada 4 viviendas que se construyen en la ciudad son en altura, donde el espacio de almacenamiento escasea.

Por otra parte, el aumento de negocios emergentes y emprendimientos que no han invertido aún en infraestructura para almacenar sus productos y necesitan soluciones flexibles de almacenamiento va al alza, lo que se convierte en otra de las explicaciones para el aumento de demanda de este tipo de servicio.

"Esto viene a ser una solución para la zona norte de Temuco, dirigido a personas naturales y a micro, pequeñas y medianas empresas", señala Saldías.

61 minibodegas

Menos recursos, más excluidos

Es paradojal que los más vulnerables y excluidos del sistema escolar sean los que menos recursos reciben del Estado cuando quieren volver a estudiar.
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La semana pasada, el ministro Marco Antonio Ávila sorprendió a todos al entregar una cifra que nos había sido esquiva: hoy en Chile 227 mil niños, niñas y jóvenes están fuera del sistema escolar.

Antes de la pandemia, el número superaba los 186 excluidos; en 2021, supimos que la pandemia había impedido a otros 40 mil volver a clases. Y ahora sabemos que en 2022, 50 mil no regresaron.

Hay un quinto más de adolescentes pateando piedras en las esquinas de las poblaciones más vulnerables, cuidando a sus hermanos o abuelos, trabajando de manera informal y precaria, o atrapados por las nefastas redes del narco o de la delincuencia común que en 2019.

Fundación Súmate trabaja por disminuir ese número, pero no es fácil. Está la dificultad de reencantar a estudiantes en su mayoría en situación de pobreza que han sido apartados por un sistema educativo rígido que no tolera las diferencias y los problemas de todo tipo que esta población enfrenta.

El Estado cuenta con dos dispositivos que se hacen cargo de estos niños y niñas: la EPJA (Educación para jóvenes y adultos), dirigida a jóvenes y adultos que desean iniciar o completar estudios. Su diseño técnico se orienta a los mayores de 18 años y excepcionalmente de los de 15 en adelante. Es decir, su foco son adultos y está mucho más dedicada a la inserción laboral que a la continuación de estudios, pese a que el 60 por ciento de quienes la usan tienen entre 12 y 21 años. Y los fondos de reinserción y las aulas de reingreso, que a diferencia de la EPJA, focalizan la atención en la población de entre 10 y 21 años. Acá el financiamiento se otorga a instituciones de la sociedad civil y/o establecimientos educativos que hacen un trabajo integral de reparación y recuperación de las trayectorias educativas de los excluidos.

Nosotros somos parte de esta segunda modalidad y, año a año, padecemos el calvario de conseguir financiamiento, ya que éste se ve sometido a las necesidades y criterios políticos del momento, sin pensar que un trabajo reparatorio tan delicado e importante requiere estabilidad económica para funcionar.

Aunque parece evidente que el costo por estudiante de reingreso debiera ser más alto que el promedio de la educación regular, el Estado aporta solo 75 mil pesos por alumno. Para saldar la diferencia, los últimos años hemos contado con un aporte promedio adicional de 64 mil pesos mensuales por alumno atendido de Fundación Huneeus. Ambas cifras están por debajo de los 100 mil pesos mensuales de copago promedio que una familia aporta a la educación de sus hijos en la educación particular subvencionada. Y están muy por debajo de lo que el Estudio de Modelo de Reingreso 2019 plantea: el gasto 500 mil pesos mensuales por niño, niña o joven que busca recuperar sus estudios truncos y está rezagado y desescolarizado.

Es paradojal que los más vulnerables y excluidos del sistema escolar sean los que menos recursos reciben del Estado cuando quieren volver a estudiar. Para hacerles justicia y avanzar con urgencia y eficiencia en políticas de revinculación y reingreso, se requiere terminar con presupuestos mezquinos e inestables y con una política de reingreso ad hoc y permanente.

Liliana Cortés,

directora de Fundación Súmate

Minagri impulsará planes de acción para resguardar materias primas de artesanos nacionales

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El ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela, acogió una solicitud del mundo artesanal nacional, que desde hace varias décadas está viendo amenazada la obtención de las materias primas para la realización de sus oficios tradicionales -siendo las fibras vegetales y las arcillas las más vulnerables­-, y se comprometió a trabajar, a través de Indap, los servicios del agro pertinentes y los actores del sector, en planes de acción concretos para enfrentar esta problemática.

El secretario de Estado participó junto al director nacional de Indap, Santiago Rojas, y el director ejecutivo de Conaf, Christian Little, en la inauguración del "Primer Seminario Nacional de Materias Primas para la Artesanía, Materialidades en Riesgo", que reúne hasta este viernes en el Centro Montecarmelo a cultores, gestores, investigadores, docentes, y público interesado.

El ministro relató varios casos que ha conocido respecto de la escasez de paja de trigo, pita, coirón y crin para cestería en diversos territorios, y dirigiéndose a la audiencia señaló que "las conclusiones que tomen ustedes deben movernos, y ahí entran la conservación, pensar en zonas patrimoniales de materias, las alianzas".

Añadió que Indap seguirá impulsando en todo el país mercados de campesinos y artesanos, ya que "hay regiones donde existe mucha desigualdad y no tienen lugares de comercialización".