Negocio turbio
Desperté esta mañana y decidí que quería asumir la presidencia de General Motors. Reconozco que no tengo experiencia alguna en el rubro automotriz, ni estudios de nivel superior que me permitan mostrar a los accionistas que los puedo llevar a un mejor destino, pero he estimado que esto es lo menos importante con relación a mi decisión; pues entonces, seguiré adelante.
Así parece estar sucediendo con los políticos, los que de un día para otro con escasas capacidades académicas y experiencia laboral se embarcan en dicha senda, donde el populismo es la clave. Las promesas preelectorales que compra un sector importante del electorado, una vez conseguido el objetivo personal se desvanecen. Corolario: sin una visión ciudadana clara, objetiva y desapasionada de lo que queremos para el bien común, es difícil detener este "monkey business". ¿Parece familiar?
Gustavo M. Astorquiza, P. Eng.
Era del ecoemprendimiento femenino
Hoy ser mujer emprendedora es un rol que se reconoce en el mundo. Así lo demuestra el hecho de que exista un día especial para conmemorarlo cada 19 de noviembre. Esta fecha nos recuerda que aún las brechas de género y desigualdades son muchas y nos invita a la toma de conciencia de que cuando apoyamos a una mujer emprendedora, aportamos al desarrollo y crecimiento de nuestro país y sus familias.
Las temáticas en que las mujeres se han propuesto emprender son múltiples, pero desde "Mujer Sustentable", nuestra plataforma y comunidad con presencia en más de 10 países y que ha movilizado, solo este año, a más de 1 millón de personas en Chile y a nivel Latam, destacamos y visibilizamos el esfuerzo "extra" que implica hacer que un emprendimiento sea un negocio rentable y en paralelo un aporte al cuidado del planeta y del medio ambiente, transformándose en EcoEmprendimientos con foco en lo social, económico y medioambiental.
El EcoEmprendimiento es virtuoso y un real beneficio para la sociedad, porque genera impactos positivos en la calidad de vida de las personas y sus entornos. Entre otros factores, aporta a la solución de los efectos secundarios dañinos en la producción o uso de bienes y servicios. Y ese valor es el que muchas mujeres han logrado entender y aplicar en sus negocios, creando joyas con plásticos reutilizados, juguetes con desechos de muebles, reusando telas y retazos para hacer nuevas prendas, generando tribus de intercambio de ropa, moviendo entre sí, la economía circular que tanta falta nos hace como modelo económico a seguir en el mundo.
A lo anterior, no puedo dejar de sumar la temática que nos reúne el próximo 25 de noviembre en el marco del "Día Internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer", la cual también conecta con la urgencia y relevancia que tiene el empoderamiento económico y desarrollo de la mujer emprendedora. Entregar herramientas de capacitación y oportunidades puede ser el puntapié de inicio para que una mujer tome la decisión de liberarse de la violencia doméstica y recuperar las riendas de su vida lejos de su agresor. Esta temática fue la conversación central que nos reunió hace pocos días en Argentina a una comitiva de más de 50 mujeres chilenas, muchas de ellas emprendedoras, en el marco del "Women Economic Forum Buenos Aires".
Cata Droguett conferencista y escritora autora del libro "Ecología Personal"
Dos modelos de sociedad
En Chile hay dos modelos de sociedad en pugna: uno colectivista, igualitarista y estatista; y otro que establece una sociedad libre en la que el Estado está al servicio de la persona humana. El primero está representado por el texto de nueva Constitución propuesto por la Convención Constitucional, que fue rechazado por el 62% de los ciudadanos en el plebiscito ratificatorio del 4 de septiembre. El segundo corresponde al modelo establecido en la Constitución Política de 1980.
En dicho plebiscito los ciudadanos decidieron que esa Constitución continuaría vigente y con él se puso término al proceso constituyente establecido en sus artículos 130 a 143.
No obstante la claridad y precisión de tales artículos, dirigentes de diversas colectividades políticas están discutiendo acerca de la realización de un nuevo proceso constituyente -un proceso incierto y absolutamente innecesario- y sobre cuál sería el órgano que redactaría el texto de nueva Constitución.
Si se perseverare en la idea de realizar un nuevo proceso constituyente, y dado que los referidos modelos de sociedad son inconciliables, dicho órgano debería estar formado por personas que adhieran a la posición mayoritaria, es decir a la de una sociedad libre. De otro modo sería prácticamente imposible lograr un acuerdo razonable y armonioso, y tal órgano solo podría producir un engendro. A lo sumo, podría ser aceptable que ese órgano fuese representativo de la voluntad popular expresada en el referéndum del 4 de septiembre: compuesto por un 62% de personas que adhirieron al rechazo y un 38% de quienes optaron por el apruebo.
Adolfo Paúl Latorre