Navidad y consumo
A raíz de unos exámenes que por estos días le fueron solicitados por el médico a un familiar, le acompañé en el peregrinar por las clínicas, tratando de conseguir una hora para efectuarlos.
Estábamos preparados para hacerlos en un tiempo no menor de quince días, lo que en tiempos de espera para estos casos sería un tiempo discreto. Generalmente las esperas superan los 30 días especialmente para algunos de ellos. Llegamos a la clínica X y oh sorpresa estaba vacía, no había nadie.
Al hacer las consultas sobre las posibilidades de hacer unos exámenes se nos indicó que podían hacerse de inmediato, aunque uno de ellos debería esperar puesto que uno de los equipos estaba en mantenimiento. Ante esta situación fuimos a otra clínica, también vacía. Curioso por decir lo menos.
Luego de las consultas de rigor, se nos indicó que tenían disponibilidad inmediata, la respuesta afirmativa no se hizo esperar y muy amablemente se nos invitó a pasar para efectuar los exámenes. Algo estaba sucediendo, esto no puede ser, es un sueño. Ahora viene la gran reflexión, para concluir con absoluta seguridad. Navidad, tiene propiedades terapéuticas, sin lugar a dudas. No importa que el común de la gente no entienda realmente su significado.
La consulta es ¿dónde están, qué hacen? Y la respuesta nos llega de inmediato, se encuentran en las casas comerciales, deshaciéndose del dinero de cualquier forma, con un entusiasmo increíble para pasar el resto del mes, o el resto del año, lamentándose.
René M. Cifuentes Bobadilla
Chile y Palestina
En el Club Palestino, durante la ceremonia de encendido del árbol de Navidad y la Estrella de Belén, el Presidente Gabriel Boric ha anunciado la elevación del nivel de la representación diplomática de Chile ante Palestina, convirtiéndola en una embajada. Es el mayor avance de la política exterior de nuestro país, en relación al conflicto árabe-israelí, desde el reconocimiento de dicha nación como Estado, efectuado durante el primer gobierno del expresidente Sebastián Piñera.
Esta comunicación se produce en un momento particularmente sensible. Como cada año, la ocupación israelí obstaculiza decididamente que los cristianos palestinos (y árabes en general) peregrinen hacia la Basílica de la Natividad, en Belén, lugar de nacimiento de Jesús. No es nueva la hostilidad que el régimen colonial sionista manifiesta contra la cristiandad en la Tierra Santa, en su afán por judaizar totalmente la Palestina milenaria.
A lo anterior, debe añadirse la alarmante conformación del nuevo gobierno israelí, marcado fuertemente por una coalición de ultraderecha que obedece a una ideología abiertamente teocrática, racista, etnocentrista y supremacista judía.
Por otro lado, recién culminó la Copa Mundial de la Fifa en Catar. Por vez primera esta competencia se desarrolló en una nación árabe, durante la cual los símbolos palestinos fueron exhibidos repetidamente por las aficiones de distintos países, dando cuenta de la solidaridad internacional hacia la resistencia por su libertad como pueblo en su tierra. En una trágica coincidencia (o no), el ejército de ocupación israelí ha asesinado a Ahmad Atef Daragmah, joven y promisorio futbolista palestino.
El Jefe de Estado ha enfatizado la importancia de respetar de modo irrestricto el derecho internacional. En ese sentido, el siguiente paso natural de la Cancillería debiera ser la especificación de los límites de soberanía territorial palestina: Cisjordania (incluida Jerusalén Oriental) y Gaza; de acuerdo a la denominada "solución de dos Estados", por desgracia cada vez menos factible como consecuencia de la progresividad de la ocupación.
Chile, desde hace más de un siglo, es el hogar de la mayor comunidad palestina fuera de Oriente Próximo. Resulta alentador comprobar que nuestro compromiso con su supervivencia y liberación nacional continúa imperturbable.
Juan Pablo Pinto Montero, abogado de la Universidad de Chile
Paridad de género
No comparto lo establecido en el Acuerdo por Chile sobre la paridad de género: "El Consejo Constitucional se integrará bajo el principio de paridad de entrada y de salida".
A mi juicio y considerando que la inteligencia y las capacidades de las personas son independientes del sexo, la paridad de entrada en la definición de candidaturas es absurda y lo es, más aún, la paridad de salida; pues con ello se vulneran la garantía constitucional de igualdad ante la ley (arts. 15 y 19 2º CPR) y la voluntad ciudadana al "meter la mano en la urna" y torcer los resultados, con lo que algunos candidatos resultan elegidos gracias a su género y no a su mérito o talento.
Se ha llegado al extremo de pretender imponer esta paridad forzada no solo en los órganos de representación popular, sino que en la composición del Poder Judicial y en otros ámbitos de la actividad social, incluso en directorios de sociedades anónimas y en la adjudicación de becas de doctorado.
Adolfo Paúl Latorre