Correo
Niños, jóvenes y pantallas
Durante las vacaciones tuve la posibilidad de detenerme a observar a muchas familias con niños y adolescentes. Vi como las pantallas se han apoderado de la vida cotidiana: niños en las pantallas mientras sus padres conversan o están en sus propias pantallas, guaguas con pantallas para que coman más rápido, niños riéndose solos frente a una pantalla mientras su familia pasea. ¿Qué está pasando con nosotros, los adultos responsables? ¿En qué minuto nos perdimos? ¿Comprendemos realmente las implicancias de esto para la actual y futura sociedad?
Me permito compartir parte de lo que las investigaciones han dicho. Lo primero es tener conciencia que el desarrollo de la conectividad cerebral es clave para poder procesar y hacer asociaciones para así poder comprender y esto nos abre al mundo. Y en ese sentido, sabemos que la lectura, la socialización, los diálogos y el ocio fortalecen esa conectividad cerebral, la que nos lleva a un mejor desarrollo de las funciones ejecutivas. Siendo estas últimas, habilidades complejas que permiten autorregularnos, gestionar nuestras emociones, aprender y propender a una salud mental adecuada.
Segundo, es que las pantallas se han diseñado para generar adicción y lo logran. Nos acostumbran a la inmediatez, a la gratificación instantánea y por lo tanto no desarrollamos la capacidad de posponer la recompensa, de esperar. En definitiva, entorpecen la voluntad, disminuyendo así la conectividad cerebral y por ende la capacidad de regularnos.
Necesitamos que nuestros niños, niñas y jóvenes sean futuros adultos con criterio, con capacidad de regularse y discernir, con tolerancia a la frustración y perseverar. ¿Lo van a lograr si se continua con esta realidad?
¿Y frente a eso, los adultos en qué estamos?
Andrea Pardo Lagos directora Pedagogía Básica U. de los Andes
Desafío para la transición energética
Las empresas tienen el imperativo de ser sustentables -especialmente aquellas que representan grandes industrias- y la primera forma de demostrarlo es cumpliendo con la normativa establecida. En ese sentido, en el último trimestre del año pasado, debían reportar sus consumos, usos e intensidades energéticas en el marco de la Ley 21.305, que tiene por objeto elaborar el Primer Plan Nacional de Eficiencia Energética, ya que cerca del 78% de los Gases de Efecto Invernadero (GEI) que se producen anualmente en Chile provienen del consumo energético de los distintos sectores económicos de nuestro país. Sin embargo, los resultados no fueron los esperados.
Según información del Ministerio de Energía, cerca de 1.266 empresas cumplen copulativamente con los criterios para reportar como indica el DS 163 que se publicó el 18 de agosto de 2021, las que se encuentran concentradas principalmente en los sectores comercial, industria y minería, transporte y energía. De estas empresas se estima que cerca de dos tercios - que por lo demás tienen la obligación de hacerlo- no reportaron sus consumos energéticos en el primer proceso con información del año 2021.
De no realizar la reportabilidad, la Superintendencia de Electricidad y Combustibles tiene la atribución de aplicar sanciones económicas por incumplimientos a la normativa. Sin embargo, esto es un compromiso de todos, y desde Roda Energía by Abastible, hacemos un llamado a cumplir con este proceso que viene a colaborar directamente a la transición energética que vive Chile y, por supuesto, para hacerle frente a la crisis climática que estamos viviendo.
Las empresas que cuentan con varias sucursales, plantas o establecimientos, ya sea en una sola región o disgregadas en varias requieren de una revisión y análisis de las fuentes de datos de consumos energéticos. Si la compañía no cuenta con sistemas de medición, es necesario hacer un levantamiento de información en terreno de cada instalación, una consolidación, validación de la información de adquisición, transformación de energéticos, con la descripción del uso final de cada uno y la preparación de un informe técnico de la matriz energética interna, en el formato del BNE que le permita reportarse en la plataforma SIBNE del Ministerio de Energía.
Aún hay tiempo. Confiamos en que las empresas están comprometidas para lograr un país más sustentable y que esta baja reportabilidad puede deberse -incluso- al desconocimiento, al ser un proceso nuevo. En ese sentido, es importante recordar que existe actualmente un segundo proceso en curso, que corresponde a la entrega de información del año 2022, que finaliza el 8 de mayo de 2023, por lo que aún hay tiempo de dar vuelta estos primeros resultados y demostrar que somos un país comprometido con nuestro medio ambiente y las personas.
Este proceso es el primer paso para avanzar decididamente y de manera constante en eficiencia energética, implementando medidas que impacten positivamente en la reducción del consumo en las empresas, generando tanto beneficios internos de ahorro económico, como también externos en materia de gestión de la demanda energética y la carbono neutralidad del país.
Mauricio Utreras, gerente de Nuevos Negocios en Roda Energía