Macron se salta al Parlamento y aprueba a la fuerza impopular reforma de pensiones
FRANCIA. Apeló a un polémico artículo constitucional al percatarse de que no tenía los apoyos suficientes en la Asamblea Nacional y desató una tormenta política. Le Pen dice que "lo importante es que el gobierno caiga". Miles de franceses volvieron a las calles.
El presidente Emmanuel Macron y su Gobierno afrontan una auténtica tormenta política tras la aprobación, por decreto y sin voto en la Asamblea Nacional francesa (Cámara de Diputados), de su impopular reforma de las pensiones ante la falta de una mayoría clara entre los diputados.
La decisión, tomada tras la tercera reunión del día en el Elíseo, entre Macron, su primera ministra, Élisabeth Borne, y varios miembros del Ejecutivo, abrió el paso al anuncio de mociones de censura por parte de la izquierda y de la ultraderecha; así como a peticiones de dimisión de la jefa del Gobierno.
Borne tuvo que afrontar el trago amargo de anunciar ante el pleno de la Asamblea el recurso del Gobierno al artículo 49.3 de la Constitución, que permite aprobar una medida sin voto parlamentario, y que fue acordado tras un breve Consejo de Ministros extraordinario.
La censura
"Borne no puede seguir", afirmó claramente la líder ultraderechista Marine Le Pen, quien recalcó que "una mayoría de los franceses" se había manifestado en contra del proyecto.
También adelantó que su grupo votará a favor de cualquier moción de censura, aunque sea de la izquierda, tras la decisión del Ejecutivo de saltarse el voto parlamentario.
La izquierda también prepara una moción de censura, según señaló el líder comunista, Fabien Roussel, quien animó a que continúe la movilización en las calles e insistió en su iniciativa de pedir un referéndum, para lo que hace falta presentar cuatro millones de firmas.
El Senado había aprobado ayer en mañana la reforma por un margen confortable (193 votos a favor y 114 en contra), pero las dudas en un número apreciable de diputados del bloque macronista y del partido conservador LR no hacían posible lograr los votos a favor en la Asamblea.
La caótica jornada coincide con nuevos paros parciales en diversos sectores (trenes, energía o controladores aéreos), mientras que el retiro de basura de la mitad de París está ya en su décimo día de huelga.
Claves de la reforma
La reforma de Macron, que entrará en vigor en septiembre próximo, busca garantizar el equilibrio financiero en el horizonte de 2030, ante el potencial déficit en los próximos años por el envejecimiento de la población, que supone un mayor número de jubilados y menos cotizantes.
El Consejo de Orientación de las Pensiones (COR) calcula que ahora y hasta el horizonte de 2027-2028, el déficit de ese régimen será de entre 9.000 y 11.000 millones de euros anuales, y aumentará a 16.000 para 2032.
En términos relativos, eso significará un agujero de entre cinco y ocho décimas del PIB.
Para compensar ese déficit, la principal medida consiste en retrasar progresivamente hasta 2030 la edad mínima de jubilación de los 62 actuales a 64.
En paralelo, se acelerará el aumento de 42 a 43 años del periodo de cotización necesario para cobrar una pensión completa. Se aplicará en 2027 y no en 2035.