Ley del Cáncer, una espera cansadora
Los pacientes seguimos esperando la implementación de la Ley Nacional del Cáncer. Hoy un número significativo de quienes componen las largas listas de espera están afectados por esta angustiante patología. Según el Minsal, a mediados de 2021 había 8.098 personas con esta enfermedad esperando ser atendidas, cifra que subió a 14.680 en 2022, lo que se traduce en un aumento de 81%. Esto es alarmante.
Ya existe un informe de Contraloría General de la República que advirtió graves retrasos en la implementación de esta ley. La red oncológica nacional es uno de los pilares fundamentales que podría solucionar la puesta en marcha de esta normativa, además de sumar más especialistas oncólogos a nivel nacional y, con esto, solucionar los problemas de accesibilidad a la salud en sectores más alejados o que aún no han podido tratarse.
Sin embargo, aunque el Registro Nacional del Cáncer existe, no ha sido activado desde marzo de 2021 y aún no se determinan los establecimientos que componen la red oncológica que la propia ley establece.
Como sociedad civil estamos disponibles para trabajar con el ministerio y colaborar para ayudar a los pacientes quienes -no hay que olvidar- son los que más sufren. Tenemos fe en que las autoridades y reguladores puedan colaborar para que la institucionalidad funcione y así, dar respuesta a aquellos que si bien celebraron hace tres años esta nueva ley, hoy están cansados no sólo de lidiar con su patología, sino que luchar por su derecho a un tratamiento justo.
Víctor Flores, presidente Agrupación La Voz de los Pacientes Chile
La importancia de la rehabilitación luego de un ACV
En promedio, un tercio de los pacientes que sufren un ataque cerebro vascular (ACV) presenta secuelas físicas, comunicativas (trastornos del lenguaje y/o del habla), cognitivas, conductuales y de alimentación oral, que pueden manifestarse en distintos grados, impactando el desempeño funcional y social de la persona.
Para estos casos es fundamental la rehabilitación, la que, proporcionada en forma precoz y sostenida, mejora significativamente el pronóstico del paciente, ya que permite disminuir la dependencia, favorecer su autonomía, desempeño social y reinserción laboral, así como su calidad de vida.
En la rehabilitación de los pacientes participa un equipo multidisciplinario integrado por distintos profesionales de la salud, como médicos neurólogos, fisiatras, kinesiólogos, fonoaudiólogos, terapeutas ocupacionales, neuropsicólogos, entre otros.
Si bien todos los pacientes tienen un potencial de recuperación, los resultados son variables, ya que en este proceso influyen múltiples variables: personales, médicas y del entorno.
La rehabilitación fonoaudiológica en ACV se centra en dos áreas de intervención: una cognitivo-comunicativa, donde se trabaja con el paciente y familia con una serie de estrategias para ayudar a reactivar y compensar funciones mentales afectadas con especial énfasis en la comunicación, y una deglutoria y de alimentación oral, que busca prevenir complicaciones y trabajar por una alimentación oral segura, eficiente y confortable.
Es importante contar con atención de un fonoaudiólogo especializado, que trabaje no sólo con la persona afectada, sino que con su cuidador, familia y entorno inmediato.
Una persona que ha sufrido un ACV y se enfrenta al impacto que tiene esta patología en la vida cotidiana, debe acceder de manera oportuna al proceso de rehabilitación y no postergarlo. Es por ello que es fundamental asumir la importancia de esta etapa, conocer los centros de salud que cuentan con equipos de salud multidisciplinarios para dirigir la recuperación e informarse sobre la cobertura Ges que existe para la rehabilitación de pacientes con esta patología.
Michelle Casanova, fonoaudióloga y vicepresidenta de Aceve
Acuerdo por los pacientes
El 8% de los chilenos posee una enfermedad considerada como rara en el país, la mayoría sin diagnóstico ni tratamiento adecuado, según ha dicho el propio Ministerio de Salud. Ante ello, la autoridad anunció cómo abordará el problema: la creación de una Oficina para Condiciones Crónicas Complejas y el respaldo a una futura ley para identificar y vigilar estas patologías.
Consideramos positivo este avance para el tratamiento y alivio de estas enfermedades, pero es fundamental el aporte de la industria de Dispositivos Médicos, la que entrega nuevas tecnologías, innovación y soluciones que garantizan la seguridad del paciente y la oportunidad a recibir mejoría.
Nuevamente, hacemos ver que el ministerio no conoce o no entiende la importancia de los productos que están presentes en más del 90% del trabajo a diario de la salud pública y privada. Dejar fuera a los proveedores de dispositivos médicos representados por APIS AG., y no permitir una planificación oportuna ni opiniones de la industria, impide enfrentar de mejor manera este drama social.
Eduardo del Solar