Correo
Hospitalización domiciliaria
El Ministerio de Salud informó la semana recién pasada que en 2022 más de 179 mil personas recibieron los servicios de hospitalización domiciliaria, lo que le ha permitido a esta modalidad de atención triplicarse en los últimos tres años desde que partió la pandemia. Pese a las auspiciosas cifras que muestra la autoridad, es importante precisar que en las empresas del sector existe una profunda preocupación por la actual crisis de las isapres, como brazo asegurador de este sistema. Muchos lo desconocen, pero todos estos pacientes son financiados en su mayoría por sus isapres, y si éstas llegan a tener mayores problemas o llegan a desaparecer, al menos 800 pacientes crónicos, que representan aproximadamente el 30 por ciento de las camas críticas del país, tendrían que volver a una clínica o a un hospital.
Hoy el sistema no está preparado para recibir ese número de pacientes crónicos de larga estadía, que requieren camas críticas o intermedias, ya que equivaldría a un 30 por ciento más de personas demandando una capacidad de atención que hoy no está disponible.
Hoy más que nunca los pacientes de los home care necesitan tener certeza del financiamiento de sus prestaciones de hospitalización domiciliaria, ya que estas empresas no son corporaciones con grandes espaldas, y si de alguna manera se corta el financiamiento a sus prestaciones, en poco tiempo van a estar muy complicadas. Hay pacientes cuyas atenciones son costosas, por lo que sin financiamiento los principales perjudicados van a ser ellos. Esperamos que pronto se vaya normalizando este tema y que existan certezas sobre las reglas del juego, más aún cuando la actividad de estas empresas de hospitalización domiciliaria permitió liberar 64 mil días-cama el año pasado.
Diego Hurtado
Libertad económica
El informe The Heritage Foundation, crea un prestigioso ranking internacional en el que ordena los países del que tiene mayor libertad económica al que es menos libre. En este, Chile en 2016 se encontraba en el sexto puesto, sin embargo, en los últimos años nos hemos ubicado progresivamente más lejos de este, llegando hoy al lugar número 22, su peor posición histórica. Si bien Chile aún lidera el ranking de libertad económica en Latinoamérica, su prograsivo descenso nos muestra cómo, de a poco, hemos perdido una de nuestras principales virtudes, aquello que nos volvía una país atractivo en medio de Latinoamérica. Nuestro progreso no debe ser a costa de deshacernos de lo que nos ha dado prosperidad ni de nuestras libertades como sociedad.
Gabriel G. Mora
Tecnología, inteligencia artificial y educación
Seguramente Alan Turing, uno de los principales científicos en el desarrollo de la informática a mediados del siglo XX, no imaginó jamás el avance actual de diversas tecnologías en la sociedad. Su desarrollo se ha ido acrecentando y ejemplo de ello es lo que ocurre en escuelas y universidades que recurren a ella para brindar alternativas ante los desafíos de los procesos de enseñanza y aprendizaje.
Pero la disrupción tecnológica, en particular la de carácter educativa, va mucho más allá. Muestra de ello es la inteligencia artificial y el aprendizaje automático, herramientas que permiten personalizar la experiencia educativa y al mismo tiempo ayudan a analizar los datos de los estudiantes para determinar qué habilidades necesitan mejorar y así ofrecer recomendaciones de contenido que se adapten a sus necesidades específicas.
Otra instancia es el uso de la realidad virtual y aumentada, que pueden transformar cómo se enseñan ciertos temas. Hoy los estudiantes pueden explorar un cuerpo humano en 3D o viajar virtualmente a un lugar histórico para aprender sobre él.
Dejo para el final el uso del metaverso, capaz de fomentar la colaboración y el trabajo en equipo, ayudando a desarrollar habilidades sociales y emocionales, como la comunicación efectiva y la resolución de conflictos, que son fundamentales para el éxito en la vida y la carrera.
Las tecnologías tienen el potencial de transformar la educación, pero hay riesgos asociados a su uso y los responsables en ámbitos políticos y educacionales, deben trabajar para abordarlos y garantizar que su uso sea efectivo, seguro y significativo para todos los estudiantes.
Miguel Sanhueza Olave