Profesionales de la salud: la pandemia olvidada
Con la vuelta a la ansiada "realidad", hemos ido olvidando el uso de mascarillas, los días sentados frente al televisor para conocer los nuevos casos de covid-19 y las indicaciones que la autoridad sanitaria daría para cada comuna, el saber si permaneceríamos en cuarentena o si podíamos salir de nuestra casa, con "extremos cuidados y aislamiento social".
El 2022, fue el retorno a la presencialidad en el 100% de los sectores y este año ni hemos pensado en la pandemia, con suerte se escucha un ¿te fuiste a vacunar?
El mundo siguió y el enfoque ha sido puesto en la reactivación de la economía, la inflación que hoy vivimos como país y la inseguridad ciudadana, estos son los temas que se toman las mañanas de información.
Pero ¿qué pasó con aquellas personas que estuvieron trabajando en el área de la salud? ¿En qué están hoy trabajando? ¿Cómo se sienten actualmente?... Aquí me detengo…
La OMS nos plantea que dentro de las vivencias mencionadas por los y las funcionarias/os de salud, están: estigmatización, estrés, ansiedad y fatiga. Las largas horas trabajadas y las decisiones importantes que se debieron tomar durante este tiempo, fueron gatillantes de depresión, ansiedad, insomnio, estrés postraumático, fatiga mental y física, entre otras.
Aunque las autoridades sanitarias ofrecían servicios de atención en salud mental para las personas que eran parte del sistema de salud, estas estrategias no fueron suficientes, frente a un contexto tan adverso como el vivido. Tener que vivir el fallecimiento de tantas personas y acompañarlas en este tránsito, debido a la restricción de ingreso de la familia en los centros de salud, ha causado estragos en la salud mental de quienes hoy deben seguir trabajando, como si nada hubiera pasado. La actual crisis en los centros de salud, por las largas listas de espera, por falta de recursos, por la desesperación de los usuarios/as, no puede dejarnos indiferentes, entendiendo que esto agudiza más los problemas en salud mental provocados por la pandemia.
Debemos tener en cuenta que los altos índices de síndrome de Burnout presentado en los funcionarios de salud, trae como consecuencias personas más cansadas, mayor disociación de la realidad, menos posibilidad de empatía, trastornos de ansiedad, problemas de alimentación, entre muchos otros.
Evitar estos efectos frente a una catástrofe como fue la pandemia del covid-19 es muy difícil, para eso se deben fortalecer los sistemas de salud, logrando tener equipos comunicados y consolidados entre sí, mayor tiempo de descanso y desconexión del ambiente laboral, tener estrategias preventivas de trastornos de alimentación y diagnóstico precoz de sintomatología depresiva, acciones que contribuirán a la contención emocional y trabajar en un ambiente seguro, contribuye a la salud mental y el bienestar socioemocional de las personas.
Los estragos de la pandemia en salud mental seguirán apareciendo y es tarea de todos y todas realizar acciones amables y respetuosas que contribuyan a trabajar en pro del bienestar integral de quienes nos rodean.
Carolina Orellana Muñoz, MBA,
Colaboradora Fundación OPA-Ufro.