En un taller de plantas medicinales ofrecido por el Departamento Rural Municipal de Villarrica -liderado por Antonio Melgarejo-, participaron recientemente 11 personas del sector Liumalla, camino Villarrica-Licán Ray, quienes fueron certificados en el uso, cultivo y preparación de productos medicinales, utilizando plantas endémicas de la zona lacustre.

El curso fue dictado por Mariela Calfipán, de Chaura Sur, conocedora y experta en este tipo de plantas, quien manifestó que "este taller fue dirigido a la comunidad de Liumalla, donde en casa de la familia Manquepán hicimos un taller de varios días, en el cual vimos todo lo que son plantas medicinales, preparación de productos, abonos y orden de estas plantas".

La encargada de este curso detalló que en esta actividad "vimos alrededor de 40 tipos de hierbas con sus propiedades y beneficios, su forma de tomar y las propiedades de cada una".

Aprendizaje tradicional

A modo de ejemplo, se detallaron propiedades de salud del matico o el canelo. "Hicimos canelo con arrayán y romero, que era para los dolores y también cicatrizante", detalló Mariela Calfipán.

Uno de los participantes de este taller, José Manuel Manquepán, de Liumalla Sur, se mostró muy contento y conforme con lo aprendido.

"Fue muy provechoso, estuvimos participando 11 personas y yo también colaboré con prestar mi casa las tres primeras clases y las últimas fueron aquí en terreno. Lo que se hizo fue como un pequeña ceremonia donde se entregó un documento, acreditando el lindo curso que se hizo", indicó el vecino villarricense.

Agradecimientos

Quienes participaron en esta jornada agradecieron el aporte de la Municipalidad de Villarrica "y especialmente a la profesora, que tuvo este gran empeño en enseñarnos que cada planta tiene su medicina y su arte. Es importante, porque uno es nacido y criado en el campo, pero, desgraciadamente uno se va olvidando para qué sirven las plantas", señaló José Manuel Manquepán.

La finalización del taller fue con una demostración de lo aprendido, en el mismo sector de las clases.

Generar una vivencia interactiva que invite al espectador a experimentar la paz y la tranquilidad que se encuentra en momentos de reflexión contemplativa donde el silencio es protagonista, es parte del objetivo de la exposición de arte visual "¿Te acuerdas cómo sonaba el silencio?" de Valentina Garretón y Soledad Omeñaca, la cual se inaugurará hoy en la Universidad Autónoma de Chile.

Las obras, que tienen formas orgánicas y abstractas, buscan estimular los sentidos del espectador y provocar una conexión con su interior. Algunas de ellas emiten sonidos sutiles que contrastan con el silencio del espacio, mientras que otras invitan a tocarlas y sentir su textura, comenta la escultora Valentina Garretón, quien además se dedica a la orfebrería.

"Es bueno detenerse en el silencio, en la meditación y en la forma de trabajar; mis obras tienen que ver con los tejidos y la meditación que provoca el hacer algo repetitivo y constante", enfatizó.

Los trabajos reúnen obras en vidrio, cerámica, madera y metal, cuya gran motivación es el uso de técnicas como el soplado, el moldeado, el tallado y el grabado. "En las obras de Valentina Garretón se entrelazan los vidrios, las cerámicas, y van creando un mensaje, un tejido, donde se va transformando esta obra en movimiento. A su vez, en esta fusión de materiales, se ve la delicadeza y la fragilidad", detalló Hernol Flores, artista visual y gestor cultural de la Universidad Autónoma de Chile.

La actividad, organizada por la Dirección de Vinculación con el Medio y Comunicaciones de la casa de estudios superiores, forma parte de su programa cultural que busca difundir el arte y la cultura entre la comunidad universitaria y la ciudadanía.

"Esta exposición nos invita a una reflexión con el silencio por lo delicada que es, y también, nos invita a mirar la fragilidad del mismo universo, del planeta, y de lo que ellas van a presentar. Por lo que es un rescate de la fragilidad en una obra", aseveró Flores.