Secciones

  • Portada
  • Actualidad
  • Opinión
  • Actualidad general
  • Deportes
  • Clasificados
  • Cartelera y Tv

Curarrehue: Bomberos festeja hoy sus 51 años

PLAZA DE ARMAS. La actividad familiar comenzará a las 11 de la mañana.
E-mail Compartir

Potenciar la identidad patrimonial de la comuna de Curarrehue y fortalecer el emprendimiento, el turismo y la cultura en la zona, es uno de los objetivos que persigue la Primera Compañía y el Cuerpo de Bomberos de Curarrehue, quienes -en el contexto de su aniversario número 51- realizarán la segunda versión de la "Expo Patrimonial Bomberos 2023", iniciativa patrocinada por el Gobierno Regional a través de la Corporación Desarrolla Araucanía.

La actividad se realizará hoy en la Plaza de Armas de la comuna y considera la realización de una gran feria productiva con stands relacionados a las diversas especialidades que desarrolla Bomberos de Chile. Así también, el público que asista a este evento gratuito podrá recorrer numerosos puestos con emprendimientos locales dedicados al rubro gastronómico y artesanales.

Rigoberto Soto, uno de los feriantes más antiguos relata cómo era la Feria Pinto del 50

HISTORIA. "Tomé el tren en Pitrufquén y me vine p'al norte (Temuco) a vender mis manzanas; después de algunos días me integraron y me fui quedando hasta el día de hoy, que ya tengo 88 años", asegura el feriante, quien llegó en 1954 a su puesto.
E-mail Compartir

Don Rigoberto es uno de los feriantes más antiguos de Temuco en la actualidad. Llegó a la Feria Pinto en 1954, cuando tenía menos de 20 años, y hoy ya está en los 88, "pero firme como un roble", asegura entre risas, mientras atiende su puesto.

Rigoberto Soto Morales es oriundo de Pitrufquén, del sector Los Galpones, que queda a 12 kilómetros del centro urbano, y llegó a Temuco y a la feria, "porque quería conocer la ciudad".

"Es que yo conocía sólo Pitrufquén y había visto que vendían frutas y verduras en la estación del tren, así es que me las ingenié y como en el campo las manzanas se perdían, porque muchas caían a la pampa y ahí quedaban, busqué un saco, lo llené, me lo eché al hombro y a pata pelá, como era en esos tiempos, me fui a la estación a vender", rememora.

Después y ya con algunos pesos, "me fijé que algunos vendedores se subían con sus sacos al tren y se iban para el norte (Temuco), así que los seguí y llegué a la Feria Pinto", señala el feriante y agrega que "en ese tiempo, aunque la feria ya llevaba muchos años, en el lugar al que yo llegué y que hoy es el bandejón N° 1, había unos 40 o 50 puestos, nomás. Unos pocos árboles, unas carretas y algunas carpas para cubrirse de la lluvia, era todo lo que existía, así que uno se 'ganaba' cerca de los que ya estaban vendiendo y ofrecía su mercadería. Después, de a poquito, comenzaban a uno integrarlo. Así empezó mi historia en la feria".

El tren

Casi todos los que vendían venían de fuera de Temuco y habían llegado en el tren, recuerda don Rigoberto. "Eso lo supe cuando ya llevaba algunas semanas en la feria. Había personas de Carahue, Lautaro, Villarrica y otras de Pitrufquén. De primera, tenía que ir al campo a buscar mercadería, así que empecé a traer de dos o tres sacos, para poder quedarme más días. Después supe que había personas que vendían al por mayor, así que uno les compraba y revendía; ahí ya me fui quedando en Temuco".

Don Rigoberto señala que "también la gente traía animalitos para vender, pero había que carnearlos y muchos sabíamos hacerlo, porque éramos del campo, así que los corderos o los chivos, se colgaban en los árboles y se carneaban ahí mismo, para luego venderlos por piezas".

Hijas del trabajo

Don Rigoberto recuerda que "en esos años, la feria había que cerrarla a las dos de la tarde, porque si no nos multaban y aunque reclamábamos, no nos escuchaban mucho, porque no estábamos organizados. Pero las mujeres sí tenían un sindicato, que se llamaba "Las hijas del Trabajo" y tenían hasta su sede, así que ellas nos empezaron a ayudar; nos prestaban su local, claro que había que pagar y dejarlo limpio, y empezamos a hacer las reuniones y también formamos nuestro sindicato; ahí cambió la cosa y se logró cerrar más tarde, por lo que vendíamos más".

"Hoy día es distinto", comenta. "La Feria Pinto es una de las más importantes y grandes del país, tiene muchos más puestos y está organizada, pero eso igual ha hecho que llegue mucha gente que viene a vender y no tiene permisos ni nada, así que le hemos pedido al municipio que nos ayude".

"

"También la gente traía animalitos para vender, pero había que carnearlos y muchos sabíamos hacerlo, porque éramos del campo".

Rigoberto Soto,, feriante de 88 años

También fue dirigente

E-mail Compartir

Don Rigoberto fue dirigente de la Feria Pinto por 18 años. "Era encargado de disciplina y enfermería, y aunque a veces me tocaba pelear un poco, para mantener el orden, igual la gente respetaba a los dirigentes", señala, y agrega que "hace poco, hablé con don Roberto (el alcalde Neira) y le pedí que nos ayude a ordenar, al igual que lo han hecho otros dirigentes actuales, porque, aunque entendemos las necesidades de todos, la preferencia, o sea los derechos, los tienen los feriantes que hemos construido, a través de muchos años, lo que es hoy la Feria Pinto".