La Fundación Letra Libre ha dado a conocer su preocupación por el gran atraso en niveles de lectoescritura que tienen los escolares, como ha quedado en evidencia luego de los trabajos que han realizado con establecimientos educacionales en catorce regiones.

Un alto porcentaje de niños y jóvenes muestra poca motivación por la lectura y es una verdadera odisea que los profesores logren interesarlos en un libro. La falta de lectura limita la mentalidad y el vocabulario. La respuesta recurrente que se suele dar es que frente al avance de la televisión y de los juegos por Internet, que atraen con su colorido, movimiento y temática, es poco lo que se puede hacer. La ley del mínimo esfuerzo los lleva a escribir en forma abreviada, saltarse las reglas ortográficas y encontrar todo hecho en los buscadores de Internet, limitando su creatividad.

También los estudios revelan una baja comprensión de lo que leen y que predomina la ley del menor esfuerzo cuando en la escuela e incluso en la universidad copian y pegan trabajos bajados de Internet. Un informe de junio de 2022 del Banco Mundial estimó que el porcentaje de niños que no comprende un texto sencillo a los 10 años en Latinoamérica aumentó del 51% a un 62,5% después de la pandemia. Esto se traduce en un incremento de 7,6 millones de estudiantes que estarán por debajo de la línea de la "pobreza del aprendizaje".

En ese sentido, son dignos de destacar los esfuerzos que realizan muchos profesores en las escuelas por tratar de encantar a los niños con la lectura. Si bien la iniciativa la toman los colegios, también la familia tiene mucho que ayudar. Los padres que no leen, difícilmente lograrán interesar a sus hijos en los libros.

La ciberseguridad es un tema urgente en nuestra sociedad y lamentablemente nuestro país aún no está a la altura de los desafíos del presente. Hemos presenciado un claro aumento en la ocurrencia de ciberataques, así por ejemplo, ya en marzo de este año la empresa Check Point indicó que Chile se posicionó entre los primeros puestos a nivel mundial de los países que más sufrieron ataques cibernéticos. Estos son hechos gravísimos, pues en la actualidad los sistemas públicos y privados, y los gobiernos a nivel mundial están envueltos en dinámicas de digitalización que ayudan en nuestras labores cotidianas, pero que contienen en sí muchos elementos, -incluyendo información sensible como secretos de Estado-, que son altamente susceptibles de ser el objetivo de quienes se dedican al cibercrimen, poniendo en riesgo la seguridad de las naciones, economías, servicios públicos y todo el ecosistema nacional.

Durante las últimas dos décadas nuestro país ha avanzado de manera acelerada hacia la infraestructura de la información, eso es cierto, pero también es cierto que no ha sido suficiente el control que podríamos tener sobre esta. El ecosistema cibernético está constantemente cambiando, ampliando sus campos, posibilidades y llegando a niveles tecnológicos impensados hace unas décadas, por lo que debemos ir más rápido en las políticas referidas al mundo de la tecnología e inteligencias si queremos constituir un Estado sólido en la materia. Si bien desde la Cámara de Diputados ya aprobamos la Ley Marco de Ciberseguridad e Infraestructura Crítica, se deben acelerar las gestiones para hacer esta una realidad en el corto plazo en nuestra legislación y poder, de manera efectiva, conferir la ciberseguridad que todo nuestro país necesita.

La modernización de la legislación y del Estado en su conjunto, permitirá que desarrollemos mejores herramientas en todos los ámbitos que ayudarán a nuestro país a progresar, mejorando la calidad de vida de nuestros ciudadanos, instruyéndolos en el camino de la ciberseguridad, partiendo de la base que es el cuidado de sus datos personales. Hablamos de un área clave en el desarrollo del futuro del país, un futuro que se materializa día a día, porque a cada instante se está generando un avance que deja obsoleto el mundo que conocíamos y que nos empuja a estar a la vanguardia.

Hemos sido testigos de ciberataques en todo el mundo, Chile no es la excepción, pero no podemos quedarnos como agentes pasivos a ver cómo esto ocurre, debemos actuar con fuerza y materializar esta ley que nos el respaldo que tanto necesitamos y que fortalecerá las bases de una nación que -al igual que todo el mundo- se debe consolidar en el mundo digital, sin dejar vulnerable la seguridad del Estado, aprovechando lo mejor de las tecnologías y previendo las mortales armas de las mismas.

Stephan Schubert,

diputado republicano