Frases
"Si los vecinos nos ayudan podremos rescatar el centro de Temuco".
Roberto Neira,
"Son más de 2.500 alumnos que ya han viajado en avión a distintas partes del país".
Gastón Mella,
"Si los vecinos nos ayudan podremos rescatar el centro de Temuco".
Roberto Neira,
"Son más de 2.500 alumnos que ya han viajado en avión a distintas partes del país".
Gastón Mella,
En tiempos de Jesús el mandamiento del amor al prójimo como a uno mismo no era desconocido para los entendidos en los mandamientos de Dios a su pueblo, estaba en el libro del Levítico (19, 18). Sí es llamativa la estrecha unidad que da al mandamiento principal, "amar a Dios por sobre todas las cosas" y el "amar al próximo".
Cuando un experto en la ley le pregunta a Jesús, para ponerlo a prueba, «¿cuál es el mandamiento más importante de la ley?», Jesús le responde: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente" (Mt 22, 37) y para reafirmar con toda claridad, le dice: «este es el primer mandamiento y el más importante»; y a continuación le dice: «el segundo es semejante a éste: amarás a tu prójimo como a ti mismo» (Mt 22, 38). Hay un mandamiento que es el más grande y el primero, referido a Dios, y hay otro, que es el segundo, referido al próximo. En esos dos mandamientos se basan los demás mandamientos dados por Dios a su Pueblo. No son iguales pero son inseparables y así lo entendió y lo dice el Apóstol Juan en una de sus cartas: «si alguno dice: yo amo a Dios, y odia a su hermano, es un mentiroso; pues quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve» (1Jn 4, 20); y agrega: «y nosotros hemos recibido de Él (de Cristo) este mandato: que el que ama a Dios, ame también a su hermano» (1 Jn 4, 21). Este amor al prójimo, Jesús lo llama nuevo.
Cuando ya se acerca a Jerusalén para cumplir la voluntad de su Padre, y dar allí su vida por sus amigos, Jesús le dice a sus discípulos: «les doy un mandamiento nuevo»; al mandamiento del amor al prójimo, lo llama también «mandamiento nuevo», y su novedad está en «la medida» de este mandamiento al próximo: «como yo los he amado, así también ámense los unos a los otros» (Jn 13, 34). Es decir, la medida es el amor de Él por nosotros. Eso era desconocido; es nuevo porque nadie había amado así antes de Él. Y Juan nos ayuda a entender mejor esta novedad: «En esto hemos conocido lo que es el amor: en que Él ha dado su vida por nosotros»; luego, agrega: «También nosotros debemos dar la vida por los hermanos» (1Jn 3, 16).
Es grande el desafío, porque tenemos muchos obstáculos y resistencias que vencer dentro de nosotros mismos, pero ese es el camino que conduce a la vida; no hay otro. Es el camino de las bienaventuranzas. Un aliciente es tener presente que muchos hermanos nuestros ya lo han hecho y la Iglesia los reconoce como Santos; a ellos, el primero de noviembre ya próximo, los recordaremos y celebraremos en una sola gran fiesta: la fiesta de Todos los Santos. Los católicos creemos en la «comunión de los santos», en la unidad y solidaridad en la virtud de la caridad de los vivos y de aquellos que siguen en la presencia de Dios, que trasciende la distancia y el tiempo. Cada uno de nosotros tiene muchas oportunidades en la vida para ubicarse en ese camino, sabiendo, además, que, el que cree, nunca está solo. Dios está con nosotros en el camino de la vida; nos sostiene y nos acompaña; nos reprende, nos enseña y nos ayuda. También interceden por nosotros María y los santos, porque Dios nos ama.
Como cada fin de semana largo en La Araucanía, son miles las familias que salen en vehículo desde la capital regional con destino a las diferentes zonas turísticas de la Región, y ese alto volumen de automóviles circulando por las carreteras, sumado al sistema frontal de lluvias y vientos que afecta a la zona, puede generar una mayor accidentabilidad vial, si es que no se toman los resguardos necesarios en la conducción.
Por ello, se debe llamar a los conductores a la precaución y especialmente a que adopten una actitud de responsabilidad cuando toman el volante de un vehículo motorizado, toda vez que las imprudencias o acciones riesgosas y temerarias pueden acabar en un accidente de tránsito de insospechadas consecuencias.
En este sentido, hay que reforzar el llamado a los conductores a guiar sus vehículos acatando la normativa vial, respetando los límites de velocidad establecidos y no realizando acciones riesgosas, como adelantamientos imprudentes, ya que estos pueden terminar en un accidente.
A esto hay que agregar que el uso del teléfono celular está totalmente prohibido para el conductor, ya que provoca desconcentración, por lo que simplemente si se va a conducir no se puede hacer uso de este dispositivo.
Si bien Carabineros se desplegará por las carreteras para realizar controles, lo cierto es que más allá de la presencia de la autoridad policial, el respetar las normas del tránsito debe ser asumido como una conducta mínima de respeto por la vida por parte de los conductores. Acciones imprudentes y arriesgadas son las que provocan los accidentes de tránsito que luego todos debemos lamentar.