Avancemos con nuestra educación financiera
Así, a mi parecer, sin ser concluyente, la educación financiera debe ser un foco de constante ocupación. Facultad de Administración y Negocios,, U. Autónoma de Chile
Instalados en octubre sorprende la baja difusión de este periodo llamado Mes de la Educación Financiera, espacio que se celebra desde hace varios años. En el N° 187 de Abif Informa (oct/22) dedicado a la Educación Financiera en Chile, se señala que, aunque hay avances, el nivel aún es bajo, existiendo brechas con respecto a otros países. También, de las respuestas de estudio sobre educación financiera ejecutado por el Depósito Central de Valores y Cadem (dic/22) destaco: a) Un 42% posee bajo nivel y 37% es intermedio; b) Sobre la mitad de los segmentos D y E conocen poco/nada ; b) Un 26% de hombres y 38% de mujeres nada sabe; c) Un 34% desconoce de tasas de interés; d) Un 39% desconoce la diversificación en inversiones; e) Un 29% no entiende el efecto de la inflación en el ahorro; f) Un 24% desconoce de criptomonedas; g) Un 21% desconoce de instituciones financieras; h) Un 61% desconoce de productos; h) Si bien en lo general se ha mejorado, a nivel del total de grupos socioeconómicos, edad, género y región, un 32% sabe poco o nada.
Los anteriores nos pueden servir de foco de atención para reflexionar y visualizar nuestras debilidades, asumiendo la tarea de mejorar nuestros conocimientos y capacidades, reduciendo brechas en temas que sean relevantes para cada uno. Sin embargo, esto debiese ser parte de un ejercicio constante en el tiempo, no sólo de un mes, en que se sumen esfuerzos de autoridades, asociaciones, empresas, instituciones de educación y quienes estamos observando y compartiendo sucesos que marcan los desafíos, tendencias y cambios que impactan en la gestión financiera, así como en su toma de decisiones.
Así, a mi parecer, sin ser concluyente, la educación financiera debe ser un foco de constante ocupación, ya que es necesaria para el mundo de los negocios, así como en lo personal; vincula el conocimiento, capacidad y responsabilidad en la toma de decisiones al gestionar el dinero; potencia aspectos claves de la gestión, tales como planificar, organizar y controlar; invita a reflexionar sobre el pasado, presente y futuro de nuestras acciones financieras; revela que las emociones son parte de lo que debemos aprender a gestionar; debe tender a eliminar las brechas de género; estimula a mantener un estado de alerta sobre los cambios que acontecen en lo financiero; se requiere en varias etapas de la vida, cada una con distintas necesidades y requerimientos; reveló sus debilidades en casi 3 años de pandemia, por ejemplo, evidenciando el desorden al administrar nuestro dinero, demostrando que la planificación no es nuestra mayor virtud, que nos remeció en torno a lo endeudados que estábamos, o nos mostró cuán frágiles somos monetariamente al enfrentar una crisis como la vivida; nos debe impulsar para la jubilación, procurando en lo posible, a reforzar los ahorros para esta delicada etapa de nuestra existencia; puede contribuir al logro de los ODS; nos permite discriminar entre las ofertas de productos y servicios de instituciones, reduciendo riesgos; debe llegar a todos los niveles económicos de la sociedad y se debe reformular con cierta periodicidad para iluminar un camino que nos sorprende con nuevos productos y servicios, la inclusión de nuevas tecnologías, el surgir de una finanzas descentralizadas y la existencia de un mundo paralelo en el metaverso.
Así las cosas, ¿en dónde enfocará su compromiso?
Mauricio Burgos Navarrete,
director Auditoría e Ingeniería en Control de Gestión