Correo
¿Salud pública secuestrada?
Las consecuencias del conflicto entre el Ministerio de Salud y el Instituto de Salud Pública (ISP), ya se están haciendo sentir y como siempre los más afectados son las personas más vulnerables, en este caso, quienes esperan decisiones que solo pueden ser procesadas por el ISP.
Recordemos que este conflicto surge porque el Ministerio de Salud desautorizó la alerta emitida por el ISP respecto de una contaminación de varios productos del Laboratorio Sanderson. La alerta del ISP implicó una grave alteración del funcionamiento de la red asistencial. El Minsal no solo minimizó la alerta que emitió el ISP, sino que también decidió remover a su recientemente asumido director. Esto provocó una airada respuesta de las organizaciones de trabajadores.
Una movilización en una entidad reguladora es altamente nociva para la salud pública. El ISP, además de regulador, es proveedor de servicios (una dualidad incompresible) procesando exámenes de manera exclusiva y de notificación obligatoria (VIH) o la autorización de Registros Sanitarios de todo tipo de productos, desde medicamentos, dispositivos médicos hasta cosméticos.
Los conflictos de estas características deben canalizarse de otra manera y no jugando con la salud de la población para hacer demostraciones de fuerza. No puede ser que quienes enarbolan las banderas de la salud pública sean los primeros en secuestrarla cuando se ven afectados sus intereses particulares.
Daniel Zapata Zapata
¿Otra constitución?
Partido Comunista, Partido Socialista, Convergencia Social, el Partido por la Democracia, Ricardo Lagos, Daniel Jadue, Fernando Atria, entre otros personajes y partidos de la izquierda chilena se han unido fraternalmente para ir en contra del nuevo texto constitucional. Esta reacción política es extraña porque es un texto que venía a cumplir sus grandes anhelos de décadas por cambiar la actual constitución, la "constitución de Pinochet". Ante esto cabe preguntar: ¿Se les habrá ido realmente el anhelo de un cambio constitucional?
Claramente no, la pugna de poderes sigue vigente, la izquierda chilena no dejará de insistir hasta lograr su anhelada constitución, un texto fundamental que muestre el sistema que ellos quieren en nuestro país, un sistema parecido y quizás un poco más atenuado al del primer proceso constituyente. El objetivo de cavar la tumba del "neoliberalismo" sigue pendiente y más vigente que nunca, es por ello que, estimado lector, no se sorprenda si dentro de algunos años más se vuelva a escuchar por las calles "queremos una nueva constitución".
Felipe Jara S.
Esnobismo: la psicopatología del vecindario
Sí, es un anglicismo (palabra que desde el inglés, por adaptación fonológica, se convierten en propio por el uso cotidiano de las cosas del decir y del pensar). "Snob" se puede traducir como "escalar, "trepar". Se trata de una persona que le importa mucho la posición social y que desprecia a quienes son de una posición social "inferior".
El esnobista quiere siempre ser "grande", goza diciendo "soy amigo del senador o diputado, del alcalde(sa), director, rector, decano, o, del general tanto, del doctor, del abogado, del juez, mi hijo(a) médico, abogado(a), ingeniero(a). Disfruta identificándose con los "grandes" o "talentosos", presume de influyente al estilo de Aristipo (435 a.c._350 a.c., filósofo Socrático, predecesor del hedonismo o la búsqueda de placer en la vida) que, frente a su maestro, éste una vez le expresó: "por los agujeros de tu vestimenta puedo ver tu vanidad".
Las postulaciones a las carreras universitarias, ¿serán por vocación que se quiere ser esto o lo otro? Pensar que en el mundo de la ciencia también lo encontramos, digo, el esnobismo con otros adornos.
El esnobismo es hoy otra epidemia que la podemos encontrar en el mundo científico, ambientes profesionales, incluso en un místico que desea ser "santo" o "maestro espiritual".
El esnobismo sólo muere con el amor y el sacrificio por la humanidad. Es un fenómeno que estamos viviendo hace muchas décadas como producto de un modelo económico y social que degrada nuestra esencia por el poder del dinero y las apariencias. Homo Sum: humaninihil a me alienum puto (hombre soy: nada de lo que es humano me es extraño) .
Omer Silva Villena